Amor a alta velocidad (run1)

Capitulo 24 (parte dos)

Capítulo 24 (parte dos)


Colin.

No me tomas mucho llegar a la cafetería de la vez pasada, dejo mi auto parqueado en un lugar cerca de ella y cuando Riley yo bajamos nos llevamos varias miradas de las persona que se encuentra aquí.

Esta peor que la otra vez, hay más personas y hago una muecas de fastidio al ver que algunas personas sacan sus teléfonos para tomar fotos de nosotros.

Mi compañero está igual que yo.

Esto es muy molesto, el salir a cualquier y no poder pasar un rato agradable y en tranquilidad sin el temor de saber que te observe todo el tiempo. Solo espero que no nos encontremos con cientos de reporteros en unos instantes.

Con sorprendente facilidad entramos a la cafetería y no dirigimos al mostrador. Vemos el menú antes de pedir, la primera en hacerlo es Riley al parecer ella ya está acostumbrada a venir a este lugar. La chica detrás del mostrador toma la orden en silencio y al alzar su rostro sus ojos se expanden con grandeza al vernos a Alessandro y a mi frente a ella.

—¡No lo puedo creer Dios! — chilla con fuerza y llego a espantarme cuando grita con fuerza frente nuestro. —. ¡No me lo creo! — sigue gritando y reprimo una Risa cuando casi cae de su asiento.

—¿Podrías darnos cuantos chocolates calientes para llevar? — pide Riley a mi lado con educación y la chica no le presta la más mínima atención.

Cubre su boca con ambas manos y nos mira a ambos sin podérselo creer aún.

—Colín Prescott y Alessandro Lombardi— nos señala a ambos sin equivocarse. —.  ¡Mi hermano no me lo va a creer! — vuelves chillar.

La pequeña bailarina aprieta mi mano entrelazada a la de ella y bajo mis ojos a ella un segundo, su mirada está puesta en la chica del mostrado y no muestra ninguna expresión en su cara.

¿Acaso ella está celosa?

—Sigo esperando mis chocolates— vuelve a ser ignorada y la veo expulsar todo el aire de su cuerpo con pesadez.

—¿Puedo tomarme una foto con ambos? — pide la chica y Alessandro y yo nos miramos dudosos. —. Perdón es un atrevimiento mío, pero es que enserio soy muy fan de ambos. Me encanta como corren en cada carrera.

Ales le dice algo al odio a Olivia y está asiente divertida por el comportamiento de la chica. Las personas detrás de nosotros empiezan a quejarse, hasta ahora los únicos que tenemos atención somo Ales y yo.

—¿Te molestaría que me tome la foto con ella? — le pregunto a Riley y esta niega rápidamente.

No me mira en ningún momento solo observa a la chica con cuidado. La chica sale detrás de mostrador cuando confirmamos su pregunta. Se posiciona en medio de ambos. Miro un momento a Riley y le guiño uno de mis ojos antes de que Olivia tome la fotografía. Al terminar de ello la chica que es un poca más alta besa a Alessandro en la mejilla y hasta ese momento Olivia deja de sonreí.

Mi pequeña bailarina mira cada movimiento que la chica hace cerca de mí, su mirada se vuelve agresiva cuando la chica pasa sus manos alrededor de mi cuello y me besa cerca de mí los labios. Soy rápido y me alejo tres pasos de ella y sostengo la cintura de Riley que camina para acercarse a ella.

La obligo a que mire mi cara y se olvide de la chica. Lo hace un momento y luego se posiciona delante de mí. Se cruza de brazos y no logro ver la cara que pone cuando la chica me pide que firme algo para ella.

Intento tórnalo, pero la bailarina es más rápida que yo.

—Si quieres que el haga algo más por ti, deberás de atendernos primo. Quiero mi pedido y no me has dado. — dice con seriedad. —, necesito irme de aquí.

Le devuelve la pequeña libreta y la chica solo asiente en automático, ahora fue que se percató de la presencia de Riley.

—¿Los chocolates son para ustedes cierto?— la pregunta va dirigida para mí.

—Si— contestó.

Asiente y vuelve a estar detrás del mostrador, prepara los chocolates con agilidad y los primeros en servir son el mío y el de mi compañero de carreras, luego le da el de Olivia y Riley, quien lo toma con cara de pocos amigo.

Alessandro le pasa una de sus tarjetas y yo igual cobra las bebidas y al regresar vuelve a insistir que le firmemos la libreta para ella y su hermano Alessandro es el primero en hacer y luego yo. Tomo el bolígrafo y la libreta para fírmala, mientras plasmo mi firma en ella veo a Riley mirar a la chica con fastidio.

Al terminar le extiendo la libreta y la chica la toma gustosa, caristia mi manos un momento antes de soltarla.

Riley se percata de ese íntimo gesto y sonrió, nunca la había visto celosa.

Alessandro y Olivia sale del lugar sin decir nada e intento hacer lo mismo con Riley pero la chica toma mi brazo izquierdo impidiendo que salga.

—Me gusta mucho como corres— dice en modo coqueto y si no soy rápido la bailarina a mi lado la mandara al diablo, le falta poco. —, en realidad me gusta todo de ti.

Le sonrió y miro a Riley que hace de todo menos sonreír, dejo de hacerlo cuando mis ojos conectan con lo de ella, me centro en la chica.

—Gracias— dijo. —, pero mi compañero me espera y mi novia ya quiere salir de aquí así que debo de irme.

Tomo la mano libre de Riley y doy dos paso lejos del mostrador, la voz de la chica me hace girarme nuevamente y Riley maldice a mi lado.

—¿Sería mucha la molestia si te pido tu número de teléfono? — se muerdo el labio inferior al preguntar, estoy por responder cuando Riley lo hace.

—Si sería mucha la molestia— dice con agresividad y me jala hasta salir del establecimiento.

La chica continúa llamándome pero no le hago caso, hasta yo me aburrí de eso. Al salir hay varios reporteros abordando a Alessandro que se encuentra solo hablando con ellos. Olivia no está por ninguna parte y lo miro, me señala su auto y asiento.

—Necesito que seas lo más rápido y discreta posible, no llame su atención— le dijo a Riley que se ha frenado al ver cómo la cafetería se está llenando de reporteros. — ¿De acuerdo? Si te ven a ti conmigo no te dejarán en paz.

Asiente y deja que la guía hasta el Ferrari no muy lejos de nosotros, el auto suena cuando le quito el seguro y llama la atención de os reporteros quienes no dudan de venir hasta mí. Tomo las bebidas calientes para que Riley suba con rapidez y lo hace con cuidado le entrego las bebidas y cierro mi asunto antes de que puedan tomar una fotografía de ella.

Suspiro cuando logró ponerle seguro al auto y saber que al menos a ella no la molestarán con preguntas indiscretas.

Riley.

Veinte minutos han pasado desde que Colin está siendo entrevistado por los reporteros. Alessandro está igual a un lado, estoy dentro del Ferrari y estoy muriendo de calor aquí dentro, el auto está completamente apagado y el oxígeno ha comenzado a disminuir, los chocolates calientes no son de mucha ayuda ahora.

He quitado la chaqueta de colín que llevo puesta y sigo sintiendo el mismo calor. Trato de hacer alguna señal a colín a través del cristal para que se entere de mi situación y termine lo más pronto posible la entrevista. El chico de las carreras parece no verme a pesar de que son pocas las veces que ha despegado la vista del cristal.

Lo veo un poco tenso y apurado mientras habla. Trato de abrir la puerta para salir, pero esta no sede.

Busco mi teléfono para llamarlo para que me saque de aquí, busco su número y lo llamo. El teléfono suena a mi lado y corto la llamada.

—¡Maldición me estoy asfixiado! — exclamó con desesperación y sé que él no me escuchara.

Lo veo cambiar su posición y mirar con desespero el cristal. No lo pienso más y presiono uno de los tantos botones que se encuentra en el tablero de la puerta a mi lado. El cristal baja solo un poco y varios reporteros se percatan de ello.

Colín es rápido cuando cubre la ventana con su cuerpo ante de que los flashes de las cámaras lleguen a mí.

Lleno mis pulmones de aire fresco cuando el interior del Ferrari comienza a oxigenarse con el aire frío de la calle. Colín se voltea un momento y adentra su mano por el cristal, la posa sobre mi frente sudada y me quejo un poco por el frío de ella. Maldice bajo al percatase de mi temperatura.

—Solo dame unos minutos pequeña y lo mando a todos al diablo, ya me canse de esto— dice y solo asiento en respuesta.

Habla con los reporteros en su idioma natal y no le pongo atención, no me importa de lo que sea que ello hablen en este momento solo me centro en oxigenar mis pulmones con aire.

Varios segundo son suficientes para sentir la puerta ser abierta a mi lado y que el chico de las carreras suba a su asiento, no abro mis ojos para nada y el vuelve a comprobar el estado de mi temperatura corporal. Giro mi cabeza pegada al asiento, abro mis párpados y lo me topo con su mirada oscura pero brillosos por la falta de luz. Acomoda mi cabello detrás de mi oreja y acaricia mi mejilla con suavidad, sonrió bajo el toque.

—Lo siento esto fue un descuido mío capricho, no volverá a suceder.

—Estoy bien— le hago saber —, solo fue por poco tiempo.

No dice nada y enciende el auto, hace rugir el motor y salir una velocidad considerable por las calles, se aleja bastante de la cafetería dejándola atrás

—Vuelve a abrigarte— pide sin apartar la mirada de la carretera.

—Ahora hay una temperatura agradable Colin, no tengo frío.

Una pequeña sonrisa crece en sus labios.

—Pero lo tendrás capricho.

Lo dice y el techo de su auto empieza a desplegarse hasta quedar en la parte de atrás oculto, lo miro boca se abre por lo que acaba de hacer y el solo mantiene la sonrisa en su rostro.

Sube la velocidad y el auto empieza a correr como si de una carrera clandestina se tratase, mi cabello se expande por todo mi rostro debido a la fría brisa de la noche y tomo su consejo de volver a colocar la chaqueta sobre mi cuerpo.

—¿Porque nunca lo utilizas de este modo?, es mucho mejor— acomodo mejor la chaqueta rojo en mi cuerpo y trato de acomodar mi pelo que se ha alborotado por agresividad de la brisa.

—Me gusta mi privacidad capricho y aunque no lo creas también me gusta pasar desapercibido.

Suelta un momento el guía del carro y rebusca en su muñeca debajo de su chaqueta. Saca la liga que quita ayer de mi pelo y me la extiende.

—Gracias.

—La tomaré devuelta— vuelve a tomar el control del carro y sonrió cuando el continúa pisando el acelerador.

No me da miedo que el use esta velocidad conmigo, sé que él no perderá el control en ello. Al final es el chico de las carreras.


 




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