RESIGNADA
Antes de dar una respuesta trato de pensar con cabeza muy fría. Tiene razón, por más que me fastidie la manera en la que lo dice, el hecho de que literalmente lo acabo de conocer y que no soporto la idea de tener que hacer el trabajo con alguien más, ya no tengo alternativas. Mi lado nerd está a punto de colapsar y el tiempo se empieza a agotar, además, algo me dice que probablemente Jake le pidió el favor de hacerlo así que debo aprovechar.
—Está bien. Acepto tu propuesta.
—¿Si? —Pregunta como si pensase que iba a ser más difícil.
En realidad me hubiese negado y simplemente hubiese ignorado su lucido comportamiento.
—No tengo otra opción. Tampoco soy tonta, no pienso perder la materia.
—Claro. Pero el hecho está en que tienes que pedírmelo. Yo no te he hecho la pregunta en si —Aclara con tono burlón y expectante.
No puede ser, sí que es presumido. No me lo esperaba pero aun así hago un esfuerzo por no explotar y respiro profundamente. —¿Quieres ser mi pareja en el trabajo final? —Suelto entre dientes antes de arrepentirme.
—Ok Emma. Te ayudaré.
Lo dice como si enserio necesitara de él, o como si él no fuese a ganar algo de esto.
—Bien Brad —Recito.
Finalmente aparcamos al frente de mi casa y ambos me ayudan a bajar del auto.
—Yo puedo sola —Digo quitando la mano de Brad de mi cintura.
Él no le da importancia y sube al auto. Aunque ya me encuentro mucho mejor Jake me acompaña hasta la puerta.
—Ya te debo como mil favores Jake. Gracias —Le sonrío un poco ruborizada.
—No me debes nada. Recuerda que el día del auto me llevaste hasta el apartamento.
—Es cierto, pero no lo creo suficiente. No fue nada —Río y empujo suavemente su hombro.
—Es suficiente. Ya déjate de tonterías —Me abraza para despedirse.
Vaya, Jake sí que es un buen chico. Le devuelvo el abrazo.
—Cuando no soportes más a Ash puedes buscarme y te sabré aconsejar. Tengo todos los tips—En realidad es una buena manera de devolverle los favores, Ash puede ser difícil de llevar.
—Creo que me agrada pero lo tendré muy en cuenta —Dice aun sonriendo.
Me despido nuevamente con la mano mientras observo como se aleja hacia el coche. Noto a Brad observando, inconscientemente torno los ojos y me dispongo a entrar.
El dolor de cabeza me estaba matando a la mañana siguiente. Había quedado con Ashley para ir al centro comercial y tuve que decirle que no. Mi desayuno fue solo un jugo de naranja y pues creo que eso lo dice todo. Luego de tomar algunas medicinas por fin el dolor se calmó y pase toda la tarde viendo series en Netflix. Escucho un sonido fuera de la pantalla, miro mi teléfono y tengo un mensaje de un número desconocido. Un mensaje que dice:
"El jugo de naranja es bueno para la resaca. Te espero en el Pantages Theatre a las 6. Brad."
En realidad ya llevaba 4 jugos de naranja. Río inconscientemente.
Me siento mal porque cancele con mi amiga los planes que teníamos pero por otro lado soy consciente de que si sigo aplazando el trabajo final no voy a terminar nunca con esta tortura. Tenemos solamente 4 semanas para la entrega y yo ya perdí casi 5 días.
Hice todo lo posible para tapar los semicírculos negros que tenía bajo mis ojos pero no sirvió de mucho. Ya empezó el otoño así que opte por unos vaqueros, los botines negros que me han acompañado durante un largo año y un jersey blanco. Tomé mi abrigo negro favorito, o el único que tengo, las llaves de mi auto y me puse en marcha.
Agradecí que la calle estuviese bastante desolada y que llegué más rápido de lo planeado, eso me ayudó a encontrar un parking cerca al teatro. Parece que hoy la suerte está un poco de mi lado.
Pasados unos quince minutos mi paciencia empezaba a agotarse y mis mulsos empezaban a doler por el hecho de estar de pie recibiendo toda la frescura de la ciudad.
—No seas tan desesperada, ya estoy aquí —Menciona una voz irritante detrás de mí nuca mientras oído sostiene el tono de espera en mi teléfono.
Colgando la llamada me doy media vuelta y fulmino a Brad con la mirada.
—Odio esperar. Que lo sepas.
—Soy culpable de los numerosos accidentes que hay Los Ángeles. Lo siento —Dice en tono irónico.
—¿Qué hacemos aquí? —Ignoro su comentario.
En realidad es una pregunta estúpida ya que el trabajo se trata sobre teatros musicales pero es lo primero que se me ocurre para callar sus ironías.
—No sé tú, pero yo vengo a ver una obra musical llamada "Childrens, the future of the world". Dicen que es buenísima —Se adentra luego de pagar las boletas dejándome un poco atrás.
Vaya que es imposible con este chico. No entiendo como puede ser amigo del dulce Jake.
—Ja, Ja. Muy chistoso —Hago una mueca y acelero el paso para alcanzarlo.
Gracias al cielo las puertas al escenario ya estaban abiertas y no tuvimos que hacer fila. Lo único bueno del retraso de Brad, no obstante mi espera en la entrada es como si la hubiese hecho. Teníamos las sillas 6 y 7 de la décima fila, encontramos nuestros lugares y nos pusimos a disposición de los niños.