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- ¿Lo mismo de siempre?- preguntó Elaine echando un vistazo a través del parabrisas. 

Yo, por el contrario, me hundía más en mi asiento a medida que el Jefe Li hablaba:

- El animal presenta las mismas mutilaciones que los anteriores: le quitaron parte de la quijada y la ubre, con cortes quirúrgicos perfectos, sin pérdida de sangre ni signos de descomposición a la vista. En fin… Es mejor que tomen el camino lateral para llegar a tu casa. Hasta que los peritos no acaben, no podremos reabrir el tránsito.

- ¿Algún sospechoso?- Elaine ahora susurraba- No seguirán pensando en él, ¿verdad?

- Todo el pueblo sospecha de él.

- Pero no tiene ninguna prueba. Son sólo habladurías y…supersticiones …

- ¿A quién se refieren?- me metí en la conversación, sorprendiéndolos…, y a mí mismo.

- Llevas mucho tiempo lejos, Gulfred... Perdón, Gulf…Pero debo decirte que algunas cosas no han cambiado. Y por tu propia seguridad, te recomiendo que no andes solo por ahí, sobre todo después de la caída del sol. Y mantente lo más alejado posible de Cayoosh Creek.

Tardé en entender sus palabras; no sé porqué me recorrió un escalofríos por todo el cuerpo… Y no me dio buena espina…