HACERLO SUCEDER
La primera clase de los lunes empieza a las 6:00 am y definitivamente es algo que no va conmigo. He tratado de acostumbrarme pero no soy persona de levantarse temprano, casi siempre me cuesta mucho conciliar el sueño y termino acostándome prácticamente a media noche, así que no se acomoda para nada a mi rutina. Espero que para el segundo semestre ya lo tenga dominado, aunque desde la primera semana de clases tengo claro que la mejor opción es no volver a elegir una clase a semejante hora.
Luego de no sé cuántas eternidades escuchando al maestro hablar sobre la prehistoria llega el mediodía y puedo por fin dirigirme a la cafetería, ahora mismo podría devorar a una persona. Ash no vivo a clase y desconozco que pudo haber pasado, lo único que se me ocurre es que nuevamente le entro la depresión repentina por su ex. La llamo para asegurarme de que todo esté bien pero no atiende.
—Se quedó toda la noche trabajando con Jake. No creo que venga.
—¿Quién te dijo que quería compartir mi momento de paz y tranquilidad contigo? —Digo dedicando una sonrisa hipócrita mientras vuelvo a marcar al teléfono de Ash.
Solo puedo observar como Brad suelta una risita aún más falsa y se sienta en mi mesa.
—¿Se quedó en la casa de Jake? —Pregunto resignada por interrumpir mi almuerzo.
—Si —Roba una papa frita de mi plato y lo fulmino con la mirada.
—¡Aparta! Son mías —Le doy un golpecito en la mano. Ash sí que es rápida. Cada vez me sorprende más.
Un silencio inunda el ambiente, haciendo que incluso el murmullo de las conversaciones alrededor desaparezca. Empiezo a sentirme incómoda con la sonriente mirada de Brad, en realidad tener a Wells al frente mío, así sin más, no me resulta para nada cómodo. ¡No sé quién es! Lo único que conozco es su nombre, que estudia música y que es amigo de Jake. ¡Y ahora tengo que verlo en todos lados! De nuevo, me hago millones de preguntas y me voy sintiendo cada vez más rara, más intimidada por él. Por lo menos cuando estamos trabajando en el proyecto me concentro tanto en eso que mi mente ni se inmuta a curiosear sobre quién es él, o por qué decidió ayudarme. No creo necesitar saberlo, pero en este momento, que no estoy concentrada vuelven las preguntas, las apuestas. Siento una ganas inmensas de saber y no me cuesta nada preguntar.
—¿Por qué música? —Pregunto sin pensármelo dos veces.
—¿Por qué Arquitectura?
No me creo que sea el típico chico que evade siempre las respuestas con más preguntas. Es estúpido.
—Porque entre todo, es lo que más me gusto. Estoy segura de que es lo mío —Respondo sin darle vueltas. Puedo apostar que si me niego solo porque yo pregunte primero no vamos a llegar a ningún lado y no va a terminar respondiendo.
Levanta las cejas sorprendido.
Yo hago un gesto con mi rostro presumiendo mi "Madurez".
—Porque es lo que amo. Es mi pasión, desde niño lo ha sido —Apoya los bazos en la mesa y se inclina un poco hacía mí.
No sé porque ya me esperaba esa respuesta. No, si sé, pensándolo bien yo ya tenía esa respuesta, el día en el teatro lo demostró y es una contestación propia de un chico como él. Por qué no lo pensé antes. Me apresuro a preguntar algo más pero Brad se pone de píe.
—Llegaré tarde. Nos vemos hoy en el muelle, a las 7. No llegues tarde —Añade en tono irónico, roba otra de mis papitas y se marcha, muy relajado para las "prisas" que lleva.
Aunque ya no está mirándome sonrío falsamente por su mal chiste. Como si yo fuese la que llega tarde. Repito para mí, quedándome fastidiada y de nuevo, sin respuestas.
Salgo de mi última clase casi a las cinco menos cuarto, miro mi teléfono y tengo siete llamadas perdidas de Ash. Le llamo mientras camino hacia mi coche pero de nuevo no atiende, empiezo enserio a preocuparme y marco nuevamente.
—¡Emm!.—Oigo una voz chillona al otro lado del teléfono y un peso se libera de mi cuerpo.
—No tiene nada de gracia. Pareces más feliz de lo normal y yo más preocupada que nunca ¿Cómo es eso que te quedaste en la casa de Jake? —Pregunto horrorizada.
—No te preocupes estoy bien —Oigo risitas al otro lado de la línea e inmediatamente me doy cuenta que sigue con él
—¿Hoy también te la has pasado en casa de Hobbes? —Abro la puerta del coche y tiro todo lo que llevaba en mi hombro al asiento de atrás.
—¿Envidia? —Ríe, pero ya no sé si se ríe conmigo o con Jake que debe de estar a su lado.
—Dime por favor que solo han estado trabajando en el proyecto —Subo al auto.
—Tranquila, solo ha sido eso. No estuve toda la tarde con él pero no fuimos capaces de levantarnos para ir a la universidad porque pasamos toda la noche en vela. Aproveche que mis padres no estaban para ir a cambiarme y apenas volví para seguir trabajando. Lo llevamos bastante bien.
—De acuerdo. Solo espero que lo de faltar no se te vuelva una costumbre, no pienso explicarte todo lo que pasa en las clases todos los días. Tienes que aprender a manejar el proyecto fuera del horario de la universidad —Resoplo.