Blanca
Estaba dispuesta a encontrar los últimos ingredientes que faltaban para la poción, le pedí este día libre a la señora Sienna y me lo concedió con la condición de que la semana que viene no falte ni un día.
En mi bolso solo llevaba la lista de ingredientes, solo faltaban dos, la raíz de loto y la flor de Mana, se decía así porque solo crece aquí, en Mana. Aunque es muy difícil de encontrar.
El libro de conjuros decía que la raíz de loto se encontraba en los pantanos de Nevril, así que me dirigí hasta ahí. Pasé por delante de la nueva peluquería donde vi a Rosa barrer toda la sala ella sola, sin nadie más. Pero pase de largo, no me detuve.
—Pero menudo sol hace hoy, eso no es normal en pleno octubre—Dije haciendo sombra a mis ojos, a lo lejos veía una persona totalmente tapada con una capa de color blanco ¿no tenia calor?
No dije nada tampoco, no era de mi incumbencia, pasamos cerca, la una a la otra yo seguí pero ella se paró.
—Chica—Dijo mientras yo seguía andando, me gire para ver que quería. No le veía la cara. —Despierta—Solo dijo eso, y a penas segundos de eso un humo violeta nos envolvió a las dos, tosí tanto que pensaba que me iba a morir ahí mismo.
—¡Blanca!—Una voz grito mi nombre un par de veces mientras yo seguía tosiendo, el humo desaparecía y en lugar de esa mujer, había una flor de loto con su raíz. —¿Estás bien?
—Sí, lo estoy—Me levante yo sola. —¿No deberías estar barriendo la peluquería de tu jefa?
—¿Te molesta que trabaje de lo que me gusta?
—¿Te gusta barrer?
—Es un proceso, primero empiezo por abajo y poco a poco iré subiendo.
—¿Estás segura de eso?—Dije mientras recogía la flor de loto.
—Sí, lo estoy, además ¿te importa lo que haga?
—No, la verdad es que es tu vida, haz lo que quieras, yo hare lo mismo.
—¿Eso es otro ingrediente? Pero si apenas nos hemos tocado.
—Pero no me voy a arriesgar, quiero estar separada de ti y por favor no me toques, no quiero recordar lo que pasó.
—Todavía estoy en proceso de asimilar que fue mi tío.
—Pues ya ves, perdona, tengo que irme.
—Espera, quiero hacerte una pregunta—Me pare. —¿Qué era ese humo oscuro y violeta?
—Pues la verdad, no lo sé, había una mujer con una capa blanca, me dijo que despertara, pero no se a que se refería.
—¿Y desapareció? Eso no es normal.
—Y nuestro hechizo pero mira, así son las cosas.
—Blanca.
—¿Qué?
—No quiero perderte de nuevo. Por fin podemos volver a ser amigas de nuevo.
—No te entiendo, estas enfadada conmigo, luego no, luego sí.
—Soy una chica inestable, como cualquier otra persona, hace tiempo que no volvemos a vernos y la verdad, el accidente de Celeste me ha quedado marca. Ella no querría que nos volviésemos a separar de nuevo.
—Vamos a hacer una cosa—Me acerque a ella. —Yo acabo la busqueda del último ingrediente mientras tú esperas y haces tu vida como si nada, y cuando estemos bien, sin el hechizo, entonces hablamos de todo lo que ha pasado, pero mientras, cada una por su camino ¿de acuerdo?
—De acu…—No había terminado de hablar y yo ya lo daba por hecho.
—Muy bien, adiós.
La deje ahí sola, a ver, dicho así suena que yo soy la mala, pero tampoco es tan grave ¿no? Ahora solo me faltaba encontrar la flor de Mana. ¿Dónde podría estar?
El libro de conjuros decía que se encontraba en lugares de paz, pero ¿qué demonios significa eso? Llame a Luna para preguntarle y tampoco supo nada.
—¿Entonces qué hago? Es el último ingrediente que falta.
—Deja que mire en otros libros, te llamare si encuentro algo.
—Vale, pero date prisa, no quiero estar más tiempo así.
—¿Pero tú te notas algo diferente?
—No, pero es igual, con tan solo de pensarlo me pongo nerviosa.
—Eres una impaciente, en vez de ver el lado negativo ¿por qué no ves lo positivo de todo esto?
—¿Y cuál es el lado positivo de todo esto?
—Tu pasado con Rosa, averigua porque ha pasado lo que pasó. Aprended de los errores del pasado, juntas.