Amor a alta velocidad (run1)

Capitulo 25


Capítulo 25.


Colín.

Parqueo en su residencial y no adentramos a él. La pequeña bailarina saluda a Mateo y un señor que nunca había visto en el lugar antes, a Mateo solo le doy un asentamiento de cabeza cuando pasó por su lado.

Llevo una de las manos de Riley entrelazada con la mía al caminar al ascensor, esperamos un momento a que este descienda y abra la puerta ante nosotros. Subimos a él y mantenemos silencio ya que una señora de edad mayor entra con nosotros y lleva una cara de no querer escuchar ni el sonido de una mosca a su alrededor.

La pequeña bailarina y yo nos damos miradas cómplices mientras subimos a su piso. No nos toma mucho ya que segundos después las puertas se abren y por educación dejamos que la señora salga primero del espacio para luego hacerlo nosotros.

Los pasos de la mujer mayor se dirigen por el mismo pasillo en el que se encuentra el departamento de Riley, vamos detrás de ella y respiro con alivio al ver que se detuvo varías puerta antes que la de mi pequeña bailarina.

Aprieto yo la mano de Riley que aún sostengo y avanzó más rápido con ella a mi lado para llegar a su piso. Se posiciona delante de mí para sacar una pequeña tarjeta de su bolso y pegarla cerca del pomo de la puerta, está abre de inmediato, posó mis manos a ambos lados de su cintura y me adentro con ella pegada de mí.

Cierro la puerta detrás mío y tomo a Riley en brazos haciendo que ella enrede sus piernas en mi cadera, la tengo a mi altura ahora. Quito la liga que sostiene su cabello en una cola baja y un poco despeinada, la devuelvo a mi muñeca y comienzo a batir su cabello para que se libere por completo, ella ríe y me ayuda un poco moviendo su cabeza de lado a lado. Al terminar me sonríe.

—Enserio que te gusta verlo suelto— dice y una de sus manos que estás sujetas a mi cuello sube por mi nuca hasta encontrar el inicio de mi cabello.

Rasca con su larga y cuidada uñas el inicio de este.

—Me gusta en todas sus versiones — contestó y acerco mis labios a los de ellas. —, simplemente me gusta.

Su sonrisa se expande a más no poder y mi respiración se detiene un segundo al verla sonreír.

Esta mujer me encanta completamente y lo peor es que me tiene loco por ella.

—No me cabe duda de ello Colin.

Dejo un corto beso en sus labios.

—tengo una duda desde hace un momento— dijo tras dejar sus labios.

—¿Qué cosa?


—¿Estabas celosa de la chica de la cafetería? — no puedo evitar preguntar porque me gusto ver cómo hacía lo posible por contenerse.

Esconde su rostro en el hueco de mi cuello y me veo en la obligación de despejarla de mí. Su mirada nunca se encuentra con la mía y tomo su mentó en mis manos para que me mire.

Los hace por unos instantes y la vergüenza es lo único que emite sus bellos ojos ahora.

Ya no me preocupa morir en una curva o un mal choque en carrera, sé que moriré por esa mirada que ella suele darme.

—Capricho— la llamo cuando cierra sus ojos privándome de ellos.

—Solo te prestaba atención a ti— dice bajo y sonrió. Si estaba celosa. —, desde que te vio fuiste su centro de atención.

Abre los ojos.

—¿Te molesto eso? — pregunto bajo.

Asiente.

—¿Viste cómo te miraba? — niego. —. A Alessandro ella no lo miro así. Nunca quito sus ojos de ti Colin.

—Tengo ojos solo para ti Riley— le dijo y besó sus labios. —. Mis ojos te pertenecen desde el día en que te vi bailar.

No habla más y bajo mi rostro hasta su cuello para besarlo, el aroma de su delicado, pero séquito perfume me embriaga con el aroma que suelta de su piel. Beso con delicadeza y sin apuro esa área de su cuerpo, una de mis manos van hasta el cuello de mi chaqueta puesta en ella y la bajo con suavidad encontrándome con la piel expuesta de su hombro.

Paso dos de mis dedos por lo largo de su hombro , aún no he tenido el placer de tocar su piel a mi antojo, pero lo poco que ella me ha permitido he descubierto que es la piel más suave que he tocado en mi vida.

Cuando ella me lo permita voy a tocar cada área de su cuerpo solo para sentir esa suavidad que desprende de ella y ponerle fin a mis dudas.

Dejo de tocarla y saco por completo la chaque de ella, cae al suelo cuando la quito. Me acerco a sus labios otra vez y con mis ojos busco su permiso para poder besarla.

No quiero lastimarla.

Su cabeza se mueve de arriba abajo sin apuro cuando entiende que no lo haré si su confirmación. Dejo un corto beso en ellos y subo mis ojos a los de ellas que me observa con admiración. Aparto un poco del cabello regado en su rostro y no pasa mucho para que sea ella la que ataque mis labios de manera demandante.

Ella es la que domina el beso en este instante y dejo que lo haga. Mis manos bajan hasta dar con sus glúteos un poco descubierto por el Jean negro que lleva puesto. Mis manos toman vida propia y sin permiso se adentran dentro de él, mis dedos se encuentran con su ropa interior en el camino y juego con el borde de ella.

La despejó un poco de su piel y la suelto para que vuelva a su estado normal. Repito el mismo movimiento con ella hasta cansarme de hacerlo.

Riley muerde mi labio sin fuerza ante de alejarse con su respiración irregular por la falta de aire. Por un momento no dice nada y solo me mira a través de sus espesas pestañas.

Deja otro corto beso en mis labios y yo sigo acariciando la carne un poco expuesta de sus perfectos glúteos.

—¿Acaso tengo que pedirte que lo hagas Colin? — habla sumamente bajo.

—¿Quieres que lo haga? — pregunto y aprieto con fuerza la piel de ella en mis manos. Asiente sin dudar de ello. —. ¿Estás segura? — reprimo una corta sonrisa al preguntar.

—¡Joder si! — exclama con desesperación.

Ahora soy yo el que la besa con desesperación. Guio mis pasos sin romper el beso a su habitación, voy tentando con mis pies hasta encontrar su espaciosa cama en medio de la habitación. Me dejo caer con ella debajo de mi sin despejar nuestros labios en ningún momento. Dejo sus labios y me pongo en pies para desvestirme bajo su atenta mirada.

Quito la chaque y la camisa que llevo puesta dejando mi tórax y abdomen desnudó ante ella. Con rapidez quito mis zapatos y quedó con el Jean puesto. Presiono una de mis rodillas en la orilla de la cama, Riley arquea un poco su espalda apoyando su peso en sus brazos y poder verme mejor.

Tomo una de sus piernas y voy repartiendo beso por toda ella mientras quito la zapatilla deportiva que lleva puesta, se mantiene en silencio mientras hago lo mismo con su otra pierna. Al terminal la jalo con fuerza hasta quedar en la orilla de la cama y desabrochar el botón de su pantalón. Se pone en pies para que caiga sin ningún esfuerzo al piso, la mira a los ojos al tomar el dobladillo de la corta blusa que lleva.

Esta otra prenda cae al suelo junto a las demás al ser quitada. Me alejo dos pasos y aprecio su cuerpo semi desnudo ante mí. Es la primera vez que lo veo de este modo, no me detengo a verlo en un solo lugar, lo miro completo descubriendo un nuevo vicio para mí.

Me acerco a ella y levanto su mentó con mis manos para que me vea.

—Posee tantas curvas Riley y yo que nunca he tenido frenos.

Ríe por mi comentario un poco absurdo y la acompaño. Vuelvo a besarla más despacio esta vez.

Mis manos van dirigida a lo alto de su espalda hasta dar con el broche de su sostén y sin problemas logro quitarlos, este también termina al lado de las demás prendas. Tomo su rostro con ambas manos y profundizó más el beso lento que tenemos.

La tomo otra vez en mis brazos para que ella esté a mi altura, me siento en el borde de la cama con ella enredada a mi cadera.

Sus manos bajan hasta el broche de mi pantalón y sin fallar lo desabrocha y trata de adentra su mano dentro de él. La detengo antes de que llegue lejos, rompe el beso mirándome confusa por ello.

—No has contestado mi pregunta— dijo y arruga más su rostro debido a mis palabras.

—¿Que pregunta Colin?

—¿Quieres ser mi novia? — sus ojos se expanden a más no poder. —. Se escuchará egoísta, pero no puedo tocarte de esta manera sin que antes aceptes Riley— busco su mirada y la conectó con la mía. —. Esto que tengo contigo no lo he tenido con nadie y me odiaría si lo llego a joderlo por un error.

Me mira un segundo en silencio y el único pensamiento que tengo en este instante en mi cabeza es saber que quizá ella no acepte esa propuesta.

Bajo la mirada al no escuchar una respuesta de su parte.

—Amor— me llama y mi corazón se detiene un segundo ante la mención de esas cuatro letras. La miro sin creerme que ella me haya llamado de ese modo y sonríe. —Si quiero ser tu novia Colin.

La deposito en la cama y comienzo a besar todo su rostro, reí por ello y la beso en los labios.

No me tomo más tiempo y me desahogo de las únicas prendas que quedan en mí. Vuelvo a subir en la cama sobre su cuerpo y me posiciono con cuidado, dejo besos por su cuello y voy bajando hasta dar con la diminuta braga que cubre su coño. Miro un segundo los ojos de la bailarina antes de romperlas para quitarla de su cuerpo.

Ella no dice nada ante ese gesto y sigo con mi tarea de llegar al punto que deseo en este momento.

Separo sus piernas despacio y sonrió al ver que ella no pone ninguna resistencia en ello, al contrario, se muestra segura de lo que vamos a hacer. Comienzo a dejar beso por su pelvis y bajar lentamente hasta la zona expuesta frente a mí.

No me contengo más y comienzo a lamer despacio y sin apuros. Tengo toda la noche para esto. Para hacerla mía.

Riley arquea su espalda al sentirme pegada a ella, una de sus manos va a mi cabeza y siento como jala mi cabello desde la raíz cuando comienzo a succionar el punto sensible de ella.

—¡Maldición… ¡Esto es…— la escucho balbucear palabras incompletas. —¡Ah…

Tomo con fuerza su cintura para detener sus movimientos incontrolables. Trata de cerrar las piernas, pero retejó ese movimiento también. Me detengo un segundo para obsérvalo y sonrió al ver lo mojada que se encuentra para mí.

—¿Porque te detuviste? — pregunta sin voz. Dirijo una de mis manos y la toco. Es tan pequeña que no sé cómo haré para controlarme y no hacerle daño. —. ¡Colin!

Uno de mis dedos se adentran sin aviso en ella y la escucho gemir con fuerza. No llegó a profundizarme en su interior porque soy consciente de que es su primera vez con un hombre. La estreche de su interior me recibe y maldigo bajo.

Esto será difícil para mí y doloroso para ella.

Retiro mi dedo y vuelvo a cubrirla con mi boca para darle placer. La necesitaré bastante mojada para adentrarme en ella. Unas lambidas más y ya la tengo lista para mí. Subo despacio con mi boca pegada a su piel y me detengo un segundo en sus pechos desnudos. Deposito un beso en cada uno de ellos antes de llegas a su boca y besarla con devoción.

Ella merecer ser besada como una diosa.

Me posiciono bien entre sus piernas y agradezco a su flexibilidad por ello. Sus piernas se encuentran más abierta de lo normal, el que ella sea tan pequeña lo complica. Mi cuerpo es gigante a comparación de toda ella.

Tomo mi miembro erecto y lo acerco a su entrada, presionó un poco su entrada con él y ella jardea suave en respuesta. Subo y bajo por todo su canal varías veces y vuelvo a presionar. Mueve su cuerpo un poco más para arriba para alejar mi toque de ella. No es mucho lo que se aleja y sigo acariciando de arriba abajo. Tengo que tomarme mi tiempo en ello.

—Tienes que relajar tu cuerpo, pequeña— hablo en su oreja y a la vez presiono otra vez logrado entrar un centímetro de mi en ella y abrir su entrada encontrarme con sus paredes estrechas y mojadas. Sus bajos gemidos me hacen saber que ella está asustada por mi tamaño. —. Será doloroso de cualquier manera, pero intentaré ser delicado.

Asiente con sus ojos cerrados y sigo acariciando la parte externa de su coño con uno de mis dedos. Esta bastante mojada ahora.

—Eres muy grande Colin— expresa sumida en el placer que le estoy dando mientras me froto contra ella.

—Lo sé— dijo y empujó.

No hay queja de su parte y me adentro un centímetro más, habré los ojos y asiente. Me adentro un poco más con miedo de lastimarla.




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