Amor a alta velocidad (run1)

Capitulo 26


Capítulo 26.

Riley.


—Mi madre me enseño algo— dice Colin. Y no logro entender porque se encuentra tan tenso.

?Acaso él no tiene una relación de madre e hijo con madre?

—¿Tú madre es médico? — pregunta Iván y Colin asiente con orgullo. —. ¿Quién es tu madre? Si es médico debo de conocerla.

Suspira antes de dar el nombre de su madre.

—Cosima— hace una pausa antes de seguir. —Cosima Rossi di Prescott.

Todos se quedan en silencio y creo ser la única que no entiende nada de lo pasa aquí. Miro a Iván que abre sus ojos de extremo a extremo ante la mención de la mamá de colín.

Intenta contestar, pero parece no encontrar las palabras para ello en este momento. Ales le da un apretón en el hombro a Colín y el conecta su mirada un segundo con la mía y la aparta con rapidez.

Arrugo mi rostro ante esa actitud.

—Tú madre y abuelo fueron grandes médicos— la voz de Ivón llena el silencio creado en mi sala.

—Gracias— Colin carraspea antes de hablar. —. La medicina era su pasión.

—una lástima que muriera de esa manera, lo siento mucho. Dedico su vida en la medicina.

—Fue su elección— dice con voz dolida.

Me bajo de mi asiento y camino hasta llegar a él. Baja la mirada un segundo ante mí y veo sus ojos cristalizados. Sonríe débilmente cuando mis manos encuentran su mejilla para acariciarla.

Esto le afecta.

Su madre está muerta. Nunca había preguntado por ella, tampoco lo escucho mucho el mencionarla. Ahora recuerdo el tatuaje que el lleva en su espalda a lo largo de su hombro.

Cosima es el nombre que tiene tatuado.

Alzo mis manos hasta tenerlas alrededor de su cuello y bajarlo hasta mi altura. Se le complica un poco debido a lo alto que es, pero parece no molestarle que lo haga. Aspira mi aroma cuando su rostro se esconde en el hueco de mi cuello.

—Lo siento amor— murmuro bajo para que solo él pueda escúchame. No dice nada y me aprieta más a su cuerpo. —. Debiste decírmelo Colin

Mis manos acarician su suave cabello detrás de su nuca.

—No me gusta habla de eso, pequeña.

Se aleja de mí y me mira por largos segundos pasos mis dedos debajo de sus ojos húmedos y borro el rastro de la lágrima que intento salir de su ojo. La mira el gesto en silencio y no pronuncia nada.

—¿Qué tanto de medicina te enseño? — Iván sigue preguntado sobre su madre y me molesta que lo haga. —. Dijo tú madre y abuelo fuero exitoso cada uno en el área medicinal que tomaron, eso dice mucho de su apellido, un gran peso el llevarlo.

Me doy media vuelta sobre mis pies y lo miro furiosa. Es que acaso no acaba de ver cómo esto le afecta, no voy a permitir que le siga preguntando nada sobre ella. Que la investigue por internet si tanto quiere saber.

—El no va a responder nada que esté relacionado a su madre Iván, no al menos en mi presencia.

Colín me pega a su cuerpo.

—Okey— Iván me mira extraño por mi cambio de actitud. —. Solo una pregunta.

Ambos nos miramos sin pestañear en ningún momento. Si vuelve a mencionar a la madre de colín o algo relacionada a ella no voy a responder de una manera agradable.

—¿Qué?

—¿Estás con él?

Ales deja la manzana a medio camino de su boca y me mira en espera de mi respuesta. Suspiro y no dudo en responder esa pregunta innecesaria por parte de él.

—si— confirmó su duda.

La cara que Alessandro muestra ahora mismo es digna de una foto. El chico de las carreras toma mi rostro entre sus grandes manos y lo muevo hacia atrás para besarme, lo hace de una manera delicada y posesiva. Me encanta cuando el suele darme esos besos, en donde quiere demostrar que le pertenezco, pero a la vez su cuidado está presente.


Rompernos el beso al escuchar a su compañero toser, se acaba de ahoga con una troza de su manzana.

Toma el vaso que ante Colin me sirvió un poco de agua y lo toma al fondo. Regulariza su respiración y después nos mira a ambos con asombro, cómo sino se creyera lo que acaba de pasar.

—¿Ya tienes tu confirmación Ales? — Iván mira a su amigo con diversión.

—Mis planes no funcionaron— bota la manzana en el cesto de basura y mira a colín con advertencia. —. Espero y no la lastime Prescott o primero te la verás conmigo y luego con su padre. Me aseguraré de ello.

—Te quedarás esperando en ese caso.

—Eso espero— Ales posa su mirada en mi con un semblante serio e intenta hablarme.

—Si lo vas a seguir amenazado Alessandro te las verás conmigo y luego con tu madre— hablo seria al mencionar a su madre. Nadie quiere ver a la señora Sandra Lombardi enojada y meno su hijo mayor.

—¿Me acusarías con mi madre por él? — señala a sus compañías con indignación. —. ¿Enserio Riley?

—¿Pruébame Ales?

—Bien— dice con frustración. —, pero…

Lo interrumpo antes de que siga.

—Si me dará una advertencia a mí también no la tomaré. Me pediste ayer que respetara tu relación con Olivia y no puse quejas espero y respecte esta igual.

Asiente sin decir nada y suspiro con alivio. No me gusta ser dura con Alessandro, pero últimamente se ha dedica a amenazar a Colin por todo y no estoy muy feliz con lo que hizo de traer a Iván hasta mi departamento solo porque pensó que el chico de la carrera no había curado mi herida.

Alessandro no dice más y se acerca a Iván, hablan de algo que harán más tarde, lo cual logro escuchar que Olivia estará involucrada. No le dio atención a su conversación y me centro en el chico de las carreras.

Ambos se despide de mí y salen de mi piso dejándome a sola con Colin. El sigue en silencio, con sus manos en mi cintura para mantenerme pegada a él y recuerdo su confección de hace rato.

No se cómo allá muerto su madre, hace dos minutos ni siquiera sabía que su madre estaba muerta. Pero al ver la forma en cómo le duele hablar de ella puedo deducir que su muerte marco mucho al chico de las carreras.

—¿Estás mejor?

Me giro en su brazo y busco sus ojos hasta lograr que el me mire con fijeza.

—Si.

Le doy un corto beso y él sonríe ante el gesto. Cierra sus ojos y suelta una pesada respiración.

—Podrías llamarme de esa manera otra vez— pide con los ojos cerrados aún.

—¿Cómo? — lo molesto un poco. Se muy bien como él quiere que lo llamo ahora.

—Capricho.

Rio y lo hago.

—Amor.

Abre sus ojos y le toma del mentó para besarme desenfrenadamente, me alza en sus brazos para que esté a su misma altura y un poco más. Sonrió en medio del beso y pega su frente contra la mía.

Acuno sus mejillas en mis manos y no dejo de sonreír.

—De ahora en adelante llámame de esa manera ¿Sí? — pide como un niño chiquito y lo beso de espacio.

Camil se volverá loca cuando le cuente lo enamorada que estoy de él.



—¿Estarías dispuesta a presentarte con él? — suspiro tras escuchar la pregunta de Isabelle.

Hoy está más disciplinaria que nunca.

—Si.

—¿Segura de que no habrá ningún inconveniente? Te ausentaste tres días Riley, varias bailarinas incluye a mi hija intentaron realizar tu número con Louis a la perfección, pero ninguna logró convérseme.

Asiento. Isabelle dirige su mirada a Louis que se ha mantenido en silencio en todo momento. No cambia su posición y solo me observa con detenimiento.

No he hablado con él, ni siquiera lo he mirado. Aún sigo enojada por su actitud de la otra vez y creo que, si no llega a cambiar su pensamiento de querer intentar algo conmigo, donde ya le he dejado en claro que no siento lo mismo que el, temo que si no llega a olvidar eso no me creo capaz de seguir danzando con él.

—¿Y tú Louis? — Isabelle se dirige a francés. —. ¿Estás cómodo con esto?

—Totalmente— no duda en contestar.

—Me alegra escuchar eso— su mirada azul se posa en ambos. —, ya saben qué hacer.

Nuestros compañeros se dispersan a un lado del salón para darnos suficiente espacio para poder iniciar con nuestro número.

No es un número muy complicado, a decir verdad, lo he hecho miles de veces con Louis, por eso es la adoración de Isabelle hacia nosotros dos. Mi compañero de baile es bueno en lo que hace y de eso no me puedo quejar.




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