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Asentí sin saber porqué me lo decía. El estómago se me revolvía cada vez peor. Sentía que la “caza de brujas” que se respiraba en el ambiente cuando yo era adolescente no había cesado en lo absoluto pese a los años que habían transcurrido. Elaine se adelantó a mi siguiente pregunta, confirmando mis sospechas:

- ¿Hablas del joven Hunter? ¿Lo a cusan a él?

- ¡Yo no acuso a nadie! Pero todo apunta hacia él…

Me estremecí de pies a cabeza al escuchar aquel apellido. Yo conocí a un joven Hunter, cuando vivía en Lilloet. Bueno, conocer es una palabra poco adecuada. Sólo una vez tuve una interacción con el joven Mew Hunter, y en circunstancias bastante inusuales. Encuentro que también preferí enterrar cuando me fui. Y que ahora me asaltaba otra vez casi con violencia. Las imágenes se desarrollaban en mi mente tan reales y vívidas como aquella vez. Me sentí secretamente aliviado de que mi tía descendiera del automóvil y se alejara unos cuantos metros acompañada del Jefe Li. Y sin poder evitarlo, reviví aquella escena que había creído borrada para siempre de mi memoria.