El de como Mateo Abigail y Daniel volverán a México.
18 de Julio de 2019.
Mateo.
Me había creado una rutina bastante rara durante este semestre, entre semana me dedicaba al cien a la escuela y cada fin de semana—o cada que se me invitara a una fiesta—terminaba medio alcoholizado y coqueteando con chicas y no sé porque siempre llamo la atención de las chicas que tienen novio, los cuales siempre terminan peleando conmigo. No me siento orgulloso de eso pero sirve como distracción.
Al destino le encanta jugar conmigo.
Era un sábado por la mañana bastante común, iba saliendo de la casa de la chica con la que me acosté anoche, de la cual no recuerdo su nombre y en realidad no me interesa saberlo y creo que a ella tampoco. Había estado asistiendo toda la semana a fiestas aleatorias ya que hace una semana había sido mi graduación y no escuela significa ponerme a pensar en cosas que no quiero.
Y sí, yo sé porque lo hago. Las primeras semanas no había querido admitir que todo esto era por Lia volviendo a estar con Ray, busco cualquier cosa que me distraiga de recordar que yo fui quien prácticamente la aventó a sus brazos, pero está bien, no la merecía en ese entonces y no la merezco ahora viendo en lo que me he convertido.
Si ella se enterara de qué es lo que sucede ahora con mi vida me odiaría y ya que nos costó mucho recuperar nuestra amistad no quiero que lo haga. Sé que Abigail bien se lo podría decir pero no lo hará por el simple hecho de que tiene todavía la tonta idea de que Lia y yo estaremos juntos.
Creo que es la única que mantiene esa esperanza.
Ellas no se hablan muy bien desde su discusión cuando Lia regresó con Ray. Solo se hacen llamadas semanalmente con preguntas básicas de cómo han estado y eso es todo, las dos son bastante orgullosas y ya no se han contado nada. Siento que eso en parte eso es mi culpa.
Abigail dice que no y que todo es culpa de Lia, pero sé que mi amiga se siente también culpable pero obviamente no lo va a aceptar.
No sé cómo podrán sobrevivir cuando vivan todos juntos.
Los papás de las gemelas habían convencido a sus tíos de que dejaran vivir a Liagibal, Abigail, Jorge, Iván y Luis juntos en la antigua casa de ellas. Había tomado muchos meses de convencimiento pero lo lograron. Así que eso va a terminar en desastre, sumándole que voy a volver a ser su vecino y Daniel vivirá en una residencia de estudiantes a unas cuadras de nosotros.
Todos vamos a morir.
O al menos ellos.
Llegué a la casa y escuché voces arriba así que decidí subir, pasé por el cuarto de Abigail y ella y Daniel estaban empacando cosas. El lunes nos iríamos todos a México, qué genial. No puedo esperar la hora de tomar ese vuelo, yuju.
—Ven aquí maldito insecto y ayúdanos—dijo Abigail en cuanto intenté pasar desapercibido.
No me entusiasma mucho la idea de estar con ellos dos, al principio era divertido pero ahora de repente tienen ataques cursis y me ahogan con tanto caramelo. Pero claro, los dos piensan que es mala idea dejarme por cinco minutos solo así que siempre están pegados a mí.
—No es mi culpa que hayas dejado todo para el último momento. Tuviste dos semanas para empacar todo.
—Tiene razón, ¿por qué hago esto? Tú te rehusaste a ayudarme—Daniel le reprochó. Era cierto, también estuve en esa discusión.
—Porque me quieres y no deseas verme estresada porque si no pateare tu preciosa carita, ¿verdad?—en serio de me dan asco esos dos.
—Bien jugado—Abigail lo abrazó—. Pero eso significa que hoy no cocinaré para ti.
—Eres un mal esclavo—lo empujó y se cruzó de brazos.
—Ya te dije que soy tu novio, no tu esclavo—rodó los ojos y ella le dio la espalda.
—Entonces, mejor amigo de todo el universo...
—Ni lo pienses—la corté antes de que empezara con sus chantajes.
—Los odio, gastaré de nuevo mi dinero en pizza y les daré solo porque soy muy buena persona y no quiero que se mueran de hambre.
—Solo nos darás porque quieres que te ayudemos a ordenar este desastre—Daniel le contestó.
—¿Escuchaste eso Mateo?
Me sé esta pelea al derecho y al revés. ¿Por qué no me dejan ser libre?
—¡Sabes que no me puedes dejar hablando solo, Abigail!—ella lo siguió ignorando y se tapó los oídos.
Sé que esta tonta pelea en algún momento terminará en sexo y no quiero estar aquí cuando eso empiece así que tomé varias cajas del suelo, cerré la puerta y las llevé a mi cuarto. Inmediatamente puse música a todo volumen antes de que la ruidosa de Abigail empezara a... bueno, ser ruidosa.
No quiero entrar en más detalles.
Iba a ponerle cinta a las cajas para poder mandarlas por paquetería y eso será en lo único que ayudaré a mi amiga. Es muy buena ordenando cosas pero también demasiado floja así que todo estaba a medias, solo había puesto cosas en cajas y las había etiquetado. Todavía le falta empacar toda su ropa y anda distraída con Daniel.
Tomé la caja que decía "Cosas de la copia defectuosa". Creo que está más enojada de lo que aparenta. Iba a cerrar la caja pero soy demasiado curioso así que quería ver que había dejado Lia.
Solo eran un par de blusas, unos audífonos y en el fondo había una libreta azul. Estaba muy llena así que decidí echar un vistazo. Bueno, pues no sabía que Lia había escrito un diario.
¿Debería de leer esto?
No, porque probablemente será una falta de respeto invadir su privacidad...
En la primera página decía:
Tenía que entender que estaba pasando conmigo. A cada momento pensaba en él, quería voltearlo a ver siempre, quería hablarle y saber cómo iba su día, quería estar con él.