Luna
—¿A qué viene tanto secretismo?
—Solo es por precaución, desde que la isla se redujo por culpa de la magia elemental todos están muy atentos a la magia.
—¿Y esto lo sabes ahora o…?—Le señalé la televisión.
—Y aquí estamos una vez más, recordando cómo era nuestra isla hace años, antes de que la tierra se volviese loca por culpa de la magia—La presentadora habló.
—Me encanta como le echan la culpa a la magia—Dijo con un tono irónico.
—Bueno, ¿me dejas ver el libro?—El libro de conjuros, un libro lleno de secretos, los ingredientes que hay que poner para cada cosa, como prepararlos y como encontrarlos. —Veamos—Abrí el libro buscando el conjuro de lavanda.
—Aquí es—Señaló.
—El conjuro de lavanda. El conjuro de lavanda es uno de los conjuros más fuertes que existen ya que accede a los recuerdos de las personas afectadas, sus miedos y sus fantasías. La mente humana es muy reservada y para eso los antiguos magos y hechiceros buscaron la manera de saber lo que se escondía en la mente de perversas personas para poder ayudar en lo que fuera necesario.
—Lo crearon para poder averiguar que sucedía en su cabeza ¿no? No es un conjuro tan malo entonces.
—Depende de para que lo utilices, todo es malo si lo miras con malos ojos, lo que no entiendo es que hacia un frasco de lavanda en la tienda en la que trabajas.
—Es una tienda de antiguos objetos mágicos, ¿de verdad te lo preguntas?
—Lo que me pregunto es porque estaba un bote hechizado a la vista de todos, como has podido comprobar ambas estáis hechizadas ¿no os dijo nada al respecto?
—Nunca nos mencionó que había algo encantado, dijo que si fuera importante no lo dejaría ahí encima.
—Entonces yo tengo dos teorías. O se habrá equivocado de frasco pensando que el hechizado está bien guardado o… lo ha hecho apropósito para que dejarais de pelear y os entendierais.
—Ninguna de las dos me vale, la quiero fuera de mi vida.
—No os entiendo, hace un par de días estabais bien y ahora con… bueno, ya sabes, os habéis vuelto a pelear, eso no es lo que querría Celeste.
—¡Celeste está muerta!—Entró en pánico. —Está muerta, el lunes es su funeral y aun no estoy preparada para dejarla ir.
—Nadie lo está—La abrace. —Ninguno de nosotros lo ha asimilado todavía, y es normal, es parte del duelo, se dice que puede durar entre seis meses y un año así que, todo está bien, no te preocupes.
—A ti te veo muy bien
—Es una máscara, me he bebido un te relajante de plantas así que ahora mismo mis emociones no me controlan, pero cuando se me pase voy a ser una fuente con patas.
—Bueno, seguimos con el conjuro, no hay tiempo que perder.
—Vale, vamos a ver, los ingredientes son los que le dije a Rosa, la lista que os di.
—Me quedan los 4 últimos.
—La elaboración ya me la sabia pero aquí está en especifico, y aquí está, donde encontrar los ingredientes. La raíz de loto se encuentra en los pantanos de Nevril, está a poca distancia de aquí.
—Perfecto ¿El siguiente?—Preguntó apuntándolo en el móvil
—Los cubitos de hielo son… cubitos de hielo, no tiene mucho misterio, y las bolas de cacao también, son las normales, se compran en el supermercado y ya está.
—Los cubitos de hielo ya están listos en mi casa, ahora compraré antes de que cierren las bolas de caco puro y solo faltarían dos.
—La flor de Mana es muy difícil de encontrar.
—¿Como de difícil?
—Aquí solo pone que la flor de Mana solo sale en lugares donde haya verdadera paz.
—¿Paz? Bueno, ya lo miraremos después, ahora voy a comprar antes de que cierren.
—Pues ya son casi las nueve de la noche—Sol había llegado de la calle.
—¿Ya? Me voy, gracias Luna, te quedas el libro hasta que regrese a por él ¡¿de acuerdo?! ¡Adiós!—No me dio tiempo a responder.
—Esta chica siempre va con prisa—Dijo mi hermana mirándola como corría.