Amnesia (#1 Oels)

17. El lado oscuro de la luna

CASIE

En el fondo de ese sueño, pude escuchar una risa siniestra que me había puesto los pelos de punta.

No me sentía nada bien, estaba mareada, asqueada y sentía como todo comenzaba a darme vueltas y vueltas.

Quería vomitar.

En cuanto abrí los ojos vi una cara sonriente justo en frente de mí, esa chiquilla diabólica  estaba mirándome con burla grabada en sus ojos negros.

Se trataba de Eris.

Traté de zafarme pero fue inútil, tenía cadenas alrededor de mí. Cuando Eris vio lo que hacía, comenzó a reírse abiertamente de mí.

- Eres una monada.- soltó burlonamente, volví a sacudirme.- Ya deja de intentar, querida o sino ella se va a enfadar.

- ¿Qué tiene que ver conmigo? ¿Por qué estás trabajando para ella?

- ¿Yo? No trabajo para ella, solo hago esto por diversión - se encogió de hombros mirándose las uñas como si fuese lo más interesante en ese momento - La Diosa de la Discordia no tiene porque dar explicaciones de sus actos, solo... disfruto haciendo lo que hago.- saboreó las palabras saliendo de su boca y sonrió - Es tan satisfactorio esto ¿sabes?

- Ayúdame a salir de aquí - supliqué, apunto de llorar.

- Hum... Eso no podrá ser posible, linda Casandra.- comenzó a decir una voz aterciopelada caminando hacia mí. Sentí un escalofrío en mi columna vertebral al verla, ya no parecía la misma persona de antes, ya no poseía esa calidez que me hizo creer en ella - Verás, necesito que estés aquí para lo que voy a hacer contigo.

- ¿Vas a sacrificarme? - en cuanto lo dije, un movimiento llamó mi atención, volteé a ver de qué se trataba y el corazón parecía haberse detenido. Se trataba de Ajax, estaba en una celda inconsciente. Me giré nuevamente hacia ella - ¿Por qué haces esto?

- Me quitaste lo que más amaba y ¿de verdad me preguntas por qué lo hago? - la rabia destilaba en cada una de sus palabras - No voy a sacrificarte, niña estúpida. ¿En serio creíste esa historia tan ridícula que yo he estado creando por años sobre la ceremonia lunar de la desgracia? ¿De verdad eres tan tonta? - se rió sin gracia - No estás aquí para un sacrificio, Casandra. Estás aquí por todo el daño que has hecho.- en eso pude ver que alguien más entraba en la cueva y mi corazón se detuvo al verlo. Ella se emocionó en cuanto lo vio - George - dijo repentinamente feliz - Mira quien ha venido a visitarnos.

- ¿Qué haces aquí?- no podía creer que el amigo que me había apoyado en estos dos años estaba a su lado. Verlo me revolvió el estómago ¿Ese era el chico que siempre me apoyó? ¿El que había dicho que siempre estaría para mí? ¿El que me dijo incontables veces que me quería? Verlo fue como una patada en el estómago. Él no respondió. - ¿Qué haces aquí? - repetí la pregunta.

- Tengo algunas cuentas que saldar. - respondió sin siquiera mirarme.

- ¿De qué estás hablando? ¿Qué fue lo que te hice? - no me había dado cuenta que comencé a llorar. - ¿Qué fue lo que les hice? - grité mirando a Ajax que seguía inconsciente.

- ¿Qué qué hiciste? - preguntó ella con molestia, se encaminó hacia mí y me dio una fuerte bofetada que me hizo voltear la cabeza - Tú mataste a mis hijas.- me gritó, dándome otra bofetada igual de fuerte que la anterior.- Tú las asesinaste.- y a puño cerrado, me dió un golpe en los labios que me desestabilizó, escupí sangre, tomé aire y la miré fijamente.

- Dijiste que había sido...Adara.

- Oh y claro que lo hizo ella.

- ¿De qué estás hablando? Tú eres Adara.

Los tres se miraron y luego soltaron una gran carcajada.

-Te equivocas, Casandra. Yo no soy La bruja que todos piensan - soltó una risa seca secándose las lágrimas con el dedo - Yo solo tomé el título en tu ausencia ¿Quieres saber la verdad? - lanzó la pregunta en el aire para volver a burlarse, me agarró de la cara y me apretó muy fuerte para que no dejara de mirarla - Yo tomé tu lugar, me hice pasar por ti todos estos años y te puse tantas cosas en la cabeza que ya ni siquiera sabía si te estabas volviendo loca ¡Oh Nerea! Cada vez que me despierto encuentro manchas de sangre y mugre ¿Qué crees que sea? Nunca te dije lo suficiente sobre mi poder - se rió más fuerte - No solo borro o restauro mentes, también las manipulo para que hagan lo que yo ordeno. Puedes estar tranquila, esa cosa insignificante era que yo te manipulé para que salieras por las noches y encontraras ese rastro de haber escapado ¿Quién crees que mató al quimera entonces? ¿O quien le dijo un día antes a las Hidra de Lerna para que fueran a atacar la mansión? ¿Yo? No, tú lo hiciste y cada mensaje que dejé para ti me hizo tan feliz de saber que te estabas volviendo paranoica.

- ¿Qué? Estás mintiendo - escupí.

- No, dulce niña, no te estoy mintiendo... al menos no ahora. Toda esa tontería de que yo era tu madre y que eras una de las musas del arte, TODO es mentira.- al ver mi cara de asombro se rió más fuerte - Tú eres Adara, la Diosa Roja, Reina de la oscuridad, del fuego y del sufrimiento, la bruja, la hechicera, Hécate, Danessa o como quiera que te hagas llamar ¿Sabías que durante siglos has cambiado mucho de nombres? Seguramente no te cansas de huir.

-¿De qué estás hablando? No te creo nada.

- Dijiste que habían días en los que no te sentías como una buena persona ¿Y qué crees? Ni siquiera eres una simple mortal como todos habían creído. Engañaste a todos fingiendo ser una dulce niña inocente y sin recuerdos, cuando en realidad le han dado refugio a su peor pesadilla.

- Yo no soy... ella.

- Si, lo eres. Todos tus poderes, tus visiones y recuerdos te llevan a ella. - comentó George pasando por mi lado.- No eres esto - me miró con repulsión - No eres esta niña idiota que le tiene miedo a la oscuridad del bosque porque tú eres la que maldijo todo en él.

- Yo no hice eso - grité con desespero. Yo no podía ser esa horrible mujer.

- Lo eres y siempre lo has sido.




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