Un baile llenó de luces en todas partes, como una juventud de estudiantes disfrutar del mejor momento para cerrar el último año de secundaria; pero nada estuvo fuera de la realidad, ante las lágrimas incesantes de una castaña con un vestido amarillo, todo llenó de jirones como pintado de negro, por las manos de unas chicas que tienen la misma edad, burlándose y sin dejar de grabar el video en vivo en sus redes sociales, sumando también a los demás estudiantes que le siguieron la corriente todo lejos del Director, aunque solo una maestra del área de historia se acercó, al ver las risas incesantes como el llanto de una joven que no dudó en conocer ¿Quién era?
Descubriendo que era Emma la humilde joven con exceso de peso ser humillada de una forma que todos disfrutaban y nadie se atrevía a hacer nada, algo que la hizo apretar los puños; yendo por la chica que se encontraba en el suelo con la cabeza sobre sus manos, sin parar sus sollozos.
La castaña deseaba desaparecer o morirse ahí mismo, ante la vergüenza de ser engañada como humillada, por el circo de mujeres perfectas y más por Alfonso aquel chico líder de baloncesto, que pensó sentía algo por ella, pero hoy siendo el baile de graduación imaginó que la llevaría cuál caballero o tomarle la mano como siempre lo hacía en los pasillos con sus compañeros presentes.
No espero, la ingrata sorpresa de ser, solo un juego para ellos y conocer que Daniela era su novia; fingiendo todo el tiempo ser un buen amigo, hasta colarse en su corazón, ese que ahora está en miles de pedazo, y que Emma no sabrá si podrá sanar ante la ignominia. De modo que, no sintió la suave voz de una persona hablarle, dejando que su rostro le prestará atención a la maestra de historia temblando fue colocándose de pie, observando como la grababan aún, hasta que la mujer a su lado tan hermosa a comparación de ella, les hablo fuerte y claro a todos.
— ¡NO LES DA VERGÜENZA! Ser estudiantes que se gradúan y no les importa dañar a una persona — grito lo primero, antes de continuar su discurso —.Hoy podrán haber ganado su juego, pero el día de mañana le harán frente al mundo real, ese que los comerá vivos sino cambian su manera de proceder y créanme recordarán este día y muchos lamentaran, haber sido cómplices de burlas ante una estudiante. —
Cuando hubo terminado, sacó a la joven pasando por una gran multitud que no dejaba de usar sus teléfonos grabando, lo importante es que el mensaje que dio también llegaría a sus redes sociales, un mundo cibernético que consume a muchos jóvenes, desconociendo que todo lo que hacen, al dar un clic es una consecuencia de lo que pueda suceder para sus vidas.
Durante las siguientes horas, la maestra se encargó de llevar a la joven a su hogar, apenas la llevó a la puerta su madre abrió la misma y con la preocupación impregnada en ver a su hija con su vestimenta sucia, como hecha jirones entendió todo, dejo que su hija entrará y fuera llevada de la mano, por su hermanito menor ese que la cuidaba se mantuvo en silencio, acompañando a la castaña a su dormitorio.
La madre no dudó en hablar con la maestra y pedirle una explicación completa que la rubia con un leve suspiró, tomo la fuerza para contarle, los segundos como minutos pasaron, hasta que despidió a la maestra. Mientras, angustiada fue directo a ver a su hija.
Apenas ingresó la encontró sola, sin su hermano mirando por la ventana la gran noche estrellada, con una luna en cuarto menguante brillar por sí misma, sus pasos fueron ligeros, pero seguros hasta sentarse, al lado de su pequeña que no le importaba que fuera gordita, porque la amaba tal y como era.
Tocó su cabello desaliñado, habiendo perdido el peinado que le hizo hace horas atrás, Tina la madre de Emma le toco su rostro llamando su atención descubriendo en sus ojos marrones, tan iguales a su padre, el dolor como desilusión total que pudo haber llevado su pequeña, conociendo todo lo que sucedió, hizo un esfuerzo por hablarle con dulzura era necesario darle fuerza.
—Hija…
—No… mamá… no quiero hablar. —respondió devuelta.
A lo que asiente, pero con amor fraterno de madre, le dice las siguientes palabras:
—Eres mi hija y esto no te hará caer, porque el apellido de la familia significa fortaleza y eso mi niña. —pauso un momento, tomando sus manos. —Te dará la fuerza para superarlo, porque eres una joven inteligente y llegarás muy lejos. —
Dejo por sentado, mientras las lágrimas de aquella castaña eran derramadas una y otra vez, antes de sentir como se derrumbó en su regazo, siendo consolada por su progenitora esa que la vería brillar en cada cosa que hiciera, cerró sus ojos dejando fluir unas lágrimas acompañando a su hija, reconociendo que no cualquier madre se queda para entenderla y eso la llenó de una paz inmensa.