Capítulo 17
Colín.
—¿Que tan frecuente el suele venir a tu casa Riley? — Alessandro entra por la puerta y en su cara sólo se puede notar la expresión de enojo.
Diría que el mostrar esa expresión es su más grande talento, el suele ser duro cruel y hasta un poco ofensivo con las personas, pero por primera vez apoyó el que el este de mal humor y quiera proteger a Riley.
—Comprendo que estes enojado ahora Ales— dice Riley alejándose de mí. —, pero Louis no suele tener esa actitud conmigo. Es la primera vez se comporta de esta manera.
Bufo a su lado, al parecer el idiota de bailarín está teniendo una gran crisis con su personalidad.
—¿Estás segura de eso? — inquiero observándola. —, porque anoche en el club dijiste que el tampoco suele tener esa actitud con las personas— dijo y captó la atención de Alessandro.
—¿Qué hiciste?
—Yo no hice nada— me cruzo de brazos y continúo hablando. —, el idiota se molestó porque decidir probar una bebida que preparo para Riley, nada más.
—Oye no lo llames así— la bailarina a mi lado me golpea el brazo con suavidad.
—Riri— Alessandro relaja su expresión antes de hablar—, él no se detendrá.
Informa un Alessandro tranquilo y me molesta su tranquilidad. No me está ayudando como esperaba.
¿Dónde quedó don hermano celoso y no quiero que le hagan daño?
—¿Y lo aceptas así nada más? — pregunto y no trato de esconder mi molestia por el hecho. —, no es que la protege y la cuidas de todos y al tarado solo acepta que no se detendrá. ¿Enserio Ales?
El me mira fijamente y no contesta. Puede que este molesto todo el maldito tiempo y no me importa, pero está mal si cree que voy a dejar que el tal Louis siga acercándose a ella de este modo solo porque no quiere detenerse.
Yo tampoco sé cuándo detenerme, los frenos no son algo con lo que cuente y si el tal Louis quiere saber que tan rápido soy se lo voy a demostrar.
—No te soporta Colin.
—Que novedad— bufo
Ríe Y ahora soy yo el que lo mira mal. ¿Qué le parece gracioso?
—El no soporta el hecho de que ella te haya elegido a ti— habla y posa su mirada en Riley. Cada vez que en la mira su expresión es suave y delicada. —, y tiene sus razones.
Riley se encoge en su lugar.
—Yo nunca le di esperanzar ales, él sabía desde el principio cuáles eran mis sentimientos hacia él.
—Lo se Riley— Alessandro concuerda con ella. —. Sé que nunca jugarías con los sentimientos de las otras personas.
Alessandro posa su mirada avellana en mí, la advertencia no me pasa desapercibida en cada una de sus palabras. Decido no contestar y discutir con el ahora, eso no me apetece.
—Me tengo que ir, Olivia debe de estar esperandome— se acerca a ella y deja un corto beso en su frente. —, si el regresa llámame si, estaré aquí.
Gira su cuerpo y alza una de sus oscuras cejas en mi dirección. Alessandro piensa que dejare a la pequeña bailarina y eso no será.
—Puedes irte tranquilo yo la cuidaré— dijo para molestarlo.
—Te irás conmigo— dice y lo veo sonreír con malicias— tienes que llevarme Prescott no tengo mi auto conmigo y sería una humillación el que andará en taxis, ¿no crees Colin?
—No, no creo y no me importa…
—Llévalo, Colin no me molesta— Riley se acerca a mí y bajo mi rostro hasta dar con el de ella.
—Pero tenemos una cita, capricho—. Pronunció bajo — no me interesa lo que él tenga para hacer, yo quiero estar contigo.
—Ya tendremos tiempo, te lo prometo. — me asegura.
Asiento y veo la sonrisa burlona en el rostro de ales, este es su plan.
Joder, enserio tendré que matar a ales para que me deje en paz con mi pequeña bailarina.
Comenzare a cóbrame cada uno de sus alejamientos.
Riley se empina sobre sus pies y deja un corto beso sobre mis labio, me sorprende que ella tomara el atrevimiento primero ya que siempre soy yo el que suele besarla primero.
—Riley … — Alessandro trata de hablar y ella lo interrumpe.
—Déjame al menos despedirme de él si— no voltea a verlo y sigue manteniéndose de puntas para alcanzar un poco mi altura. Alessandro por su parte no dice nada y es la primera vez que lo veo quedarse callado mientras le llevan la contraria. —, te lo llevarás y sé qué harás todo lo posible para que el no vuelva, así que déjame despedirme.
¿Que no volveré?, claro que voy a volver aún tengo que preguntarle algo importante.
—Tienes sólo dos minutos Prescott— amenaza un Ales serio. — si no sale pasado el tiempo te buscaré yo.
Ni la pequeña bailarina y yo contestamos a sus palabras y escuchamos la puerta ser cerrada cuando Ales no da privacidad.
Dos minutos no serán suficientes con ella.
—Creo que no podremos salir hoy— vuelve a su posición original y vuelve hacer pequeña ante mí. —, sé que llevas una agenda exigente, pero si quieres lo podemos posponer para otro día.
—Estaré en Italia algunas semanas, así que me tendrás para ti solo.
—Me gusta cómo se escucha eso Colin.
La beso despacio y mi odio por el tarado del bailarín aumenta más, sino habría sido por su estupidez tal vez la pequeña bailarina sería mi novia y no estaría aquí contando los segundos para dejarla.
—Un minuto Prescott, el tiempo correcto y nos otros también.— grita Ales.
Riley ríe y pega su rostro de mi pecho, se queda unos segundo ahí pegada y una de sus manos se posa en mi corazón palpitante, al parecer ella siente su ritmo acelerado, pero no dice nada al respecto.
—Mañana te haré llegar unos obsequios— dijo y capto su atención con ello. —, pensaba dártelo esta noche, pero no se podrá.
Acaricio su cabello desde la raíz hasta las puntas, estoy obsesionado con su cabello es lo más hermoso que posee.
—Me gusta tu cabello Riley— murmuró y ella alza el rostro.
Toma un mechón de él y lo mira en silencio, luego me mira a mí y sonríe con suavidad.
—He pensado en contarlo un poco está muy largo y me cuesta mantenerlo…
— No lo cortes— dijo con rapidez y ella me mira sorprendida. —, solo te voy a pedir eso, no lo cortes por favor.
Quito el mechón de su mano y lo enredó en mis dedos y por la sedosidad que posee se escapa de mi agarre y se une con las demás hebras libres.
—Me gusta como es y te vez hermosa así con el largo, por favor no lo cortes.
—Colin no puedes ser tan tierno todo el tiempo. — dice con las mejillas rojas
—Contigo me sale natural— le hago saber.
Ella no contesta y vuelve a besar mis labios por segunda vez, retrocedo con ella pegada a mis labios y me detengo al chocar con unas de las paredes de su sala. Mis manos se sitúan bajo de sus redondos glúteos y es la primera vez que los tocos y le encanta como se sienten en mis manos. Alzó a la pequeña bailarina en mis brazos y ningunos de los dos hace el menor intento por para el beso.
—Treintas segundos.
Lo ignoramos y continúo besándola una de mis manos se adentra
Dentro debajo de la camisa que lleva puesta subo hasta encontrarme con sus senos cubierto por el sostén y los aprieto con suavidad. Ella suelta un suave jadeo al sentir como acarició uno de sus senos.
Sus ojos se conectan con los míos y juro por el cielo que la haría mía en este momento.
—Veintes segundo.
Soy rápido, pero en evites segundos no los haría, no haría ni la mitad de lo que quiero hacerle ahora.
Los dedos de Riley se encargan de quitar cada botón que tiene la camisa y los desabrocha todos en menos de dos segundos y me encuentro con un sostén de encaje rojo.