"—Bry, vamos que esperas —me dice, miró a mi alrededor, estoy en el bosque de noche y una persona a unos pasos delante de mi con la linterna en sus manos."
Una luz blanca, cambia todo de un momento a otro.
"—Me gusta este lugar —digo, el paisaje desde las alturas de la colina."
Un flash, otra vez todo cambia.
"—¿Ya? —preguntó caminando lentamente para evitar caer —tengo miedo —digo, no puedo ver nada, tengo los ojos vendados.
—No hay por qué tener —me abraza —siempre te voy a proteger."
Cambio de lugar nuevamente, esta vez me encuentro mirando el cielo.
"—Bry, todas las personas tienen secretos —me dice él.
—¿Tú los tienes?—preguntó sin desviar la mirada.
—Como todos..."
Otro flash, otro cambio, esta vez tengo la vista nublada y no reconozco nada, estoy llorando.
"—Cuantas veces te he dicho que no confíes en nadie —me reprocha— nunca olvides lo que te dije."
Otra vez esa luz fastidiosa, cambia el panorama
"—¡¡CORRE!! —gritan y empiezo a correr por el bosque en medio de la oscuridad."
¡BOMMMM! Una explosión
¡BOOMMM! Otra explosión
Despierto con la respiración agitada, los párpados me pesan, parpadeo un par de veces intentando mantener abierto los ojos, fallo en el intento, con los ojos aún cerrados, rasco el brazo que me pica- frunzo el ceño-tengo algo en el brazo, oigo el pitido de unas máquinas—me molestan—son muy irritantes.
«Cálmate» me digo cuando empiezo a agitarme.
Abro los ojos después de muchos intentos, doy un vistazo rápido reconociendo el lugar.
Es la habitación del hospital.
Debo salir de aquí, intento moverme y mi vista recae en el brazo que hace un momento me picaba, una intravenosa —reconozco — pateo la sabana que tengo encima, haciéndola caer al piso—frunzo el ceño —extiendo mis brazos aún si creer lo que veo, me paralizó.
¿Qué me pasó?
¿Alguien anotó el número de la matrícula?
Dígame qué si por qué quiero saber si estaba ciego o tan ebrio como para no verme en el camino y acabar en este estado o por lo menos lo que logró ver, ya que solo tengo a la vista mis extremidades —gracias maldita bata de hospital —tengo moretones de todo tipo de tonalidades, verde, azul, púrpura, rojo, todas mezclada y esparcidas por todo lado, raspones rosáceos y lo que creo que es una cicatriz de al menos cinco centímetros, en mi brazo izquierdo, llevo las manos a mi cabeza cuando me molesta.
¡Oh, no!
¡AHHH FANTASTICO TENGO LA CABEZA VENDADA!
Empiezo a sentir dolor en todo el cuerpo-La anestesia se fue-siguen las pulsaciones en la cabeza, las mejillas me arden, empiezo a sudar, temblar, hiperventilar, siguen los mareos.
Ataque de pánico o de ansiedad-identifico.
Cierro los ojos.
«Respira, inhala, exhala»
«1, 2, 3, 4, 5» cuento para calmarme, abro los ojos.
«Tranquila» me repito una y otra vez.
¿Y ahora porque estoy aquí?
Yo no debería estar aquí sino en...
¿Porque estoy en este jodido hospital ? tal vez me pasó encima un camión —reflexionó—ya que me siento como si uno se hubiera atrevido a pasar por todo mi cuerpo sin dejar ninguna parte fuera de la acción.
«Piensa Brianna» exijo.
Lo último que recuerdo fue...
¡¡NADA!!
—Esto es un mal chiste — habló— ni en la resaca más grande puede pasar esto.
¿¡Por qué no puedo recordar nada!?
Maldito cerebro que se rehúsa a cooperar, me imagino en cualquier lugar de Cooperstown, pero no, nada encaja, sólo es la imaginación haciendo su trabajo.
Algo que el hipocampo y la corteza prefrontal (lugar en donde se almacena los recuerdos) de mi cerebro no hacen, ya que por alguna mi estúpido cerebro parece haberles dado unas vacaciones.
Esto es frustrante, ¿¡Por qué no recuerdo nada!?
¿Cómo llegue aquí? ¿Quién me trajo?
No recuerdo cómo fue que llegue a esta situación, con el cuerpo todo dañado, en el hospital con un dolor infernal.
—Hola— me saca de mis pensamientos una chica que se asoma, nisiquiera la escuché abrir la puerta —lo siento no fue mi intención darte un susto.
—No te preocupes estoy bien — le restó importancia y entra a la habitación permitiéndome verla, me llama la atención la bata blanca que lleva puesta, ni tan blanca porque tiene sangre.
«Estúpida, ¡es una doctora! O eso parece » Me grita una vocecita en mi cabeza (mi conciencia)
Tapa la mancha que tiene en la parte de la cintura con el tablero que lleva consigo.
—¿Te duele la cabeza? — Camina quedándose al pie de la cama intentando disimular normalidad.
«Se puso nerviosa» ¿Por qué?
—Ahora solo un poco, ¿dónde estoy?—me mira confundida por la pregunta.
—La pregunta está de más ¿no lo crees? —Señala el lugar —es más que obvio Bry.
—Si lo sé, estamos en un hospital —bufo —¿Pero en cuál?
—¿Enserio Bry? Créeme que tus bromas no me hacen gracia, será mejor que vaya por pastillas para tu dolor —Se dirige a la puerta y me mira de reojo —por cierto, dentro de poco vendrá la bruja —Intenta irse pero se queda parada cuando hablo.
—¿Perdona, te conozco? ¿La bruja? Y aún no me respondes en que hospital estamos —La miro esperando respuestas y después de unos segundos ella se da la vuelta.
—¿Bry, me reconoces? —pregunta acercándose lentamente.
—No —frunzo el ceño cuando se sorprende.
—Mira Bry —suspira—enserio si está es una de tus estúpidas bromas de mal gusto te juro que...-interrumpo.
—¡Qué no estoy jugando! —gritó.
—¿Cuál es tu nombre? —queda a un lado de mi cama, pone el tablero en buró sin importarle que la mancha que tiene tiña mi bata, saca una linterna médica y apunta a mis ojos.
«Exploración de las pupilas» reconozco.
—Brianna Bagley Ecay —respondo.
—¿Quiénes son tus padres? —se aparta cuando no recibe respuesta inmediata.
Editado: 23.02.2021