- CAPITULO 7 -

LA CHICA DEL KINDER

Perdí la noción del tiempo y fecha desde el día diez en la cárcel y si por consciente me olvidé de un pequeño detalle, que hubiera preferido no haberme acordado, hoy es veinte de enero, que por consiguiente saben lo que significa.

Si, hoy se cumplen cinco años desde que mi mamá falleció.

La verdad que esto me pone de un muy estúpido mal humor, odio mucho este día, se que han pasado muchos años de esto, pero el perder a alguien es difícil y el perder a tu madre aun más, no todos entenderán que es dolor de perder a alguien que es tu todo.

La extraño mucho...

Este día de alguna manera Emma siempre se las arregla para estar conmigo, para que no me sienta solo; compra mi pizza favorita, miramos la película que quiero, que siempre me la cambia para no ponerme triste, la bella y la bestia, a ella también le gustaba mucho Disney.

Esta película es especial me la enseñaba cada que podía, a papá no le agradaba la idea de que mirara televisión. Esta película es especial, de alguna manera ver a Bella leer me atrajo a ese mundo, el cual digo orgulloso que no salí de ahí e incluso me guió a las letras, al mundo de la escritura, el crear nuevos mundos.

Simplemente mi mamá siempre será la reina de mi mundo.

Sin más remedio me levanto de la cama, que he de decir que es más cómoda que la de la otra cárcel, por lo menos con esta si puedo descansar, y me dirijo a comer. Este si es un gran cambio, ya que en la cárcel del norte nos entregaban la comida directamente en la celda.

Por lo menos ahora podré caminar más.

Agarro la bandeja y comienzo a tomar comida, hay bastante variedad, en el norte apenas si te daban comida. Sin más remedio me dirijo a las mesas, por suerte hay una totalmente vacía.

Podre tener tranquilidad.

Con la suerte que tengo no fue así, luego de un rato la chica que ya había visto se sentó a mi lado, dándome un susto tremendo porque estaba muy perdido en mis pensamientos, específicamente en mamá…

Puse mala cara, pero seguí comiendo.

-Hola -escucho decir a la chica. Una voz dulce, ya tenemos problemas desde ahí, no soporto las voces así.

Yo solamente me quedé en silencio y continúe comiendo.

-¿Cómo te llamas? -la vuelvo a escuchar. Esta trate más que lo voy a contestar, hoy no, hoy me siento mal.

-Yo soy Keira -¿Me importa? Noto de reojo que extiende su mano a mi.

La evito.

Se queda analizando qué hacer.

-¿Mataste al vendedor? -escucho luego de unos minutos. ¿De dónde ha sacado eso? Seguro que me está investigando. Soy el nuevo, el más vulnerable. Es por eso que las chicas con sonrisas dulces son las más probables a que estén mintiendo.

La veo de reojo.

-¿Quieres ser mi amigo? -Bien si no le hablo ahora o me voy, no me dejara en paz y ahora lo único que quiero es estar tranquilo.

-¿Vienes del kínder o qué? -le respondo y la volteo a ver.

Se ha quedado en silencio, creo que no se esperaba una respuesta de parte mia.

-Si, vengo del kínder ¿ok? La veo molesta, pero tan solo muevo mi cabeza desinteresado y devuelvo mi vista a mi comida sin probar un bocado. Luego de unos minutos sigo comiendo ya que ya no hablo, por lo menos, no sabía si podía soportar su voz de nuevo.

-No me gusta mucho la manzana ¿y a ti? -Vuelve a hablar.

Comer la manzana es mi respuesta.

-La comida está rica, no como la de mi mamá, pero está rica ¿Tu mamá cocina para ti? -¡¿En serio?! Parece que el mundo está en contra de mí.

Me levanto inmediatamente de la mesa y la dejo sola, no creo poder soportar más a alguien. Tan solo un momento después suena un timbre que me imagino que es para regresar a las celdas.

Al llegar a la celda tan solo me fui a acostarme en la cama, y como me imagine no soporte a un más y me puse a llorar, esto no está siendo nada fácil para mi aun pasando cinco años sin mi mamá, creo que nunca será fácil, pero sí más soportable.

O eso es lo que quiero creer.

Llorar me tranquilizó muchísimo y me hizo sentir mejor, pero aun así estaba cansado y decidí dormirme un rato.

-<3 -

Como dije por lo menos aquí podré caminar un poco, pero algo que no cambió es la salida al patio. Hoy sí que trataré de no meterme en problemas, ya no puedo con más golpes en mi. Me fijé en los lugares que había y encontré un lugar solitario.

Me coloque en una pose cómoda, luego de tan solo segundos logro visualizar a la chica de hoy, espero no tome que tengo algo en contra de ella, no quiero meterme en problemas con nadie, a pesar de ver a personas amables al fin y al cabo todos están porque han cometido un crimen y debo tener mucho cuidado con cada uno de ellos.

Me frustro al darme cuenta que me he quedado viéndola de nuevo ¿Que mierda me pasa? Volteo mi vista a otra cosa. La pared es muy interesante la verdad. A quién engaño, ella tiene algo que me molesta mucho, está ganando mi curiosidad.

Tan solo unos segundos después se escuchan pasos acercándose, volteo y la veo a ella. Me coloco bien y bajo mi vista un poco. No es una chica muy baja, pero tampoco muy alta, le paso por unos pocos centímetros.

Su mirada es algo curiosa, emana una energía diferente. Tranquilidad y ternura. No se como es que su mirada puede expresar algo así.

-Lo siento, -dice luego de un rato, le pongo cara confusa ¿porque se disculpa si yo fui grosero? De alguna manera- lo siento por haberte incomodado o hecho alguna pregunta que no te agradara -¿por eso se disculpa? Si fue algo insistente, pero no creo que fuera para molestarme a propósito.

-No me incomodaste… -digo entre dientes, realmente fue porque no andaba de humor y ella no lo sabía, no debí desquitarme con ella- solo no quería hablar con alguien -le digo sincero. Ella me sonríe, se ve como una niña feliz luego que le dicen que no la castigaran porque no fue su culpa- solo no me molestes tanto -no es tan mala, pero igual debo tomar mis precauciones.