Capítulo 20
Riley
Termino de colocarme ropa abrigada para salir e ir al hospital, debo admitir que me he demorado a propósito. No me gusta el habiente que ofrece un hospital nunca me ha gustado y la idea de ales no me agrada en lo absoluto, pero no quiero lidiar más con esta herida.
El tratar de lavarla y limpiarla ha sido un caos, no puedo ni siquiera verme en un espejo sin entrar en crisis, así que solo pase mi mano mojada con agua por ella.
Peino mi cabello en un moño un poco desordenado y tomo mi pequeña cartera cruzada Prada con mis documentos personales. Salgo de la habitación y los encuentro a ambos de espalda contra mí, escucho un poco de su conversación mientras me voy acercando a ello y solo los oigo hablar de un viaje.
—Estoy lista— Carraspeo y llamo su atención.
El chico de las carreras es el primero en darme la cara y lo veo sonreír mientras se posiciona a mi lado poniendo su mano es mi cintura, no lo aparto y alzó mi rostro para verlo. Su mirada se detiene un segundo en la herida y trato de bajar el rostro pero el me sostiene impidiéndome aparta la vista de él.
—Anche con quella ferita voglio baciarti — caricia el borde de mi labio inferior lastimado.
“Aún con esa herida deseo besarte”.
No contestó a eso porque no sé lo que el acaba de decir, Ales pasa por su lado y le da varias palmada en el hombro y me sorprendo al ver que no lo alejo de mí.
Si, porque soy consciente de que él le hace la vida imposible al chico de las carreras conmigo ales es muy predecible con eso.
Ninguno pronunciamos palabras y salimos de mi departamento ales va delante de nosotros y es el primero en subir al ascensor, Colin y yo entramos junto tomados de la mano al pequeño espacio y ello son los que más espacio ocupan con su altura.
Colín vuelvo a posar sus manos en mi cintura posicionándome delante de él, pero esta vez ingresa su manos frías dentro del abrigo gris que llevo puesto y acaricia vagamente los extremos de mi caderas, me sobresalto un poco por lo frío de sus manos y el no parece molestarle porque sigue haciendo los movimientos hasta que llegamos al piso de recepción.
Sus manos abandonan mi piel y siento el hormiguero por toda esa parte de mi cuerpo, debió dejar ahí no me molestaban.
Ambos salimos a la par del otro y ales sigue caminado delante, se detiene al llegar casi a la salida y mira detrás de nosotros, su mirada avellana no me mira en ningún momento y solo mira a colín que asiente a no sé qué.
—Ven pequeña— toma mi mano y entrelaza nuestros dedos me dirige a su auto parqueado al lado del mío y el de ales.
Lo miro confusa por su actitud, pero no dijo nada, el abre y sostiene la puerta del copito para que yo pueda entrar, la cierra con suavidad y se mueve un poco dejándome ver a Louis hablar con Alessandro que niega a lo que sea que él le esté pidiendo .
Al parecer él ha estado un largo tiempo ahí y hasta ahora es que me entero de ello.
La puesta a mi lado se abre dejando subir a Colin a mi lado, no apartó mis ojos de Alessandro y Louis Que aún siguen conversando.
—¿Porque Louis está golpeado? — giro mi rostro al sentir las manos de Colin abrochar el cinturón de seguridad alrededor de mi cuerpo. Al termina el chico de las carreras posa su mirada un segundo en Louis y entrecierra los ojos con odio. —¿Él estuvo dentro cierto?
Ignora esa pregunta e intenta encender su coche, pero no lo dejo. Su mirada oscura se corneta con la mía un segundo y cierra sus ojos suspirando antes de contestar.
—¿No me odiaras por ello? — pregunta bajo.
—Colin…
—Lo golpeé— murmullo escudriñando mi reacción. —, Alessandro también.
Bajo la mirada cuando el confiesa lo que temía.
—Ustedes no debieron lastimarlo.
—El no debió lastimarte— responde y toma mi rostro para conectarlo con el del. —. No me gusta que toquen mis cosas.
—Soy tuya— inquiero alzado una de mis cejas
Vuelve a posar su mirada en Louis y niega.
—No— hace una pausa suspirando. —, aún no y la culpa la tiene el, sigo esperando tu respuesta y aunque no lo creas no soy tan idiota para presionarte a ello ahora, te daré el tiempo que necesites. Pero no tampoco me siento culpable por golpearlo, dos veces arruino mi propuesta.
Lo dice y de la manera más suave que ha hablado hasta ahora. Toma mi mano cerca a la suya y la lleva a sus labios besa cada uno de mis nudillos y luego suspira. La palma de mi mano se acopla a su rostro y cierra sus ojos bajo mi toque.
Cuando lo conocí me había imagina todo de él menos que fuera tan cariñoso y romántico. A su manera me ha demostrado que está
Dispuesto a esperar por mí y me gusta que de vez en cuando el chico de las carreras baje su velocidad conmigo.
—Colin no vuelvas a golpearlo— pido en un susurro.
—No lo haré si el no vuelve a tocarte, todo depende de él.
…
Colín sostiene la puerta del copiloto para mí y bajo con suma tranquilidad de su auto. Hemos llegado al hospital y cabe decir que de todos los hospitales qué hay en Italia este era el menos que imaginaba que iríamos.
Ales también sale de su auto y se une a nosotros que ingrésanos dentro de las instalaciones. El olor a limpio y purificado entra por mis fosas nasales haciéndome saber en sondes estamos.
Me quedo de pies a dos paso de la puerta de emergencia, mi cuerpo no reacciona a nada a mi alrededor, ellos siguen avanzado y veo a colín estira su manos a tras de él en busca de la mía la cual no logro alcanzar ya que él se ha alejado bastante de mí y no se ha percatado de ello.
Las palmas de mi manos pican al querer tocar la de él y no poder, Colin parece percatarse de mi ausencia por que mira detrás de él y se detiene a no verme a su lado. Mira a mi dirección y a pasos rápido se acerca mí.
—¿Te sientes bien? — me toma de la cintura y escanea mi rostro. —. Estás pálida Riley.
No contestó a ello, por más que quiero no logro encontrar las palabras adecuadas para pronunciar.
—¿No quieres estar aquí? — niego.
Asiente y me guía hasta salir otra vez del hospital no nos alegamos mucho de la entrada. Me abraza por largos minutos, no dice nada ni me obliga a hacerlo solo se mantiene en silencio como si comprendiera la situación.
Odio hacerlo pasar por esto, no me gustan los hospitales, nunca me han gustado, todo fue por culpa de un accidente cuando era pequeña, con el tiempo describí que tengo Iatrofobia. Miedo a los hospitales y todo lo relacionado con ellos.
No puedo ver o ir a un médico sin que se manifieste una crisis de ansiedad por estar en el lugar, por ello son mis crisis al ver sangre, cuando veo ese líquido espeso solo puedo pensar en dos cosas.
Un médico y un hospital.
—¿Estás mejor?—pregunta luego de un tiempo de tenerme entres sus brazos
—Si— contestó débilmente
Aspira el aroma de mi cabello y me aprieta con fuerza a él, desde mi posición puesto escuchar el latir de su corazón.
—No tienes que hacer esto sino quieres si, no me interesa lo que diga Ales yo te apoyaré a ti —dice —. Si me gustaría que un médico la observara y diera su opinión, pero si no quieres está bien, yo puedo curarla se algo de medicina y me he Curado varías heridas sin importancia — toma mi rostro y lo alza detalló mi labio. —. Está no sería la excepción.
—¿Sabes sobre medicina?
—Un poco.
—Debiste decirlo antes Colin.
Esta por contestar cuando es interrumpido por Alessandro.
—Riley, Iván nos están esperando—