Sofía
Al pasar el día recorriendo relojerias de alta gama, me mantengo un poco distraida de la realidad, Dani dijo que me ayudaría en lo que tuviese a su alcance, quedo en comunicarse con sus amistades a ver si podría postularme en otros proyectos, por mi parte, también pienso moverme y aplicar por mi cuenta en otras empresas.
Me niego a que la pobreza me termine por hacer añicos cuando hay muchas cosas por pagar.
Observo cada detalle del lujoso espacio, especialmente a esos esposos y futuras novias que caminan por las tiendas, como si estuviesen viviendo su propio cuento de hadas, mis ojos recorren las prendas y adornos con una mirada experta, me imagino a mi misma en el futuro, de pie junto a John ante un vitrina similar, preocupándosme por elegir el reloj ideal para él.
—Bien, creo que ya hemos encontrado el ideal para Erick —musito mientras le muestro el reloj elegido en una pequeña caja de cuero—, esto lo hará sentir especial y elegante en todos sus momentos juntos, ¿no crees?
—Absolutamente, pensé que esto sería más difícil —expresa con una sonrisa de gratitud, agarrando la caja que contiene su regalo, pues es lo qu el usará el día de su boda—. Mi prometido no tendrá ni una duda de que soy una mujer de gusto refinado al mostrarle esto.
Al salir de la tienda, también puedo visualizar mi propio futuro, siempre he sido un romántica, envidio a las parejas perfectas que siguen eligiendose por encima de todo. Luego de una mañana de charla, buena comida y paseos regreso a mi hogar, entonces desbloqueo mi teléfono para realizar esa llamada tan importante, he estado en contacto con el doctor Orozco desde que mi hermano fue detectado con lupus hace un año aproximadamente.
—Buenas tardes doctor Orozco —le saludo cuando acepta la llamada y veo como esta sentado en su escritorio.
—Buenas tardes señorita Barazarte, estaba a punto de llamarla, necesito comunicarle una noticia importante.
—Digame, por favor.
—Sebastián entró en paro cardiáco mientras se le estaba realizando la diálisis.
Mi pecho se comprime del dolor al escuchar sus palabras.
¡No, no, no!
Él no puede, mi hermanito no puede estar...
—¿M-Murió? —le pregunto en un susurro— Digame doctor, ¿mi hermano no lo logró?
—Por suerte logramos reanimarlo y está estable, sin embargo, puede que se repita de nuevo si no solucionamos el problema de raíz... Señorita, tenemos que ser rápidos y eficientes en estas situaciones críticas, uno de nuestros auxiliares detectó problemas con el sistema de irrigación durante la sesión de hemodiálisis, provocando un déficit sérico grave. Lamentablemente, esto desembocó el paro, pero como le dije, hay que solucionar el problema de raíz, necesita un transplante ya mismo.
—Un transplante renal, es una cirugía muy compleja y peligrosa, ¿hay alguna otra alternativa?
—Si te soy sincero, no hay opciones seguras, aunque podemos considerar pruebas adicionales para evaluar otros posibles problemas relacionados, en efecto, un transplante es el camino definitivo para que el pueda hacer su vida con normalidad.
Me tapo la boca con la mano mientras el doctor sigue hablando, tratando de procesar las nuevas implicaciones.
—¿De cuanto dinero estamos hablando?
—Sesenta mil dólares américanos —dice y siento como mi mundo termina de hacerse añicos.
—Entiendo, gracias por informarme con tanta claridad doctor —asiento, despidiéndome del especialista después de un prolongado silencio
Me desplomo en el sofá al colgar la llamada,
Un transplante renal tan pronto... Sebastián es muy joven para sufrir una enfermedad tan grave, esa sensación opresiva golpea mi cabeza, mi familia no puede permitirse ese gasto médico exorbitante.
No puedo quedarme con los brazos cruzados esta vez, debo hacer cualquier cosa que esté a mi alcance.