Amnesia (#1 Oels)

14. El beso

CASIE

27 de Diciembre, 2019

- Veo que estás cansada de todos esos libros - alcé la mirada para encontrarme con Evan que estaba inclinado hacia mí.

- Se suponía que hoy era mi día de descanso, pero Helena me mandó a estudiar. - había explicado más duro de lo que pretendía, estaba un poco enfadada porque Helena me había puesto a estudiar desde varios días atrás y ya no veía como sacármela de encima.

- Así es ella - respondió él encogiéndose de hombros - Tendrás que acostumbrarte.

- Odio a la Helena que no me deja disfrutar.

- Más vales que no te escuche decirlo porque o sino saldrás de aquí llorando y lamentando haber dicho eso.- dramatiza haciéndome reír. Me tendió la mano y no necesité preguntar, la tomé - Salgamos de aquí.

Y estaba más que agradecida por esto.

Admiraba a Helena pero justo ahora solo quería alejarme de ella a toda costa, esta semana había estado llena de un sube y baja que no me dejaba ni siquiera respirar con calma, sobre todo teniéndola a ella detrás diciéndome cada libro que tenía que leerme.

Lo peor de todo es que no eran novelas.

¿Cómo se suponía que podría vivir así?

- ¿Qué has aprendido?

- Que mi manera de sobrevivir justo ahora es saliendo de la vista de Helena.

- Muy astuta. - dijo entre risas cuando me dirigió a uno de los pisos de abajo, recorrimos un gran pasillo hasta una puerta que estaba en el fondo y entramos.

Me impresioné al notar que se trataba de un cuarto de juegos de mesas ¿Cómo es que nunca vine aquí? Era inmenso y por cada lado que se mirara, había demasiadas máquinas y yo no desaproveché el tiempo para usarlas todas.

Duramos un buen rato de un juego a otro hasta que llegaron las seis de la tarde y podría jurar que era la primera vez en la que de verdad me divertí esa semana.

- Helena puede llegar a ser algo... intensa - contestó cuando le había dicho que ella me mandó a leerme un libro sobre el siglo XII de quinientas páginas. Adoraba leer pero digamos que no para realizar deberes.- ¿Piensas decirle?

- ¿Estás loco? Si le digo querrá asesinarme.- bromeé.

- No te juzgo. Admito que da mucho miedo cuando se enoja.

- ¿No se toleran? - tenía mucha curiosidad desde hacía muchos días cuando los había visto discutiendo por algo relacionado con Hester - Digo... es que hace días tú y ella...

- Lo sé.- dijo poniendo los ojos en blanco - Culpó a Hester de agarrar algo suyo y una cosa llevó a la otra y las dos estaban a punto de caerse a golpes. Conozco cómo son las dos y sé que sería una pelea que podría durar días.

- ¿Se llevan mal?

- Se llevan pésimo - esbozó una mueca de desagrado - Ella y Hester se llevaban muy bien antes, siempre estaban juntas y era extraño ver a una separada de la otra pero un tiempo después Helena comenzó a gritarle a Hester y cada vez que te acercabas las veías discutiendo - comenzó a decir - mi hermana siempre salía bastante afectada y seguía buscando a Helena para resolver las cosas pero ella no dio su brazo a torcer... a veces me imagino que lo que Hester hizo debió ser muy fuerte para que no se lo perdonara pero mucho después dejé de preguntar.

- Qué pena.

- Si - dijo mirando hacia el techo con las manos puestas detrás de su cuello - Luego Alysa dijo algo muy vago sobre que Helena se las había ingeniado y llegó Hester llorando... Fue la primera vez que la había visto llorar y duró muchos meses en una especie de depresión. Nunca más volví a preguntar.

- Es por eso que casi no se hablan.

- Las dos se repelen, son como agua y aceite.- y luego se quedó callado un momento - Helena no es mala y Hester tampoco pero hay veces que ocurren cosas tan dolorosas entre dos personas que llega un momento en el que todo se tiene que quedar atrás para seguir avanzando.- hizo una mueca y luego me miró - Extraño tanto verlas juntas.

- Pero solo ellas saben lo que sucedió.

- Exactamente - y dicho eso, se levantó del sofá en donde estábamos - Ya me tengo que ir a trabajar.

- ¿Vas a ir así? - enarqué una ceja mirando la franelilla y los shorts playeros que llevaba puesto.

- ¿Qué tiene de malo?

Y no necesité responder porque en eso llegó Deacon y al mirar a Evan, gritó.

- ¡Iug, crimen de la moda! 
 

*-†-*-*-*-*-†-*-*-*-*-†-*

Iba caminando hacia mi habitación después de haber tenido unas partidas de juegos con Deacon después de que Evan se fue.

En todos los juegos les gané.

Estaba muy feliz por eso pero algo triste porque si mi diversión había terminado, eso significaba que tendría que volver a leer otro libro de los que me había ordenado leer Helena.

Que pésima situación.

Cuando iba cruzando por el pasillo que daba a mi habitación me detuve en seco al escuchar una discusión entre susurros. No sabía qué hacer, si me iba de ahí seguro me escucharan alejarme y pensarían que había estado espiando, si me quedaba aquí seguramente uno de ellos me veía y también pensaría que estaba espiando.

¿Qué haría? ¿Qué haría? 

En este momento deseaba plenamente tener la habilidad de Ajax de aparecer y desaparecer para llegar a mi habitación sin tener que pasar por un lado de las personas que estaban hablando airadamente entre susurros.

- Nunca me has dejado explicarte lo que ocurrió esa noche.- escuché decir a un hombre. Estaba muy preocupada viendo si podía encontrar una salida cuando casi me tropiezo con una mesilla.

- No necesito tus mentiras.

- Por el amor de Dios, han pasado décadas desde ese momento.- ¿Décadas? ¿Lo habrá dicho por el calor del momento? Parecía que llevaban un buen rato discutiendo.

- Décadas y sigo sin creerte.

- Solo escúchame.

- No... fuimos tan felices pero tú echaste todo a perder... siempre haces esto, siempre me buscas, me dices que me amas y me mientes.

- Jamás te he engañado.




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