Amigas para siempre

Capitulo 1. ¿El trabajo de tus sueños?

Blanca

En un día soleado, no hay nada mejor que ir a la piscina, la playa… si no fuera porque… tengo que trabajar…

—Buenos días—Dije toda contenta. Entre en la tienda y la vi toda llena de polvo, estanterías con objetos antiguos y desgastados. —Menudo desastre… ¿hay alguien?

—Blanca, ¿eres tú?

—¿Señora Sienna? Si soy yo— La señora bajo las escaleras y me dio dos besos.

—Tiene que venir otra chica, puedes sentarte ahí si quieres— Dijo la señora volviendo a sus cosas. La silla no parecía muy estable así que me quede de pie.

—¿Otra chica? Mi abuela me dijo que necesitaba ayuda con la tienda y por eso me lo dijo a mí.

—Sí pero antes de ayer me encontré con esa chica, ahora no recuerdo su nombre, y estaba buscando trabajo así que, no tardara en llegar.

—Pues no es muy puntual…

—Ya veras, te caerá bien. Ten paciencia.

—Hola—Sonó la campana de la puerta. —Siento llegar tarde, he tenido un problema con el coche y…

El silencio inundo la tienda, no me lo podía creer, esa chica, de pecas, cabello rizado, castaño rojizo, ojos azules, ropa destacable…

—¿Rosa?

—¿Blanca?

—Ya os conocéis, que bien, voy a preparar un té— La señora entro en otra sala y nos dejo solas. Definitivamente no sabíamos que decirnos.

—Cuanto tiempo sin vernos—Dijo Rosa. —8 años ¿no?

—9 en realidad.

—¿Vienes por el trabajo?

—Ya te lo puedes quedar tú, yo me buscaré otro— Dije yendo hacia la puerta. Pase por su lado pero ella ni se inmutó. —No, no puede ser— Intenté salir de la tienda pero la puerta no abría. —Oh vamos.

—¿No se abre?

—No, estoy aquí por gusto.

—Solo he preguntado.

—Pues no preguntes.

—Pues muy bien, ya no te preguntaré, abre la puerta tú misma, eres la que se quiere ir.

—No entiendo nada, la puerta se habrá atascado ¡Señora Sienna!—Dije yendo hacia la puerta interior.

—Vaya… que frascos más bonitos— Mientras estaba buscando a la señora Sienna escuché a Rosa alucinada con los objetos de las estanterías.

—No la encuentro, no lo entiendo, la tienda es pequeña no puede haber desaparecido— Dije yendo hacia la sala inicial, donde estaba Rosa.

—Ríndete, seguro que hasta que no nos llevemos bien no saldrá. Estará escondida.

—No la conoces como yo.

—Tú misma, no tengo muchas cosas que hacer ahora—Dijo sin mirarme a la cara. Seguía mirando los objetos.

—¿Donde estará? Señora Sienna por favor, ¿me puede abrir la puerta?—En ese momento el móvil de Rosa sonó.

—¿Diga? Hola Celeste—Cuando escuche el nombre empecé a sentirme intrigada. No sabía que se seguían hablando. Celeste fue una de nuestras mejores amigas, de hecho, mientras que casi toda nuestra clase se iba al mismo instituto, nosotras tres y algunos más nos cambiaron a otro y fuimos absolutamente nuevos. Y ahí empezaron los problemas. —Gracias, adiós.

—No sabía que seguíais en contacto.

—No lo sabes todo Blanca, deja de hacerte la importante.

—Yo no me hago la importante, fuiste tú quien…—No quise decirlo, no quería recordar el pasado. Rosa tampoco quería hablar del tema, no dijo nada en varios segundos.

—¿Y esto qué es? Qué bonito—Cogió un frasco que al verlo me alarme.

—No, no lo toques, es super delicado— Intenté cogerlo pero lo alzó.

—¿Delicado? ¿Qué es?

—Rosa por favor, déjalo donde estaba, no sabes lo poderoso que es.

—¿Y tu si?

—Me lo dijo la señora Sienna, estate quieta, no es un juego— El frasco que Rosa tenía en su mano se le resbaló y al caerse se rompió y esparció todo un olor que nos dejo a las dos tiradas en el suelo.



#18913 en Fantasía
#3988 en Magia
#40909 en Novela romántica

En el texto hay: drama, amor, amistades que no se rompen

Editado: 12.02.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.