Capítulo 10
Riley
Se que la actitud que tome con el chico de las carreras no fue la mejor que digamos, pero tengo mis razones para actual así.
Porque él se quiere acerca demasiado a mí, siquiera me conoce, o porque quiere ir más allá de lo que le pueda permitir. No lo conozco de nada, no tenemos nadas en común.
Que es un piloto de la fórmula uno.
Lo entiendo, pero también soy consciente de que conozco tal deporte por Alessandro, y admito que no se nada del mundo que lo rodea.
Llego a mi departamento y tomo una ducha rápido, no dejo de pensar en él. No quiero admitir qué tal vez le deba una disculpa por mi comportamiento de esta tarde, donde él fue muy amable conmigo, tradujo el menú para mí y no se burló de ello. Cierro un momento mis ojos y dejo que el agua refresque mi rostro, tengo la viva imagen plasmada de su rostro cuando me preguntaba si él había hecho algo que no me gustara.
Ni siquiera lo se. Soy un caos ahora mismo.
No me gusto que me haya invitado a salir con él al minuto de "conocerme", pero no es para tanto cualquier persona en su lugar lo habría hecho ¿no? .
No debería de culparlo tanto por el hecho.
Termino mi baño y decido peinar mí cabello, pero en primer lugar y así poder distraerme un poco, Aliso cada hebra de mi cabellera y me gusta el resultado. Continuo con mi maquillaje, y me realizo la técnica simple que pueda hacer, no me gusta carga tanto mi rostro. Me coloco rápidamente mi ropa que consiste en un pantalón Jeans muy pegado a mis piernas y cuenta con unos cuantos rostros, me coloco un suéter de lana gris, ya que la noche está un poco fría en Italia y para completar de zapatos me coloco unas zapatillas vans, tomo mi cartera Prada cruzada y me encamino a la casa de los Lombardi.
No duro mucho en el Transito ya que la carretera se encuentra muy despejada de autos. Me adentro en la calle en la que se encuentra la casa de mi mejor amiga bajo un poco la velocidad ya que, hacer una zona de condados cerrada hay demasiados autos estacionados fuera en las calles.
Me aparco y camino directo a la puerta cuando entro el primer rostro que visualizo en la sala es el de él, se encuentra aquí en casa de Alessandro y camil. Me mira por varios segundos, para luego apagar la vista de mí.
Llego a donde se encuentran todos y lo saludo uno a uno, me tomo más tiempo saludando a los padres de Camil ya que tenía mucho que no los visitaba. Colin es el último a quien saludo y decide ignorarme.
Eso hace que me sienta peor.
Para mala suerte de ambos el único lugar disponible es a su lado. Por lo cual debo de estar pegada a él.
Entres charlas y risas pasamos al comedor para iniciar con la cena y decido ayudar a Camil y a su madre Camila a poner la mesa.
—Riri disculpa que no haya constatado tu mensaje, tuve una tarde un poco movida por la cena—. Escucho decir a Camil cuando quedamos solas en la cocina. —. Espero que pidieras algo en el restaurante porque es uno de los mejores de Italia.
—Si pude comer algo gracias por preguntar—. Respondo desanimada.
—¿Sucede algo? Estás pensativa últimamente— Indaga con curiosidad mi amiga.
—Te lo contaré luego. Lo prometo.
Ella asiente y ambas salimos de la cocina con los últimos platos que faltaban por colocar. Ambas nos sentamos en nuestros respectivos asientos y yo quedo en medio de Colin y Bernardo. Todos sirven su plato y empieza a platicar y comer.
—¿Puedo hablar un momento contigo, luego de la cena? — pregunto en un susurro al chico de las carreras.
Este me mira, pero no dice una sola palabra al respecto.
—Solo será un minuto no más— Vuelvo a susurrar y no obtengo ninguna palabra por su parte.
Me ignora.
Genial ahora el que actúa como Niño es el. Al menos intenté discúlpame.
—¿Cuándo me invitaras a una de tus presentaciones? — Escucho decir a bernardo a mi lado.
—Cuando dejes pensar en el arte y te acuerde de tu hermana— Le sonrió genuinamente.
—Me lo está complicando riri— El bromea más conmigo.
Continúo hablando un rato más con bernardo y no molesto más al chico de las carreras. Luego de unas cuantas hora decido volver a mi departamento, me despido de todo menos de Colin. Al salir de la casa de Camil siento paso detrás de mí y me detengo para percátame, Colin me pasa por el lado mientras continúa su camino.
—Te seguiré en mi auto, no quiero causarte problemas con ales— Los escucho decir mientras avanza a grandes zancadas a su auto.
Suelto un pesado súpito y en absoluto silencio subo al mío, enciendo el motor y me dirijo con dirección a mi lugar preferido de toda Italia. Por mi espejo retrovisor logro ver el Ferrari de Colin seguirme a una distancia prudente.
A prieto mis manos fuertemente al rededor del volante. No sé qué le diré al chico de las carreras.
Colin
En qué se igualan el motor de mi monoplaza y mi corazón.
Simple.
Los dos se acérelas al límite.
El primero lo hace obligado por mi para ganar cada carrera que corro, el segundo obligado por la pequeña bailarina caprichosa, que me tiene fascinado. Desde el día que la vi bailar para nuestra presentación, mi corazón se dedica a acelerar sin ningún motivo aparente, solo noto la presencia de Riley y mi corazón comienza a latir lo más rápido posible.
Eso nunca me había pasado y mucho menos con otra persona.
Odio racionar de esa manera ante su presencia, porque ella es muy indiferente ante mí. Ella nunca es afectada por mi presencia y odio no causar el más mínimo sentimiento en ella.
Cuando la vi llegar a casa de Alessandro vestida cómo está me fue imposible a partir la mirada de ella, y cuando me saludo me sorprendí a tal punto que no supe que responder y terminé ignorándola. La tuve toda la noche cerca de mí, pero aun así la sentía muy lejos.
Hubo un momento determinado de la cena me pidió que habláramos luego de que termina la reunión, quise decirle que volviera a subir a mi auto y así poder hablar tranquilamente, pero luego recordé su comportamiento que tuvo en la tarde conmigo y no quise presionarla. Además de que fui descubierto por Alessandro mirando varias veces a Riley.
Ahora me encuentro siguiendo a la pequeña bailarina en mi auto, la veo llegar hasta una pequeña cafetería en la que se encuentra más personas de la que me gustarían. La veo bajarse de su coche y llega hasta mi lado, yo no bajo de mi auto.
—¿Saldrá de tu coche? — pregunta —. Podemos pasar he ir y tomar algo para hablar tranquilamente—. Me invita cuando bajo la ventanilla.
—Me quedaré en mi coche, no me arriesgaré a salir y me vea un reportero. No quiero lidiar con eso ahora.
—Okey— Ella posa sus manos en los bolsillos traseros de su pantalón y noto la intención de irse.
Soy ágil y logros atrapar su antebrazo deteniéndola de alejarse, ella me mira confundida y me da su mano, por el acceso que tengo ahora mismo a su mano, me permito acariciar sus nudillos y noto lo frio que estos se encuentran, sin apartar la mirada de ella hablo:
—Enserio me gustaría hablar pero…
—Pero no quieres salir de tu auto Colin— Me interrumpe. —, y yo me estoy muriendo de frío aquí parada y no suelo soportar tanto sabes.
No dijo nada al respecto, suelto su mano para poder abrir mi puerta y salir del interior de mi coche, me detengo frente a ella y la veo alzar el rostro para poder mirar mi ojos.
Al ser más alto que ella siempre que esté frente a mi tendrá que realizar tal postura ya que lo más que alcanzaría de mi sería estar a la altura de mi pecho.
Noto la pequeña sonrisa que forman sus labios y sin decir más retoma su camino a la cafetería. En silencio y sin reprocharle nada la sigo.
Más caprichosa no puede ser.