Amor a alta velocidad (run1)

Capitulo Diesiceis

Capítulo 16

Riley


Esta demente.

Completamente loco.

Cómo se atreve a hacer algo así, y donde hay miles de personas que lo ven y escuchan. Al terminar la carrera no lo pensó dos veces y soltó esas palabras.

 

El chico de las carreras acaba de admitir que me dedicara no solo esta, sino que todas sus carreras a partir de ahora.


Camil se encuentra a mi lado, encima de mi cama, no ha cerrado la boca desde que escucho a Colín decir que sus carreras serían dedicas a mí.

—Es que no lo puedo creer riri— expresa con incredulidad. —, el acaba de dedicarte una carrera, en vivo y directo

No contestó y muerdo mis labios para no soltar una risa.

El que el me haya dedicado su carrera lo hacer ver muy descabellado, pero me encanto cuando lo hizo. No lo esperaba y admito que me tomo desprevenida esa dedicatoria.

—Eso fue muy lindo de su parte…

Camil se levanta de la cama y rápidamente se deja caer a mi lado en el suelo. Me sobresalto por su repentino movimiento.

—Lindo…. —dice incrédula y niega. —, eso fue extremadamente una locuela, básicamente le acaba de decir al mundo que ya tiene a alguien especial Riley y ese alguien eres tú.

—Lo estás extremando.

Ríe sonoramente.

—Ya quisiera yo que mateo me dedicara uno de sus premios de este mismo modo.

Ambas reímos e intentó seguir la conversación, pero nos vemos interrumpidas por el sonido de mi timbre en la entrada. Arrugo mis cejas en dirección a camil.

Es extraño no espero a nadie.

—¿Esperas algo? —pregunta al ponerse sobre sus piernas y dirigirse donde proviene el sonido.

Me quedo en mi posición por que de seguro debe de ser alguien que se equivocó de dirección o algún repartido de comida rápida que no sabe bien las direcciones. Me preocupo al no escuchar a camil por un largo rato desde que se fue. Me pongo sobre los pies y me encamino a la sala.

Invito su acción y salgo de mi habitación para dirigirme al pasillo que conecta con la sala.

—Mimi…

Quedó con la boca abierta al ver el gigantesco arreglo de rosas rojas frente a mis ojos. Mi amiga esta igual o peor que yo. Veo al chico darle algunas instrucciones de cómo mantener su cuidado y ella no le presta la más mínima atención.

Y obvio no lo iba hacer, toda su atención está en el ramo de rosas frente a ella.

—¿Eres Riley maya? — pregunta el chico al ver que mi amiga no pronuncia palabra y decido acercarme.

—Esa soy yo— confirmo y no apartó la vista del bello arreglo.

El chico me sonríe y me entrega un recibo para fírmalo.

—Confirmación de que recibiste el arreglo— lo miro extraña. —, no lo encargaron en Italia sino en Austria—explica

No puedo evitar sonreír al firmar la confirmación.

—¿Dónde lo pierdo dejar?

El chico sostiene con fuerza el arreglo y le señaló la mesa en medio de la sala para que lo deje en ese lugar, lo hace con mucha delicadeza y sale de mi departamento, Camil cierra la puerta detrás de él.

—No creo ser la única que esté extremando las cosas aquí Riley— inclina su cabeza de lado observando el arreglo.

No dijo nada y me dedico a mirar el ramo, es bastante grande, ocupa más espacio de lo normal y solo pienso en cómo haré para mantenerlas más tiempo intacta. No cuento con tanto espacio para ellas.

Al parecer el chico de las carreras no quiere que me olvide de él tan fácilmente y en ningún momento, mi departamento estará decorado con muchas rosas por una larga temporada.

Aún conservo las que Louis me envío, giro mi rostros a ella y veo alguna cuantas marchitas que limpiare luego, pero aun así siguen portando la misma belleza que el día en que la recibí.

—Bueno Riley, ¿Qué haremos?— pregunta camil al observar el ramo también. — . No creo que cuente con un florero de ese tamaño para ponerlas.

Niego.

—¿Entonces?


—No quiero sepárala tan pronto están hermosas.

Me acerco al arreglo gigante y miro las delicadas rosas que porta, en el centro de está veo una pequeña nota y la tomo entre mis manos. La abro y leo las letras que contiene.

“Solo han pasado algunas horas y ya te extraño”
Quiero volver a besar esos dulces labios

Att el chico de las carreras.

PD: ¿salimos esta noche?


Sonrió al leer la pequeña nota, camil a mi lado me la arrebata sin permiso y comienza a leerá en voz alta. Al terminar solo pasa su mirada de mi a la nota, lo hace varias veces.

—¿Déjame eso entiendo riri? — me mira con una cara de confusión digna de un premio. —, ¿está saliendo con confín Prescott? —río por la manera en que lo pregunta. —. Tú que te encargas de alejar a cualquier persona que se acerque más de lo debido a ti. ¿Cuándo pensabas decírmelo?

No contestó y trato de no reírme por sus preguntas.

—No trates de reírte que no es gracioso riri.

—No tengo una relación con el Mimi.

Camil alza una de su oscura ceja y su actitud me recuerda mucho a su hermano mayor y ahora que lo pienso que le habrá dicho Alessandro a Colin después de haber abordado ese avión, no me pasó desapercibida su mirada sobre protectora que nos daba luego de habernos encontrados besándonos. Y la manera en que ambos se comunicaban en su idioma natal para que yo no me enterara de que conversaban.

Pobre chico de las carreras dejo de aguantar mis berrinches para tener que soportar los de ales en su lugar.

—¿El es consciente de no hay nada entre ustedes?, porque él no parece saberlo— inquiere y señala las rosas frente a nosotras.

—Si— afirmó. — desde el día en que nos conocimos ha dejado en claro que quiere conocerme y de paso conquistarme, creo que está es su manera de hacerlo.

—¿Desde el día en que se conocieron? — Pregunta — ¿Cuándo se conocieron?

Mi sonrisa crece al recordar ese día, y pensar como lo rechacé por idiota.

—El día de la presentación para la escudería, ese día— contestó —. Específicamente en el club.

Asiente

—¿Y no lo rechazaste?

—Ohh sí, claro que sí.

—Entonces Riley, ¿cómo es que han llegado hasta esto?

—Él ha sido muy persistente—suspiro —, créeme no se rinde fácil.

Camil cambia de posición y ahora se encuentra frente a mí me analiza con su penetrante mirada y a decir verdad me siento como si fuera su hermano mayo el que me juzga y no mi amiga. Luego de verme por varios minutos decide habla:

—Bueno me tocará besarlo cuando lo vea.

—¡¿Qué?!

Suelta una risa al ver mi expresión.

—Oh no Riley, no me malinterpretes— bate sus manos frente a mí. — solo lo dijo metafóricamente si, él se está ganando tu corazón— dice aun riendo.

—Ah…

Respiro aliviada.

—Si, porque sé que si el piloto no te interesará en lo más mínimo no estaría en esta posición ahora.

—¿Y en cual posición estoy? — pregunto divertida.

—Recibiendo flores, que te dediquen carreras y aceptando salidas— enumera y la veo dudar. — ¿Porque si aceptara esa salida?

Asiento.

Admito que también quiero ver a colín, aunque sea por muy poquito tiempo, debemos de hablar de esto antes de que sea tarde. El aún no me ha pedido que tengamos nada formal y no quiero presionarlo a ello tampoco. Quiero que todo sea despacio y a nuestro tiempo.

—No es la primera vez que salimos— contestó tranquila. —, pero esta vez me emociona más.

—Eso veo amiga.

…..

Termino de peinar mi cabello y me encanta el resultado obtenido luego de treinta minutos peinándolo. Va completamente lacio y va cayendo a lo largo de mi espalda, hoy decidí llevarlo de esta manera ya que hace varias semanas no lo alisaba.

Hace alguna hora que empecé a alistarme, ya que el chico de las carreras dijo que pasará por mí al llegar a Italia. Luego de camil se fuera de mi casa recibí su llamada y me dejo saber lo ansioso que estaba por verme otra vez y me cuesta admitirlo, pero estoy igual. Ya quiero verlo otra vez.

Salgo de mis pensamiento al escuchar el timbre de la entra y con toda la paciencia del mundo me encamino a ella para abrirla, me tomo mi tiempo en llegar y girar el pomo de esta, el timbre resuena con más insistencias y mi sonrisa se amplía más en mi rostro al ver la intensidad de Colin.

Debe de sufrir un poco debes en cuando.

Giro la manilla y abro despacio lo recibo con una sonrisa de oreja a oreja, pero en segundo está se borra al ver que no es el chico de las carreras sino mi compañero de danza, Louis.

—Hola— saluda cuando me vez.

—Hola— respondo distante — ¿Qué haces aquí? — es lo primero que me sale al preguntar.

Su cara no expresa emoción alguna al escuchar el tono de voz que uso al preguntar.

—Quería verte un rato y discúlpame por lo de anoche— me extiende un ramo de rosas blancas y una pequeña caja de chocolates. Hasta ahora me percato de que lo traía en la mano. Tomo sus obsequios, pero aun así no cambio mi expresión. —, saldrás— su mirada me escanea de arriba abajo.

—Si— respondo cortante. —, no tardan en pasar por mí.

Su mirada azul se conecta con el oscuro de mis ojos y en ellos veo el arrepentimiento. Se que él no es una mala persona, nunca me ha demostrado lo contrario, pero el día de ayer no trato de la mejor manera a Colin, el piloto no hizo nada para merecer el trato que Louis le dio anoche.

—¿Puedo pasar un rato? — pregunta esperanzada en que le permita entrar — enserio quiero arreglar las cosa contigo Riley,

Dudo de si déjelo entre o no mi departamento, termino aceptando y me hago a un lado para que pase, Louis no duden hacerlo y cierro l puerta detrás él. Me volteo y casi choco con su alta figura que se mantiene congelada en medio de la entrada, me coloco a su lado y mi vista sigue la suya deteniéndose en el arreglo de rosa que recibí esta mañana por parte de colín.

Al parecer la misión de las rosas es dejar sin palabras a todo el que la observen.

Mi compañero de ballet sigue mirando con curiosidad las rosas y carraspeo para llamar su atención, logró obtenerla nuevamente y este me sonríe débilmente.

—¿saldrás con el?— pregunta y asiento al saber que se refiere a Colin.

No dice nada y vuelve a mira las rosas, pasa su ojos por cada rincón del apartamento y lo veo suspirar aliviado al ver que aún conservo las rosas blancas que me envió aquella vez.

—Louis…

Trato de hablar y el me interrumpe acercándose a mi hasta que su cuerpo choca con el mío, trato de retroceder pero el atrapa mi cintura haciendo que detenga mis pasos. Alzó mi rostro y me encuentro con su mirada en mí.

—¿Tiene algo con él? — pregunta y no contestó, aún no sé qué contestar a esa pregunta, pero al parecer Louis toma mi silencio como un sí. —¿porque el Riley? — susurra. Sigo sin contestar —, yo siempre he estado ahí y el solo aparece y lo aceptas.

—Es complicado Louis, no puedo afirmar que tenga algo con el aún.

—¿Así que todavía puedo seguir luchando por ti? — dice y acaricia mis mejillas—, porque no me detendré.

Acerca si rostro al mío y trato de alejarme rápidamente, pero él es más rápido. Toma mi rostro con sus ambas manos y pega sus labios a los mío. No reacciono al beso, estoy pasmada en mi lugar por el atrevimiento de Louis e intenté alejarme de él, no me deja alejarme de él y sigue insistiendo para que corresponda el beso. Posó una de mis manos en su pecho y con mis fuerza intento moverlo pero este no cede.

—Para… Louis… —trato de hablar pero es inútil el hacer lo posible para que yo corresponda a su beso.

De un momento a otro siento como es alejado de mí y me congelo al ver a colín acompañado de Alessandro dentro de mi departamento. Su mirada esta fija en Louis en todo momento.

Colín.

No es un secreto que el idiota del bailarín me cae mal. Lo odio, si por mi fuera haría lo implosione para sacarlo de Italia y alejarlo lo más que pueda de Riley. El no oculta el interés que tiene en mi pequeña bailarina y eso me molesta, no sé qué relación mantengan ambos ya que son compañeros de baile, pero desde que la conozco él se ha encargado de dejarme en claro que ella le interesa y mucho.

Eso me molestará y me fastidia.

Estoy en el departamento de la pequeña bailarina, al llegar aquí fue lo primero que hice al aterrizar en Italia y agradezco que Alessandro haya insistido tanto en acompañarme para venir a donde ella, sin él no me hubiera atrevido a romper su privacidad y entrar en su casa, tal vez nunca me hubiera encontrado esta escena y ella seguiría luchando con él.

Al entra lo primero que vimos fue ver con la pequeña bailarina intentaba alejarse de su toque y él no se permitía, la ira en mi incremento a niveles que no conocía.

¿Acaso él no sabía cuándo una chica que no?

No lo pensé dos vece ya y di grandes zancadas hasta llegar a él y apártalo por completo de ella.

Esta sí que me la cobraría y sería pronto. Él no debe de tocarla sin su consentimiento.

—Aléjate de ella— lo tomo por el cuello de su camisa y lo alejo de Riley — no vuelvas a poner tu mano sobre ella— gruño.

Alessandro sujeta a Riley por lo hombros y la aleja de nosotros no le prestó atención a ello y me enfoco en el tarado que tengo entre mis manos. La no baja mirada en ningún momento y puedo ver el desafío en sus ojos.

Disfrutaré tanto rómpele la cara.

—No eres quien para decirme lo que tengo que hacer.

—Créeme que tengo todo el derecho de hacerlo— contestó con los dientes apretados.

—¿Estás con ella?

—Eso no te incumbe idiota.

—No me alejare de ella ten eso claro.

No lo pienso más y estrello. Mi puño en su rostro da dos pasos hacia atrás y lo veo cubrirse ella boca que ha empezado a sangrar. Voy diestramente a donde el para seguir golpeándolo y soy detenido por Riley, la cual se posiciona delante de mí y evita que dé un paso más hacia Louis

—Colin déjalo… — mira detrás de ella y comprueba el estado de Louis.

La miro solo unos segundos y me pierdo en su mirada suplicante, muevo mi rostro a donde se encuentra el idiota parado aun comprobando la sangre que sale de su boca.

—¿La cuidas un segundo?— Alessandro toca mi hombro interviniendo y su pregunta me ofende, solo asiento y me concentro en la pequeña bailarina frente a mí.

Alessandro le susurra algo a Riley y ella asiente, no logro escuchar, se dirige hasta el bailarín y lo saca del apartamento. Mis pulmones vuelve al respirar oxigeno regularmente a ver qué el ya no se encuentra cerca de ella.

—¿Hace que cuanto él estaba aquí? — Riley baja la mirada y la veo traga pesadamente antes de responder.

—No hace mucho— dice y carraspea —, ustedes llegaron a tiempo.

La jalo hasta tenerla entre mis brazos y el aprieto fuertemente entro ellos, aspiro el suave aroma que desprende su cabello y cierro los ojos un segundo. Acuario si pelo y mis mano vuelven a encontrarme con la suavidad que siempre tiene, la veces anterior la pequeña bailarina se ha dedicado a llevarlo en ondas o recogido, pero ahora está totalmente lacio.

Aparta su rostro de mi pecho y me encuentro con su oscura mirada, mis manos encuentran sus mejillas sonrojadas más de lo normal y bajo mi rostro a la altura del suyo.

—¿Me extrañaste?—hablo muy cerca de sus labios rellenos, tienen un suave tono rojo y la idea de que el idiota del bailarín se atrevió a tocarlo vuelve a despertar mi furia. Solo espero que Ales se encarga de él. —, porque yo no pude olvidarte un segundo.

Sus labios se curvan en una pequeña sonrisa y suspiro aliviado. La pequeña bailarina me tiene a sus pie y creo que ella ni siquiera es consciente de ese detalle.

Baja si mirada avergonzada y divertida a la vez, sus dedos se pierde en la cadena que cuelga de mi pecho y logra sacar el dije de esta, lo mira con la misma curiosidad de la otra vez, sonrió por la acción que hace.

Esa cadena es esencial para mí y la pequeña bailarina parece estar fascinada con ella también.

—¿Qué es? — pregunta y la veo pasar su dedo.

Me fascina ver cómo empezó a recorrer con su dedo toda la longitud del circuito, ella al parecer no lo conoce y es uno de los circuitos más famosos en toda la fórmula 1, es mi favorito y al igual que la pequeña bailarina tengo una pequeña obsesión con él.

—Es Mónaco—dijo y captó su atención. Arruga su ceja con confusión y suelto una risa.

Con su expresión me confirma que no conoce tal circuito.

—¿Pero Mónaco no es un país?

Pregunta y sigue arrugando su nariz y cejas, estoy muriendo con esas expresiones.

—Si.

—¿y porque tienes un mapa de un país que no es el tuyo? —dice

ahora soy yo el que arrugo mi rostro, ella lo nota y ríe suavemente.




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