Amigos Sin Beneficios

Capítulo 4: Salvación.

7 de Septiembre de 2018.

 

 

Lia.

 

 

Estaba agotada mental y físicamente.

Normalmente así estoy cuando trabajo los jueves en la noche y voy a clases los viernes por la mañana. Es la peor parte de mi trabajo, las desveladas y la falta de energía para algunas clases pero por suerte me esforzaba toda la semana en adelantar tareas para tener un fin de semana libre.

Era la hora de la salida y yo solo quería llegar a casa a dormir. Iba como un zombie por los pasillos a lado de Iván y Mía que estaban chismeando sobre lo ocurrido ayer, al parecer Mateo es su nuevo chisme favorito, eso o nadie más ha hecho algo "interesante". Claro porque no les interesa que María haya ganado la competencia nacional de tiro al arco.

En realidad yo tampoco sabía hasta que me lo dijo su hermano, de hecho no conocía a la tal María ni sabía que uno de mis compañeros era su hermano, je, je.

—Hubieras visto su cara cuándo llegó con el labial pintado en todas partes. Después se fue enojada del bar.

Además de compartir chismes, también comparten un odio por Ana.

—¡Hasta que alguien pone en su lugar a esa arpía!—Iván y Ana siempre se habían llevado mal.

Lo de Mía fue tiempo después, en realidad con Mía no hay razón, solo la sacó de sus casillas un día y eso es extremadamente fácil, Mía odia a medio mundo. Estoy segura de que ella tiene una lista negra de personas que odia y al menos unas quince maneras de torturarlas.

Ana siempre le había hecho bullying por su físico a Iván ya que en el pasado estaba un poco pasado de peso y con problemas de acné, luego la pubertad se acabó y comenzó a entrenar natación, aún así Ana siempre le remarca su pasado con apodos que casi nadie capta. Piensan que sus peleas son algo "épico" en la escuela, aunque fastidian a todos en realidad. Esa rivalidad no los llevará a nada.

Ana no es una horrible persona, solo es brutalmente honesta y claro quiere tener relaciones con todo el mundo pero eso no la hace una mala persona.

¿O sí?

—Si bueno, no creo que se rinda tan fácil con Mateo—dijo Mía.

—¿Por qué lo dices?—Iván preguntó.

—Está hablando con él, insinuándose diría yo—en cuanto dijo eso Iván y yo volteamos a verlos y sí, estaban a fuera del baño de hombres hablando. Mateo se veía muy incómodo en realidad.

—Creo que deberías de ayudarlo—insinuó Iván.

Mi cerebro no estaba muy despierto para pensar con claridad, obviamente no puedo armar un plan de la nada, Iván. No tengo el don de improvisar cosas.

—Bueno Mía, eres la nueva novia falsa de Mateo—le di una palmada en el hombro. Tal vez si puedo, soy muy inteligente cundo quiero.

—Ah no Lia, yo soy un espíritu libre—sacudió su hombro como si lo hubiera ensuciado—. Hazlo tú, debes de salvar el día y ganarte tu lugar en el cielo.

—¿Qué? No. No haré eso—negué con la cabeza.

No me quiero buscar problemas, soy feliz con mi vida simple y aburrida.

—Dame el labial que pusiste en el otro día—se lo tendí y comenzó a ponérmelo.

Yo estaba forcejeando pero entre Mía e Iván lograron ponérmelo y luego Iván me inmovilizó con sus brazos y me empujo para que fuera con ellos. Iba a gritar pero nos mirarían raro y nunca me ha gustado ser el centro de atención.

Voy a tener que hacer esto, no quiero ver morir a mi amigo así que me resigné y seguí caminando hacía donde Iván me había aventado. Cuando vi que Ana iba a aventarse sobre él para probablemente abrazarlo corrí y lo hice primero.

—Hola, cariño—dije mientras me separaba y le daba un beso en la mejilla.

Esto es muy raro, yo nunca saludo a nadie con beso en la mejilla, no me gusta y siempre lo evado.

Esperaba que captara la idea y no me creyera loca y luego me dejara en ridículo. Debe de agradecer el gran esfuerzo que hago ya que me cuesta mucho hacer este tipo de muestras de afecto.

Por un momento se quedo inmóvil y luego reaccionó, entrelazó nuestras manos.

—Oh perdón, no te vi ahí—le dije a Ana rompiendo el incómodo silencio—. ¿Interrumpí algo?

—En realidad s...

—No, amor—Mateo la interrumpió.

Sabía que esto era incómodo también para él.

—¿Así que tú eres su novia?

—Sí—intenté sonar segura.

—¿Y por qué no me había enterado? ¿te da vergüenza salir con ella?—a esto es a lo que me refiero con ser brutalmente honesta.

A mí no me ofende, pero claro que no todo el mundo es como yo.

—No, es solo que hemos sido amigos tanto tiempo que nos estamos acostumbrando a esto—dije dándole una gran falsa sonrisa y él me abrazó por los hombros.

Quiero tirarme a reír de esta incómoda situación.

—Sé que te conozco de algún lado—pretendió estar pensando—. ¡Claro! Eres la hermana de Ivádiposo ¿no?—Ivádiposo es uno de esos apodos raros que le había buscado.

Por Iván y Adiposo, creo que significa grasoso o algo así. Si lo pienso bien no es un muy buena apodo, es muy largo y casi nadie lo podría entender. Claro que no se lo diré a mi primo porque inmediatamente me meterá al club de no-fans de Ana.

—Prima, en realidad—le sonreí.

Claro que me conoce, hemos trabajado en proyectos juntas algunas veces. De hecho me llevo bien con su mejor amiga que eso todo lo contrario a ella.

—Y trabajas en SourMixno sé si lo preguntaba o lo afirmaba.

No sé si me gusta que ahora mágicamente se acuerde de mí.

Mmm, no, definitivamente no me gusta.

—Así es—ya me están doliendo las mejillas de tanto sonreír.

—Bien, me tengo que ir. Sigue en pie lo que te dije, Mateo—le dio un beso en la mejilla y se fue.

Yo solté todo el aire que mis pulmones habían retenido.

—Acabas de salvar mi vida otra vez—dijo separándose de mí.

—Y yo acabo de firmar mi muerte. 



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En el texto hay: novelajuvenil, amistad, fingiramor

Editado: 02.12.2020

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