Amigas para siempre

Capitulo 45. Y lo que no te imaginas

Mauro

—Los Roller, una familia muy rica por sus productos de belleza, descubiertos por uno de sus cinco hijos, y con pruebas contundentes de que pueden ser los causantes de tres muertes, seguimos a la espera de la declaración de la policía—Dijo un hombre

—Menuda faena…—Vibró el móvil. Estaba hablando con Violeta pero tenía los encargos en las manos y no podía cogerlo—Aquí traigo el pedido—Era una caja grande donde dentro estaba un pequeño robot de servicios.

—Muchas gracias Mauro, dile a tu madre que la veré después del trabajo.

—Como no tío James ¿sabes cómo funciona ese robot?

—No me encargo yo, se encarga Chain Len. Él sabe de tecnología, no te preocupes por mí.

—Como quieras, que tengas un buen día.

Vi la noticia en la televisión del bar de mi tío, hermano de mi madre. Volví a hablar con Violeta pero no me respondió, seguramente todavía seguía ahí con Esmeralda y su familia, quien lo iba a decir, desde tan pequeños y nos estamos enterando de cosas ahora que nunca imaginaria…

 —¿Tú crees que lo haces bien? Así no se limpian las herramientas de trabajo, dame que te enseño como se hacen—La nueva jefa de Rosa era el doble de estricta que la anterior, aunque de hecho, la otra se fue de la tienda sin supervisarlas…

—Es muy dura ¿no crees?

—Hola Mauro, si, así es mi tía, dura como una roca, nada la detiene. —Amber estaba mirando la escena igual que yo, delante de la peluquería, sin llegar a entrar.

—¿No crees que Rosa se merece un poco más de calma?

—¿Y qué quieres que haga? Ella quiso este trabajo.

—¿Sabes lo que más me impacta sobre ti? Tu corazón de piedra—Di la vuelta para irme pero antes de eso Amber me respondió.

—¿A qué te refieres con eso?

—Parece que no te das cuenta de nada pero créeme que te vigilo muy de cerca, Celeste ya había sospechado de ti desde el instituto y nos lo repitió muchas veces, no le hicimos caso y mira donde está ahora, pongo la mano en el fuego a que tu no sientes ni una pizca de tristeza por ella.

—¿Por qué lo dices? ¿Por lo del dibujo de Mar?

—Por todo en general, ten presente que todo cuenta y que aunque no esté Celeste yo sigo vivo y no te quitare los ojos de encima—Me fui tranquilamente de la peluquería.

Amber se quedo sin palabras, pues no me las dijo cuando podía hacerlo hecho, estaba decidido a que los esfuerzos de Celeste por protegernos de ella, no fuesen en vano.

Ya había terminado mi trabajo por hoy, era la 13:00 pasada y como cada día, desayunaba temprano, pues comía temprano. Llegue a un restaurante y vi a Mar y a Perla sentadas con sus hijos.

—Vaya, vaya, me alegro de veros chicas.

—Mauro, que sorpresa ¿Qué haces tú por aquí?—Preguntó Mar.

—Pues mira, aquí, termine de repartir por hoy y voy a pedir algo para llevar ¿y esos dos?

—En el baño, se están lavando las manos, nosotras acabamos de llegar—Dijo Perla. Su hijo de un año estaba llamando la atención. —¿Qué? Que quieres—Dijo de forma suave.

—¿Y tu cuando vas a tener pareja?

—Vaya, ya extrañaba esa pregunta, que raro que no me la hayas hecho en el otro restaurante.

—Éramos muchos, no venia al caso—Dijo riéndose, los tres nos reímos.

—Pues bueno, de momento no tengo a nadie, y tampoco es que necesite una pareja.

—No si ya lo sé, pero, espera, ¿cuántos tenemos pareja del grupo?

—Tú y Albino, Bruno y Perla, Violeta y Oriol, Esmeralda y Arún

—¿Esmeralda y Arún son pareja?

—Todavía no pero se nota una fuerte atracción entre ellos dos, yo lo veo.

—¿Entonces solo hay tres parejas? Pues somos muy pocos ¿no?—Dijo Perla.

—¿Ves? No me tienes que dar la lata solo a mí.

—Perdona, perdona, disculpe el señor—Dijo riendo. —¿Que pasa Platina? Entra si quieres, aunque no tardaran mucho en venir.

—¿Ya sabes algo sobre si realmente está embarazada Violeta?

—No tengo ni idea, luego la llamare—Dijo Mar.

—Bueno, voy a ver y luego me voy, no me quedare mucho—Dije antes de pasar por el pasillo. Y entre… No debería haberlo hecho…

Los vi, a los dos, en el baño, dándose un beso fuerte. Me retire pero antes de que pudiera abrir la puerta para salir se percataron de que los vi.

—Espera. Espera, espera Mauro—Albino me cogió del brazo y Bruno me empujó suavemente por la espalda.



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En el texto hay: drama, amor, amistades que no se rompen

Editado: 12.02.2020

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