Amenaza Encubierta

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Bárbara

 

 

 

Mamá esta alterada, hasta yo lo estoy, estoy muy pero muy nerviosa. Estoy en el bufete de abogados, unos días estoy en el bufete y otros días en la procuraduría. Trato de llamar a mis contactos para que hagan algo, algún reporte, estoy muy nerviosa, ni se lo que hago. Respiro hondo,  me doy cuenta que tengo que calmarme y así no llegare a nada, voy corriendo al baño, me hecho agua en la frente, me seco con papel, y veo mi cabello negro todo alborotado por los nervios, y mis ojos verdes azulados muy abiertos, mi piel blanca se ha puesto pálida, por lo nerviosa que estoy.

   Salgo del baño, y le marco a Ángel.

 

Ángel: bueno - me contesta muy serio -

Bárbara: te hablo mamá - lo digo seria también, y calmada -

Ángel: si, vamos para allá para interrogarla. Sobre la llamada.

Bárbara: mátenme informada sobre lo que pase.

 

Cuelga.

   Reviso los casos y veo que van varias personas desaparecidas en Guadalajara y sobre todo mujeres. Pero entonces que es esto, porque a Roberto.

    Prendo mi computadora, y reviso las noticias en Guadalajara, no veo ningún muerto, ni accidente, no hay nada, hay algunos choques pero no está el nombre de mi hermano, no hay ni rastro de él. ¿Dónde chingados esta? ¡Carajo! me levanto de mi escritorio, salgo de mi oficina, salgo para la casa, el bufete de abogados esta por plaza del sol, pero antes de irme a la casa necesito un poco de café, entro a la plaza, me estaciono y llego por un café a mi cafetería favorita, lo necesito en verdad para estar activa.

   Camino a mi coche, me subo, prendo el motor y salgo por mariano otero, para después tomar López Mateos, manejo lo más rápido que puedo, me vale las infracciones que me pueden poner, lo que me urge es llegar a mi casa, en 20 minutos estoy ahí.

    Veo que hay dos patrullas y no sé porque, y el carro de mi hermano con su pareja la señorita Alicia, morena, chaparrita como yo de hecho creo que mide lo mismo que yo 1.63.

   Cabello hasta los hombros. Les sonrió y me siento a lado de Ernesto y mi madre.

 

Ángel: entonces que fue lo que escuchaste bien.

Mónica: no puedo recordar bien – Llorando mucho, Ernesto la abraza para que se calme un poco, respira hondo y empieza a hablar - solo le empecé a decir mijo ¿dónde estás? estoy con pendiente.

Taxista: ya voy.

Mónica: ¿estás bien?

Taxista: hey.

Mónica: de verdad Roberto me tienes muy preocupada, ¿a qué hora vas a venir?

Taxista: pues… no sé.

Mónica: no eres Roberto verdad - hubo un momento de silencio -

Taxista: no.

Mónica: ¿dónde está mi hijo? – lo dije en un tono exaltado -

Taxista: búsquenlo

Mónica: y fue lo que dijo, me colgó y sentí que el mundo se me derrumbo.

 

Mi mama comienza a llorar y llorar, y no para de llorar, la abrazo yo también para que se calme, mi papá no está aquí, porque tenía que trabajar y tenía una junta muy importante, pero dijo que terminando la junta se vendría directamente aquí.

 

Ángel: vamos a buscar, vamos a ir al centro y a ver, preguntar a los taxistas que estaban en el área, debe de ver uno, que lo haya visto o un sitio en especial.

Ernesto: ¿puedo ayudar? soy periodista, se infiltrarme.

Ángel: ¡No! - le grita inmediatamente a mi pequeño hermano -

Ernesto: ¿porque no? soy un profesional, puedo ayudar - levanta la voz, gritando -

Ángel: no quiero que te pase nada, espero que lo cumplas.

Ernesto: está bien.

Ángel: Bárbara, deberías de levantar un acta como abogada de tu hermano, cualquier proceso que vaya a pasar.

Bárbara: si, Ángel.

 

Ángel sale de casa con Alicia y Ernesto corre hacia mí para que subamos al cuarto.

 

Ernesto: de verdad quiero ayudar.

Bárbara: pero te dijo que no te metieras.




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