Oriol
Me sorprendí con el tema de la magia, personalmente yo no creo en nada de eso pero sé que ellas no son de mentir, y Violeta me contó lo que le pasó cuando era pequeña, no es que no me lo crea pero me cuesta mucho verlo si no lo veo yo mismo.
—¿Oriol?—Me llamó la atención. —¿Estás bien? Pareces estar en otro mundo—Dijo Violeta.
—No, tranquila, estoy bien.
—Bueno, yo me tengo que ir.
—¿No decías que tienes tiempo?—Preguntó Rosa.
—Sí, pero me acordé de que tengo que ir a recoger a mi sobrino de la guardería, otro día quedamos todos que hace tiempo que no estamos juntos.
—Se intentará pero no sé si podrán todos—Dijo Violeta despidiéndose.
—Espera voy contigo, hasta pronto a los dos, tortolitos.
—¡Rosa! No lo vayas diciendo por ahí por favor
—¿Por qué? ¿Por qué no queréis que se sepa?
—Es difícil de explicar, ya os lo contaremos cuando estemos listos, vamos.
—Como queráis, ¡Mauro espérame! ¡Adiós!—Nos quedamos solos en la floristería. Nos abrazamos después de cerrar la puerta.
—Tengo un plan para todos nuestros problemas ¿quieres oírlo?—Violeta levanto la cabeza y con una mirada de esperanza me dio a entender que si quería escucharlo. —Sabes que hace poco solicité un trabajo de policía pues ¿adivina qué?
—¿¡Te han contratado de policía!?
—¡Sí!
—¡Qué bien! ¡Me alegro mucho Uri!
—Y ahora viene lo mejor, me han dado una oportunidad de trabajar en la isla Cristal.
—¿Cómo? ¿Te tienes que ir de la isla?
—Nos tendremos que ir de la isla—Le cogí de las manos. —No pienso dejarte aquí sola.
—¿Pero y mi familia? Uri, tus padres todavía tienen a tu hermana Rubí, pero mis padres solo me tienen a mí.
—Pero se oponen, ambos se oponen a nuestra relación y me gustaría empezar de cero en un lugar donde no tengamos que escondernos.
—No sé qué decirte, estamos ahorrando para casarnos y dejarlo todo para irnos a vivir a otra isla…
—Eso es lo mejor, no tenemos que pagar nada, la agencia de policía que me ha aceptado paga todo el viaje, podemos seguir nuestra vida en la isla Cristal, tu pues volver a abrir otra floristería y mi salario de policía es bastante más elevado que aquí.
—Deja que me lo piense, ¿cuándo te tendrías que ir?
—La semana que viene empezaría, así que tengo que irme el viernes 14 para tener el finde para instalarme y conocerme las zonas.
—¿Tan pronto te vas? solo te quedan dos días aquí.
—Por eso te he dicho de ir los dos juntos, nos pagan los viajes a los dos.
—Pero no quiero dejar a mi familia sola, mis padres lo pasaron mal cuando murió mi hermana.
—Y los míos también Vi, pero no podemos aferrarnos al pasado, están tan obsesionados en pensar que la otra familia tiene la culpa, que no ven que nos están perdiendo.
Violeta no sabía que decirme, ya sé que era un cambio muy radical para ella, la familia lo es todo para Vi pero, sabía que si no hacíamos algo nuestra relación se podría romper por culpa de quienes nos rodean y quienes nos meten ideas negativas en la cabeza constantemente.
—Me lo pensaré, dame un día para pensarlo ¿vale?
—Está bien—Dije abrazándonos.
Ya echaba de menos sus cálidos abrazos. Muchos pocos lo saben pero, me enamore de ella en primaria, de hecho creo que en infantil ya teníamos una armonía perfecta entre nosotros, lo poco que recuerdo fue estar en las clases de infantil (p3, p4 y p5) y estar con ella en algún ambiente, un proyecto que se empezaba con nosotros y que ahora está en todas las escuelas.
—¡Buenos días! Vaya, perdón, ¿hemos interrumpido algo?—Esa voz, ¡era Celeste! Hacía tiempo que no la veía, y junto a ella estaban las gemelas, Luna y Sol, a ellas si las vi hace poco…
—¿Os ha dicho alguien que estábamos aquí?—Preguntó Violeta.
—No, lo hemos sabido por sus cartas, ¿qué estabais haciendo? Es igual, tenéis que ayudarnos a reconciliar a Rosa y a Blanca, por favor, yo ya no lo aguanto más, me gustaría que todo fuera como antes.
—Pero para eso tenemos que llegar a la raíz del asunto, además, todos queremos saber lo que ocurrió—Dije.
—Entonces ¿nos ayudareis?