Amigos Sin Beneficios

Capítulo 14: Liagibal.

4 de Diciembre de 2018.

 

 

Lia.

 

 

—Liagibal ven acá—mamá gritó.

Oh no, está de malas.

No me gusta que las personas me llamen por mi nombre completo, la mayoría lo sabe. Si de por sí no me gusta mi nombre menos me gusta que las personas lo digan, suena muy serio y la mayoría me hacía burla de ello. Por esa razón solo mi madre podía llamarme por mi nombre completo y solo lo hacía cuando estaba enojada así que para no hacerla enojar más fui inmediatamente a la cocina donde ella estaba.

—¿Qué pasó mami?—si también tengo que ser lambiscona.

—Necesito que vayas a dejar este paquete a la oficina de correos—me tendió una caja.

—La oficina está hasta el otro lado de la ciudad—mamá me miró con cara de "debí haberte abortado"—. Pero puedo tomar transporte público.

Tomé la caja.

—Dile a Mateo que te lleve en el carro de tu padre.

—No, puedo recorrer toda la ciudad—le sonreí para que no me mirara mal de nuevo—. Te sorprenderías de las maravillas del transporte público.

Se quedó pensando por un momento en lo que dije pero mi madre, al igual que Abigail, tiene una mente retorcida.

—¡Mateo!—gritó y este bajó corriendo, creo que igual ya sabía que ella estaba de malas—. Lleva a Lia a la oficina de correos y vayan a comer—nos tendió dinero.

—Mamá, puedo ir sola, no hay necesidad de que Mateo me lleve.

—Si la hay, no quiero que se maltrate mi paquete, así que vayan ahora o van a cerrar.

Iba a decir algo más pero tenía miedo de mi madre así que salimos de ahí, acomodé el paquete en el asiento de atrás y subí a la parte del copiloto.

Abigail es idéntica a mi madre en cuanto a carácter, pero de hecho su personalidad es muy parecida a la de mi padre. Yo no soy muy parecida a ella que digamos, si  no fuera prácticamente una copia de Abigail diría que soy adoptada pero no, los genes físicos de los Ruíz corren por todas mis venas.

¿Los genes corren por las venas? ¿Así va el dicho? ¿O era la sangre?

La oficina de verdad quedaba muy lejos, a media hora de la casa por el tráfico para ser más exactos así que puse algo de música para dejar de pensar estupideces y hacer el ambiente menos tenso.

Puse una estación de radio normal y diez minutos de viaje mi gusto culposo empezó: "Wannabe" de Spice Girls.

Ay no.

Amo, amo, amo esa canción, obviamente no es de mi época y la mayoría de la gente piensa que la canción es irritable pero es una de mis canciones felices, me la sé completita y no puedo dejar de cantarla cada vez que la escucho. Claro que lo hago en voz baja porque no quiero que me abandonen en un manicomio.

Mateo empezó a reír.

—¿Te estás burlando de mí?—me crucé de brazos cuando la canción acabó. Obviamente no iba a interrumpir mi momento feliz por su culpa.

Las Spice Girls hacen todo mejor.

—Sí—siguió riendo mientras manejaba.

—No canto para que te burles de mí—pretendí estar enojada pero me quería reír puesto que hasta yo me burlo de saberme esa ridícula canción.

—Eso parecía—le di un golpe en el brazo.

Tome el auxiliar del estéreo y puse una canción que se que odia: "S.O.S" de Jonas Brothers.

—Oh no, quita esa cosa.

Mateo odiaba a muerte a los Jonas Brothers debido a que hace algunos años Abigail y yo teníamos una obsesión muy fuerte por ellos. Mis gustos musicales se basan en bandas o grupos pop de una década atrás, prácticamente me gusta la música que ya todos odian.

Lo peor es que cuando a mi copia y a mí nos gusta algo, ya sea una canción o una película, la repetimos las veces que sea necesario y hartamos a todos al rededor.

—Nop—comencé a cantarla ahora si muy alto y me tapó la boca con su mano. Yo lo babeé.

—¡Qué asco!

—No seas llorón—los dos comenzamos a reír y el resto del camino puse música que a los dos nos gustaba e íbamos cantando, bueno más bien yo iba gritando y el reía de vez en cuando. Tengo pésimos gustos musicales pero también tengo muy buenos y puedo coincidir en algunos con Mateo.

Dejamos el paquete en la oficina de correos volvimos al auto y decidimos ir a comer pizza. Mamá dijo que compráramos comida para los dos y pues bueno, hay que obedecerla.

Toda la comida fue agradable. Él solo se burlaba de mi manera torpe de comer y yo hacía caras de asco a toda la cátsup que le echaba a su pizza. Es asqueroso. La pizza debe quedarse así como es, aún más asqueroso es que su pizza tenga piña.

En el camino a casa solo escuchamos música ya que estábamos muy llenos como para cantar.

Sentí que iba a vomitar.

Fue un momento muy agradable, extrañaba a mi amigo, de hecho creí que este día sería muy aburrido pero bueno, debo de agradecerle a mamá porque parece que me unió a Mateo de nuevo en un sentido de amistad.

Llegamos a la casa y Abigail estaba con su amiga Clío y otra chica viendo la tele así que nosotros pasamos directo a la cocina, estábamos platicando hasta que sonó el timbre de la casa y Mateo se ofreció a abrir. Hoy andaba de muy buen humor y eso era lindo.

Mateo volvió a la cocina y detrás de él entró Chris.

Mierda, había olvidado que iba a venir hoy, Abigail y yo lo habíamos invitado y ahora Mateo estaba con una cara de muy pocos amigos, más cuando Chris me abrazó al llegar.

El ánimo de Mateo cambió drásticamente.

Por suerte entró Abigail con las dos chicas y nos presentó a la hermana de Clío, Calli.

Se me hizo muy chistoso y bonito que tuvieran nombres de musas de la mitología griega así que pregunté el por qué de sus nombres a ver si no era pura coincidencia, mis padres habían decidido ponerme el nombre al revés de mi hermana, no tienen mucha imaginación. Me hubiera gustado que mi nombre tuviera más ciencia detrás que el nombre que tenía la enfermera que nos trajo al mundo.



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En el texto hay: novelajuvenil, amistad, fingiramor

Editado: 02.12.2020

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