CASIE
17 de Noviembre, 2019
Pude ver todo después de desmayarme.
No supe cómo, pero así sucedió y fue tan extraño vivir ese momento en donde veía a Ajax ir de un lugar para otro y aparecer y desaparecer a su antojo.
Volví a mi cuerpo a las horas de la madrugada, en donde todo estaba oscuro y nadie podría molestarme.
Y sólo traté de recordar.
Había visto todo desde que caí al suelo, algo que claramente no sabía que podía hacer y además de eso vi a Ajax materializándose de un lugar a otro a un ritmo que me daba hasta miedo.
Y lo demás seguía sintiéndose tan surrealista.
Ya ni siquiera recordaba qué era lo que había visto en el cuarto piso de la mansión.
Pero sabía que había sido algo muy malo.
Y no quería que nadie me preguntara qué fue lo que sucedió.
Evan me había revisado por la mañana y el resto del día fingí estar dormida.
Y al día siguiente no quise salir de la habitación.
No quería enfrentarme a la familia Lincer.
Ni siquiera a Ajax.
*-*-†-*-*-*-†-*-*-*-†-*-*
- Si te vas, creerán que estás escapando por la muerte de Camil. - me dijo Anastasia con seriedad después de confesarle que tenía que irme del pueblo.
- Necesito hacerlo - susurré.
- Te encubriremos. - dijo George después de un intenso silencio, atrapando mi mano entre las suyas. - Sabemos que necesitas despejarte.
- Bueno... supongo que te hará bien ir con tus padres.
- Les diremos a todos que se te presentó un grave problema con Stephen y Leah ¿Ok? - asentí a la propuesta de George ¿Que tan malo podía ser?
- Bien - habló Ana - Te apoyaremos.
- Sé que lo harán.
Confiaba en ellos.
Y ese día fue la mejor despedida que pude haber tenido con mis dos mejores amigos.
Ya había salido de la cafetería y me detuve un momento para respirar con calma cuando vi a George corriendo para alcanzarme.
- Sé lo que harás, sé que no irás con tus padres y que irás a ese bosque del infierno - dijo apenas llegó hasta donde yo estaba.
- ¿Cómo sabes eso?
- Te conozco y sé que piensas ir allí... - agachó la cabeza y al alzarla me miró directamente a los ojos - Sea lo que sea que vayas a hacer, te apoyo Casie.
- Por favor no le digas a nadie.
- Tienes mi palabra - susurró agarrando mis hombros y acercándome a él - No te arriesgues demasiado en ese lugar.
- ¿Cómo supiste que no iría con mis padres? - dejé salir la pregunta que me había rondado desde que él me confesó lo que yo tramaba hacer.
Me miró con diversión para luego acercarse a mí y darme un beso en la frente - Te conozco y sé que algo más aparte de tus padres está atormentandote. - me abrazó de nuevo por los hombros, dándome el espacio para rodear mis brazos en su cintura y apoyar la cabeza en su hombro - Sabes que si me lo pides iré contigo.
¿Querría yo eso? No sabía a lo que me enfrentaba y tampoco quería ponerlo en peligro en un lugar al que muchas personas temían y otras decían que no existía.
- Estaré bien.
- ¿Estás segura que quieres ir sola?
¿Estaba segura?
Por supuesto que no.
- Algunas veces la soledad es la mejor compañera - le sonreí con la boca cerrada.
- ¿Ahora te consideras una loca solitaria? - preguntó con humor.
Me encogí de hombros.
- Todo es posible.
- Volverás ¿Cierto?
- No me iré por mucho tiempo.
Que equivocada estaba.
Desperté de un sobresalto, respirando con algo de dificultad.
Estaba harta de todos y cada uno de mis recuerdos, todo eran cosas tontas que no me llevarían hacia las respuestas que necesitaba conseguir.
Nada de lo que había recordado iba a ayudarme con Adara o con el bosque, con nada.
¿Por qué no podía recordar algo que me fuese útil?
Pero de alguna manera no pude dejar de pensar en mi amigo George y tal vez valiera la pena saber que había alguien allí afuera que me quería tal y como yo era.
Tal vez no todos mis recuerdos fuesen tan inútiles.
Cuando conocí a George él era algo tímido y reservado conmigo. Se apartaba apenas me acercaba y cada vez que lo saludaba él me ignoraba, pero en una noche de lluvia hablamos por un largo rato y todo comenzó a ser un poco más fácil. Desde ese momento, fuimos inseparables y muy buenos amigos.
Y recordé el momento en que yo había salido un tiempo con Bradley, el chico más simpático pero también uno de los más idiotas de la facultad.
A George no le pareció buena idea que yo saliera con él.
Tiempo después comprendí porqué.
Bradley solo sería uno más de mis problemas.
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19 de Noviembre, 2019
- ¿Por qué me has estado evitando?
Miré por encima de mi hombro al pelinegro de hermosos ojos mirándome fijamente desde la puerta de mi habitación.
- ¿Cómo entraste? No escuché abrirse la puerta.
- Es porque no la abrí.
- Verdad que eres un fantasma.- refunfuñé.
- Y dale con eso.
- ¿No es cierto?
- No.
- A mí me parece que sí, por eso es que Briseis no te vio aquel día y por eso es que te apareces y desapareces cada vez.- dije con enfado sentándome nuevamente en la cama.
- ¿Cómo sabes eso?
- Lo vi.
- ¿Cuándo lo viste, Casie? ¿O debería decir... Casandra? - no dije nada, sabiendo perfectamente que en cualquier momento me lo iba a reprochar.- De verdad creí posible que no recordarás ni siquiera tu nombre pero al haber visto el gran impacto que tuviste cuando Evan te había dicho lo de la chica de la que él se enamoró, solo creí que era algo relacionado con la empatía pero resulta que tu reacción no fue por eso, sino porque eres idéntica a esa chica y resulta que tienes su mismo nombre ¿Coincidencia? No lo creo, Casandra.- hizo énfasis en mi nombre, aparentemente muy molesto.