Amenaza Encubierta

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Ernesto

 

 

Cuando despierto los rayos del sol me encandilan desde mi ventana, me levanto poco a poco y me estiro, bajo al suelo, mis pies tocan la alfombra que hay en toda la casa. Camino hacia el baño y desde el baño puedo ver la recamara de Roberto, está sentado en su cama, puede que haya tenido de nuevo una pesadillas, todos nos hemos dado cuenta, pero no queremos que se dé cuenta que sabemos, para que sea una persona fuerte, ahorita hablare con él.

   Entro al baño, me miro al espejo, me siento un poco desesperado al ver que no sé qué hacer, estoy un poco bloqueado, de aparte de la entrevista con la señora Angélica, necesito algo más, para poder llegar a la verdad.

   Salgo del baño, y voy a la recamara de Roberto, me siento aun lado de él.

 

Ernesto: ¿Cómo estás?

Roberto: bien – me dice secamente -

Ernesto: ¿quería preguntarte algo?

Roberto: dime – me responde muy seco -

Ernesto: quería saber ¿Cómo paso? Porque tú no has mencionado ya nada, no recuerdas su cara, algo que pueda ayudar.

Roberto: ya dije que no – responde a la defensiva -

Ernesto: ¡Roberto es para ayudar, entiéndelo!

Roberto: lo sé, pero no recuerdo. Lo siento pero no puedo ayudarte – lo dice en voz baja -

Ernesto: puedo decirte algo.

Roberto: sí.

Ernesto: quieres ir al psicólogo.

Roberto: ¿para qué? No estoy loco.

Ernesto: el psicólogo, no es para los locos, es para ayuda personal. Es para que te den una terapia y puedas ayudarte en lo que te paso, a afrontarlo, lo digo por tu bien.

Roberto: ¡no! – me grita - y déjame en paz.

Ernesto: ok, solo intente ayudarte.

 

Me levanto y salgo de su habitación.

 

 

Mi madre me mando a la clínica del doctor Gómez para ver los resultados del antidumpin, algo que no entiendo es porque mi mamá no le saco los resultados en su clínica, pero a lo mejor porque estaban más cerca del doctor o también porque no tenía cabeza.

   Llego a la clínica y me recibe la recepcionista.

 

Recepcionista: hola buenos días, joven Mendoza.

Ernesto: buenos días, señorita, disculpe tiene los resultados de los análisis.

Recepcionista: claro en un momento se los traigo.

Ernesto: gracias.

 

Saco mi celular, y testeó un mensaje, a Bárbara.

Ya estoy en la clínica,

En un momento me darán los

Resultados, te aviso

Cualquier cosa.

 

Le doy enviar. Tomo asiento en las bancas, estoy impaciente, pero quiero saber cuál es el resultado. Tomo un periódico, donde veo la nota.

 

¡ESPOSA MATA A SU ESPOSO POR FONDO MILLONARIO!

 

Entonces pienso que horror, como alguien podría matar por dinero, es horrible, que horrible mujer, pero decido leer la nota.

 

Christina Sandoval, mando a matar a su esposo, el señor Leonardo Gómez, por su fondo dinero, esto después de que ella se enterara, que al morir el, recibiría un fondo millonario, los hombres que hicieron el trabajo lo dijeron todo, dos taxistas de la ciudad de Guadalajara, el jueves veremos qué pasa con la acusada

 

Me quedo con la boca abierta, no puedo creer, tanta crueldad de esa mujer y bueno que novedad aquí hay taxistas por dinero. Me levanto y voy a la máquina de café, me sirvo uno de moka.

   Cuando me doy la vuelta veo que está detrás de mí la recepcionista y me asusto y se me cae el café de los nervios.

 

Recepcionista: perdón joven.

Ernesto: perdóneme a mí, ya el cochinero que hice.

Recepcionista: no se preocupe, deje llamo a alguien para que limpie, pero aquí está el resultado.




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