Capítulo 13.
Riley
—Salgamos esta noche— propone Camil a mi lado con aburrimiento.
Niego con mi cabeza y me concentro en descargar la aplicación de F1 en mi iPad.
Hace una semana que el chico de las carreras se fue para sus próximas carreras. Hemos hablado por mensajes la mayor parte del tiempo y no hemos puesto al tanto el uno del otro. La carrera de esta semana se llevará a cabo en Austria en el circuito de Spielberg, los últimos dos días que he hablado con Colin dijo que la carrera del domingo sería complicada, ya que en el país que corren los pilotos del equipo contrario.
Red Bull.
Hasta donde estoy enterada, es que los pilotos de Ferrari y Red Bull han tenido su diferencia desde hace varios años, ninguna de las escuderías se soporta, mucho menos sus pilotos
Me preocupe un poco al saber ese detalle no solo por Colin sino también Por Alessandro, no es un secreto que este deporte es uno de los más peligros que existen y me preocupa que uno de los dos pueda sufrir un accidente.
—¿Que propones entonces? — pregunta mi amiga.
—Que nos quedemos aquí y ver alguna película o serie. No se. —respondo y despejó mi atención de la pantalla y me centro en mi amiga. —, ¿sabías que mañana hay carrera?
—Si
—Quiero verla y estoy descargando la aplicación. — dijo y le muestro el iPad.
Camil altérnale su mirada entre la pantalla de mi iPad y yo.
—Nunca te interesaron las carreras o los coches. —expresa curiosa.
Alejo el aparato de ella y evito su mirada curiosa a toda costa.
Camil no sabe aún que hablo con Colin y no se lo he contado por ser mala amiga simplemente estoy esperando el momento adecuado para decirle.
—No nunca me han interesado—concuerdo con ella. —. Pero podemos verla mañana.
—Entonces serán las carreras mañana. Tengo un largo tiempo que no veo a mi hermano correr.
Asiento y me dispongo a crear la cuenta para poder acceder a la aplicación. Lleno todas las preguntas que me hacen para la cuenta. No me tomo más de diez minutos en ello y cuando termino de hacer todo me centro en mi mejor amiga.
—Listo— suelto el iPad a un lado cerca de mí y estiro un poco mi cuerpo.
La gran sonrisa que adorna el rostro de mi amiga no me pasa desapercibida en esto momentos.
—¿Qué? ¿porque sonríes de ese modo? — pregunto al ver que no me quita los ojos de encima.
—Mañana será día de carrera y la veremos juntas. Pero…..
Camil arrastra más de lo debido la O y es pero a qué siga, pero no lo hace.
—Pero… —la animó para que continue.
—Tendrás que salir conmigo y con Louis esta noche.
—No te detendrás cierto.
—Claro que no lo haré amiga— dice y se levanta rápidamente de la cama y se dirige a mi armario.
Camil se toma su tiempo en encontrar una prenda para mí, pasan unos minutos y la veo girarse sobre sus talones y me muestra un conjunto de dos piezas en color negro.
Es un conjunto que compre hace mucho tiempo, pero nunca lo he usado ya que la prenda es de dos piezas, una falda de lápiz y un crotop en color gris. Lo que más me gusta de ello es que se acomoda a mi figura y resalta mis curvas.
—Iremos con Luis y con Olivia— informa camil mientras deja el conjunto sobre mi cama.
—Olivia también estará.
—Si
Hago una muesca de fastidio.
—No lo digas cerca de Olivia, pero a Alessandro le gusta la chica. Mi hermano me pidió que sea más amable con ella y que intentara ser su amiga. — oigo a mi amiga mientras se dirige a donde se encuentra mis zapatos. La veo regresar con unos tenis deportivo blanco sencillos y cómodos.
Me gusta su elección
—¿Entonces lo harás? —pregunto y ella asiente.
—Dale una oportunidad ¿sí? —propone mi amiga —. Olivia no tiene que caerte bien, riri, pero al menos intentémoslo.
—Bien— acepto a regañadientes —, pero le haré saber a Alessandro con la bruja que se mete.
—No lo dudo.
El ambiente en el club es muy agradable y contagioso, no sé cómo camil lo hace pero siempre encuentra los mejores clubes de Italia. Sino supiera cuánto ama el ballet diría que esta sería su profesión ideal, el manejar club..
Me encuentro en una de las tantas mesas colocadas en un área específica el club, a mi lado está Louis quien no has dejado de mirarme desde que llegamos aquí y Olivia quien ha estado callada, con la única que ha cruzado algunas palabra ha sido con Mimi y solo porque ella le ha sacado las palabras de la boca.
Diez minuto tenemos desde que llegamos a este lugar y no hemos bailado la primera canción a qué camil fue por la bebidas y pidió que no comenzáramos la fiesta sin ella.
—Puedo hacerte una pregunta— escucho la voz de Luis en mi oída y es un poco más elevada debido a lo alto que se encuentra la música en el club.
Giro mi cuerpo a su dirección.
—Si no hay problema. —contestó.
Louis me observa por cortos segundo y le muestro una calidad sonrisa.
—¿Llegaste a recibir mis flores? —pregunta luego de unos minutos
Ohh cierto las flores de Louis. No me acordaba de ese detalle que el chico a mi lado tuvo conmigo hace varias semanas. Lo olvidé por completo y nunca le di respuesta a su carta.
—Si lo hice— le hago saber —. Muy hermosas la verdad, me encantaron mucho Louis gracias. —me acerco a él y beso su mejilla.
Sonríe por un momento y no me pasa desapercibido el brillo en sus hermosos ojos azules.
—¿Entonces viste la nota? — me muestra la blanca hilera de dientes en una pequeña sonrisa.
—Si
—Y…
Me odio ahora mismo por olvidarme de esa carta y no darle una respuesta rápida. Pero el motivo de mi olvido fue en parte culpa del chico de las carreras.
Pero Louis no tiene por qué saber ese detalle.
—Pensé en darte una respuesta rápida, pero me olvidé por completo de ello.
—¿Tienes una repuesta? — alza ambas cejas.
Asiento con mi cabeza y veo la figura de camil desde lo lejos acercase a donde nos encontramos.
—¿Puedo saberla? — pregunta luego de un momento.
—No estoy lista para ello ahora Louis— soy sincera y veo su rostro descarriado.
—Comprendo— Pronuncia muy bajo y aun así logro oírlo.
Intento hablé, pero la voz de camil me interrumpe de hacerlo y veo cómo Louis se aleja un poco de mí. No será ahora porque no quiero arruinar más su noche, pero luego intentaré hablar con el de esto. No me gustaría perder su amistad por un malentendido como este.
Colín
—Ya tengo lo que pediste— Mónica entra a mi habitación con una carpeta roja en sus manos y sonrió al saber lo que es.
—¿Y bien? — Pregunto dejando de lado mi teléfono y centrándome en mi agente.
Le he evitado varios mensajes a la pequeña bailarina, pero no me han respondido aún.
—Empecemos— toma asiento delante de mí. —. Su nombre completo es Riley maya Miller, sus padres son Roberto Miller y Ruth Miller. Ambos son diplomáticos estadounidenses.
Me toco la barbilla procesando toda la información de la pequeña bailarina.
—¿Qué día es su cumpleaños?
—El dos de enero.
—¿Tiene hermanos?
Niega
—Es hija única.
Ahora entiendo porque es tan caprichosa.
—¿Dónde están sus padres ahora?
—por ahora viven en Australia por varios negocios pendientes, pero por lo que pude ver mientras lo investigaba es que no suelen durar mucho en un país siempre están en constante movimiento.
—¿Pero ella vive en Italia?
—Si— Confirma. —, los padres de Alessandro son amigos cercanos de los padres de Riley.
—Ella dijo eso la vez que estuvimos juntos.
Asiente.
—Necesitas saber algo más pregunta— Voy a contestar, pero en ese momento somos interrumpidos por Alessandro que entre. Va bien vestido y los escuchamos hablar con alguien a través de su teléfono.
Ni Mónica ni yo volvemos a hablar de la pequeña bailarina y nos centramos en mi compañero de carreras.
—Mónica me confirmas cuando sale el vuelo— Cierra la puerta detrás de él.
¿Qué vuelo si mañana tenemos una carrera?
—En diez minutos— dice Mónica mirando el reloj que adorna a su muñeca. —, ya deberías de estar en la pista de aterrizaje.
—Bien, gracias —dice Alessandro he intenta salir. —. Nos vemos luego.
miro a Mónica con cara de confusión y está no dice nada. Cómo es eso de que se irá y la carrera.
—¿No correrás mañana? — Pregunto confundido.
—Claro que si ¿porque no lo haría? — expresa y detiene, nos mira sobre sus hombros.
—Solo puedes durar tres horas en Italia no más Lombardi, tienes que descansar para mañana.
—Y volveré Mónica no te preocupes.
—¿Irás a Italia?
—Si iré a hacer algo con urgencia y volveré.
—¿Veras a Riley? — No puedo evitar preguntar
Asiente y sale. Salgo detrás de él y Mónica hace lo mismo, todos nos reunimos en el ascensor y bajamos al primer piso.
—Iré contigo.
Ir a Italia un rato no parece mala idea además de que estoy ansioso por ver a una niña caprichosa que no deja mis pensamientos en paz.
—!¿Que?! —grita Mónica —. No lo pienses Colin Prescott— Me señala.
—Solo será un rato
Las puertas del acenso se habrán y por ella salimos los tres, Mónica se adelante y se posiciona delante de nosotros Alessandro y yo debemos de bajar la mirada hasta donde se encuentra.
Si Mónica no es muy alta que digamos, pero aun así tiene la fuerza para dominarnos como si fuera nuestra madre.
—Eso sí que no. Mucho me estoy arriesgando en dejar ir a Alessandro, para que también te unas Colin. Necesito que uno de los dos gane la carrera y pongan a los Red Bull en su lugar.
Alessandro y yo nos miramos y sonreímos. Ya tenemos la estrategia para fastidiar a dicha escudería y divertimos un rato.
Alessandro intenta caminar y Mónica lo detiene con cara de enfado.
—Hablo muy enserio— Dice con seriedad. —. Ya no irán ninguno de los dos.
Alessandro la ignora y emprende sus pasos a la salida.
Lo sigo.
—Ahh estos hombres me volverán muy loca un día de esto. —escucho las fuertes pisada de Mónica detrás de nosotros.
Cuando salimos del hotel y veo a Alessandro subirse a su auto y hago lo mismo, lo sigo hasta la pista de despeje y al llegar vemos al señor Andrés el cual es el piloto del jet privado de la escudería.
Al llegar nos sonríe .
—La señorita Mónica me informo que estarán en Italia un par de horas
—Si no será por mucho —escucho decir a Alessandro cuando llego a su lado.
Ambos abordamos el jet privado y emprendemos el vuelo con dirección a Italia.