A veces, cuanto más intentas alejarte de algo, más cerca está de ti.
Martes, 28 de Agosto, 2018.
Jo, vaya día el de ayer. Para resumir, fuimos los seis a la biblioteca. Era de esperarse que todo mundo nos observará atentamente cuando entramos, ya que no era normal que las inteligentes del instituto, estuvieron con los busca-problemas, y con los friki-mellizos. Vaya, que malas etiquetas ponían en este instituto.
En fin, en cuanto llegamos a la biblioteca nos fuimos directo a buscar lo que nos traía nerviosos: Espíritus.
Fue algo muy intenso, pero descubrimos que, cuando un alma no está tranquila, no puede irse de este mundo, osea, le quedó algo pendiente o quiere algo de este mundo. Todos optamos por creer la primera.
Si Lily volvió, es porque a lo mejor no pudo despedirse de sus padres, si, eso debe ser.
La campana que da inicio a las clases sonó haciéndome saltar.
-Vamos Sofía, esta vez tenemos que sentarnos los seis juntos, recuérdalo
Si, esta vez nos íbamos a sentar todos juntos, pero Liz había insistido en sentarnos al frente, así que teníamos que llegar temprano para ocupar esos lugares. Llegamos al aula, no sin antes dejar la broma lista; la primera hora era de Biología, y el profesor Gonzales era un grano en el culo. Así que cuando la silla estuvo preparada, todos nos sentamos en nuestros lugares. Aún faltaban 5 minutos para que el profesor llegará.
-¿Por que lo hacen?-la voz de Alan me sobresalto
-¿Por que no hacerlo?-dije con un matiz de diversión en la voz
-Vamos Alan, no seas aguafiestas, recuerdo que ese papel le toca a Lizbeth-dijo Vicky mirando a la ya mencionada
Los cinco reímos mientras la clase nos observaba con interés. Así es chicos, me estoy riendo con los mellizos y los problemáticos. Chupense esa.
El profesor entro haciéndonos callar, todos tratamos de ponernos serios, y esperábamos que se sentará. Pero no lo hizo, cosa que nos puso nerviosas a Lizbeth y a mi, porque me lanzo una mirada de reojo formulando la misma pregunta que yo: ¡¿Por que carajos no se sienta?!, ¡¡Siempre se sienta!!
Pasaron 15 minutos, el profesor seguía de pie explicándonos el tema de las biopartículas. Solo se acercó al escritorio a depositar su maletín, y de ahí, continuo a la pizarra.
>¿Por que no se sienta?
Nerviosa estaba corto con respecto a la situación en la que me encontraba.
30 minutos.
-Y con eso terminamos el primer tema, les daré unos ejercicios para verificar que hayan entendido.-se acercó al escritorio e hizo ademán de sentarse, pero alguien tocó la puerta y el profesor fue a ver quién era-Oh, buenos días profesora López
-Buenos días profesor Gonzales, el subdirector nos quiere ver a todos los profesores del área de ciencias en el auditorio menor
-Voy enseguida-la profesora se fue y el maestro regreso al centro del estrado-muy bien chicos, como acaban de escuchar tengo que salir, el ejercicio lo terminan aquí, en caso de que tarde más, queda de tarea.
El profesor se retiró mientras todos estábamos ansios, y no era para menos, nuestras bromas jamás fallaban
-¡¿Pero qué diablos paso?!-exclamó Jonh, mientras se levantaba de su lugar y se acercaba a la silla del maestro-Un momento-se acercó a la puerta en silencio acompañado de nuestras miradas, y verifico que no hubiese nadie detrás de la puerta-Bueno, pues ahora sí, veamos que sucedió; Sofía, ¿Qué fue lo que hiciste?
-Pues simplemente coloque el dispositivo sensorial de presión, lo active y lo programe para que cuando el profesor se sentará, el cajón del escritorio se abriera activando el propulsor de chorro de tinta-me encongí de hombros-no entiendo que ha podido suceder para que el profesor no se haya sentado.
Mientras Elliot, Jonh, Pedro y Matías nos cubrían la espalda, Lizbeth y yo quitabamos la broma, porque la siguiente hora era con la profesora de filosofía, la profesora León, y ella era la profesora más buena del instituto. De 50 años de edad, cabello blanco, ojos verdes que aún tienen vida. Siempre está alegre y siempre nos trata como si fuésemos sus hijos, o sus nietos. Definitivamente la profesora León era de los 5 profesores que no merecían broma alguna.
Después de quitar todos los dispositivos, entregue las actividades; si, soy la encargada del grupo.
Las primeras cuatro clases pasaron normales, pero en cuanto sonó la campana para ir a cafetería, los seis nos levantamos antes que todos y salimos como cuando pequeños: de la mano.
Claro que ahora todos nos miraban descaradamente, y reímos por eso.
Nos sentamos en la mesa del centro, era esa mesa que Lizbeth y yo ocupabamos para hacer planes de bromas, todo mundo lo sabía, por eso les sorprendió bastante cuando Alan, Lucas, Victoria y Mateo se sentaron con nosotras, y disfrute sus rostros de asombro.
-¿Y bien?, ¿Que se supone que quiere?-preguntó Vicky