Amigos Sin Beneficios

capítulo 7: Botella.

26 de Septiembre de 2018.

 

Mateo.

 

Lia y yo habíamos prometido no volver a besarnos por el bien de nuestra amistad y lo estábamos llevando bien, las cosas siguieron normales por unos días pero en algunas horas tendríamos que volver a besarnos en una fiesta que sus primos habían organizado.. Mía le estaba enseñando a Lia a hacer trampa en el estúpido juego de la botella para que le tocara besarme y que nadie más lo hiciera.

¿Por qué?

Bien pues, desde que Lia le negó a Ana que habíamos tenido algún tipo de relación sexual ella había comenzado a acosar a Lia con preguntas y algunas veces a alardear de los encuentros sexuales que había tenido conmigo hasta que un día desesperó a Lia y fue a contarme todo. Primero no le habíamos tomado importancia al problema pero ahora estaba un poco alterada de que no dejara de poner imágenes mentales en ella.

Lia ya le había dicho que según si nos habíamos acostado pero obviamente Ana no le creía y le hacía comentarios sutiles a Lia para hacerla sentir mal, claro que a mi novia falsa a veces no le importaba y siempre que le decía algo ella asentía o alzaba los hombros.

Pero terminó diciéndole todo a Iván y Mía y claro, no iban a desaprovechar la oportunidad de defender a su prima-amiga y poner de malas a Ana, era la excusa perfecta para fastidiarla.

Primero intentaron correr el rumor de que Iván nos había visto en la habitación de Lia de manera inapropiada pero Ana no es tonta y nunca creyó ningún posible rumor. Literalmente si no lo veía no lo creía, así que Iván organizó una fiesta en su casa aprovechando que sus padres no estaban e invitó a todos los amigos de Ana para que se viera obligada a ir.

El plan era este:

1.-Mía le enseñaría a Lia como hacer que la botella no me diera a mí en ningún momento del juego solo hasta que fuera su turno. Esa parte ya está lista.

2.-Iván iba a distraer a su hermano para que no me partiera la cara mientras no me separaba de Lia. Estábamos en ese proceso.

3.-Mía iba a invitar a varias personas para empezar con el famoso juego de la botella el cual repudio mucho. Es hora de hacerlo.

Y bueno, la siguiente parte era jugar y cuando fuera el turno de Lia tenía que apuntarme a mí, tendríamos que besarnos de una manera en que convenciéramos a todos de que somos una pareja de borrachos con muchas hormonas alteradas.

No estoy listo para esto.

Mía le había dicho instrucciones exactas que yo también conocía sobre como Lia tenía que actuar para que Ana dejara de burlarse de ella y en vez de dejarla de ver como una novia inocente y amiga comenzara a notarla como mi sexy novia y enemiga.

Palabras de Mía, no mías.

Eso parece un trabalenguas.

Y para llegar a la escena que tanto me da miedo, pusieron la botella en medio de una mesa, los demás tomamos sillas y nos sentamos al rededor, luego los turnos comenzaron de la forma como estábamos sentados primero Ana, siguiendo con su amiga Bianca, varios chicos desconocidos y después el turno de Lia y como era de esperarse la botella me apunto a mí.

Le sonreí como cualquier chico enamorado y pude notar como varios chicos se quejaban, tal vez en un día diferente y un juego diferente hubieran tenido oportunidad. No, la verdad no. Ninguno hubiera tenido oportunidad. Así que, ¿tengo que aprovechar eso?

Qué afortunado soy y no lo digo con ironía.

Se levantó de donde estaba y caminó hacia mí, yo hice mi silla un poco para atrás y ella se sentó en mis piernas, me tomo del rostro y empezó a cortar la distancia entre nosotros. No era la primera vez que nos besábamos de este modo pero sí la primera en que ambos estábamos completamente sobrios, lo cual hizo que todo esto se sintiera mejor que la vez pasada. Pasé una de mis manos por su nuca acercándola más a mí. Tuve que pensar muchas cosas horribles para distraer a todo mi sistema, no se me olvida que todo esto solo es actuado, pero las respuestas que da mi cuerpo no lo entenderá muy bien y no quiero volver las cosas incómodas sobre todo porque ella está sentada sobre mis piernas.

 

Creo que ambos creímos que ya era suficiente así que después nos separamos y Lia iba a levantarse pero la jale del brazo para que se volviera a sentar sobre mi regazo para seguir con el juego. Espero que todo este "sacrificio" sirva de algo.

Temo decir que me empiezan a gustar este tipo de sacrificios y sé que eso debería de estar mal.

Algunos turnos después Lia pretendió decirme algo al oído y esa era mi señal.

—Bueno, dejamos el juego. Diviértanse chicos—Lia se levantó y después yo. Me tomo de la mano y me guió a las escaleras.

—¡Diviértanse ustedes!—Mía grito mientras íbamos subiendo y Lia le gritó que se callara.

Sí, justo como Mía lo había planeado, al pie de la letra.

Cuando al fin entramos a la habitación de Lia nos soltamos y nos quedamos callados en diferentes lados de la habitación. Creo que estaba tratando de poner sus pensamientos en orden al igual que yo, pero odio este momento de tensión.

—¿Cómo logran hacer trampa en ese juego?—tenía que romper el silencio.

—Si te lo digo Mía me matará de una manera muy sádica.

—Mía no te haría eso, ¿o sí?

—Es mi mejor amiga pero nunca sé que esperar del engendro del demonio.

Nunca he entendido por qué a Mía la tachan de "hija de Satanás" o "engendro del demonio". Tal vez es que no la conozco bien pero por fuera no se ve tan mala...

—¿Quieres ver una película?—Lia me preguntó después de un rato de más silencio. Yo asentí—. Escógela en lo que me pongo pijama.

Sacó una caja de su escritorio con varios DVD's.

—Puedes agarrar una de mis playeras para dormir si quieres—dijo y entró al baño.

Me quité la camisa que traía puesta y me puse una de las playeras de Lia y escogí poner "Señales".



#1816 en Otros
#491 en Humor
#4817 en Novela romántica

En el texto hay: novelajuvenil, amistad, fingiramor

Editado: 02.12.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.