Capitulo 27

Capituló 27 

 
Jessica. 
 
Sonrió y me volteo hacia Johnny que se mantiene sentado a la orilla de la gran cama. Sus ojos repasan mi atuendo de arriba a bajo y lo veo cubrirse la boca con ambas manos mientras doy una vuelta con sensualidad. 
 
Es la primera pieza en mucho tiempo que él no elige para mí. 
 
—Te esmeraste más de lo esperado— se levanta y se encamina hasta mí. —. Estás muy dispuesta a recuperarlos. 
 
—Jony sabes que siempre obtengo lo que quiero y otra vez me apetece tener a los pilotos para mi sola. 
 
No contesta, lleva una pinza entre sus labios, hecha más fijador en la cola alta que llevo esta noche. Jony toma su tiempo en hacer que la cola quede lo más perfecta posible y que ni una sola hebra de mi pelo salga de su lugar. 
 
—No me cabe duda de ella Jess— dice tras soltar la pinza y pasarla por mi cabello. —. ¿Tiene un plan al menos de cómo lo harás? 
 
Rio de esa estúpida pregunta. 
 
—No hay un plan Jony— me volteo para que le de los últimos toques al sensual vestido que llevo—, solo volveré hacer presente en sus vidas y ello vendrán a mi solito, sabes que no tengo que esforzarme mucho. 
 
—Lo haces ver muy simple Jess. 
 
—Es simple Jony— acortó sus palabras. —. La atención de ambos me pertenece. 
 
No dice más y yo tampoco se dedica a acomodar mi vestido. Cuando me hace saber que estoy lista salgo del cuarto de hotel y me dirijo a donde será la velada  
 
 
Riley. 
 
Mis pulmones me agradecen cuando les permito respirar. Tengo a cuatro personas haciendo distintas cosas con mi cuerpo. Dos se encargan de mi cabello, una pinta con un esmalte color Nude las uñas de mis manos y pies, otra se encarga de mi maquillaje y una espera por mi para colocar el vestido que no hace mucho entraron a la habitación de Colin. 
 
El chico de las carreras si me hizo saber de esto y dijo que Mónica es la responsable de ello, ella se asegura de que Colin y Alessandro tengan una buena imagen cada vez que tienen un evento importante y por lo tanto las personas que aparecerán a sus lados.  
 
Y al parecer su objetivo esta fui yo. 
 
Desde que nos interrumpieron a colín y a mí en la sala de estar no han dejado que haga nada por mi cuenta, lo único que me permitieron hacer a solas fue tomar un baño y en parte fue más a la influencia del chico de las carreras. Le hizo saber a dos de los hombres que me arreglan que no le agradaba la idea de que estuvieran cerca mientras yo tomaba un baño. 
 
Se lo agradecí porque a mí tampoco me agradaba mucho la idea. 
 
No lo he visto desde que empezaron a arreglarme. Suspiro al saber que lo único que falta es el vestido. El vestido es hermoso está colgado frente a mí, es en color rojo en corte princesa. No lleva manga de ningún tipo y lleva un abierto en la pierna derecha. 
 
Quede enamorada desde que lo vi y le daré las gracias personalmente a Mónica, aun no nos conocemos, pero ya sabe mis gustos.  
 
Terminan conmigo y los hombres que se encargaban de peinar de mi cabello salen de la habitación sin decir nada. Las dos chicas que quedan conmigo me ayudan a poner el vestido en mi cuerpo, no me dejan ver el resultado hasta termina. 
 
Al fin me permiten verme el espejo de cuerpo completo frente a mí y quedo satisfecha con el resultado. 
 
Salgo de la habitación de Colin y me detengo al inicio de la escalera, está de espalda a mi parado frente a un ventanal gigante, el solo se aprecian las luces de la ciudad italiana ya que ha oscurecido. Lo escucho hablar en su odio alma natal y no me esfuerzo mucho en entender de que se trata su conversación. 
 
Los segundos pasan y corta la llama, se gira sobre sus pies y queda frizado en su lugar al verme frente a él. Da varia mirada a mi cuerpo y pestañea algunas veces. 
 
Rio de esa actitud y soy yo la que da el primer paso para acércame a él. 
 
Colín. 
 
Es hermosa nunca me voy a cansar de decírmelo, cuando pienso que no se puede ver más ella, aparece y me deja sin palabras. 
 
Cómo ahora. 
 
Cuando elegí el vestido que lleva puesto supe que se vería hermosa en él, pero me equivoqué porque Riley es bella y se ve más bella luciendo el vestido Rojo Channel que compre para ella esta mañana. Mónica dijo con exageración que estaba demente cuando page esa enorme cantidad de euros por el vestido, pero ahora que veo cómo la pequeña bailarina lo luce no dudaría en volver a pagar esa “exagerada” caridad por él. 
 

Al ver el vestido frente a mi esta mañana, tuve una imagen existente imagen en mi cabeza la cual incluía a Riley con el vestido puesto, pero ahora que lo veo en ella hare realidad esa fantasía esta misma noche.  

 
—Estás hermosa— me sonríe y la siento un poco más alta de lo acostumbrado, nunca había llevado tacón mientras he estado con ella. —. Eres hermosa Riley. 
 
—Gracias— deja un corto beso en mis labios. —. Tú también estás hermoso amor. Me gusta eso de tu traje. 
 
Señala el logo de Ferrari plasmado en el saco del traje negro.  
 
Tomo su mano y dejo un beso en el dorso de esta, me encamino con ella a mi lado hasta llegar a la salida de departamento. La ayudo a subir al Ferrari con cuidado de no daña el final de vestido y subo a su lado para poner en marcha el auto. 
 
No duramos mucho en camino y es gracias al tráfico, no está tan contagiando como de costumbre. La miro de reojo mientras ella va mirando su teléfono. 
 
Lleganmos al lugar en donde se lleve a cabo la velada y luego la cena. Está atentado de personas influyentes en el mundo, hay miles de reporteros fuera y dentro del hotel. Rio al ver la cara de Riley. 
 
Esta será la primera vez que saldrá en los medios a mi lado. No sé cómo tomará la atención que tendrá esta noche. 
 
—Colín— me llama y trata de girar su cuerpo en el asiento a mi lado. La tarea 
Se le complica un poco ya que la tela del vestido no se mueve con libertad al estar recogido entre sus brazos. —. Todos nos verán. 
 
La preocupación es clara en el tono de voz. 
 
La tomo de la nuca con cuidado de no ir a dañar las ondas que lucen en si cabello negro. Doy un corto beso en sus labios. 
 
—No tienes por qué hablar con ellos si no quieres capricho— la miro a los ojos y me sonríe con ternura. —, yo te obligaré a ello y no dejare que ellos lo hagan de acuerdo. 
 
Siente y vuelvo besarla. 
 
—Lista. 
 
—Si. 
 
Salgo del Ferrari y todas las cámaras se giran a mi dirección, sonrió y muevo mis pies hasta llegar a la puerta de Riley, ella me extiende su mano y no tardo el tomarla en la mía. Con mi ayuda sale del coche y por un instante logro percibir el silencio que se crea mientras todos nos miran. 
 
Me tomo el atrevimiento de arreglar la parte inferior de su vestido para que caiga como es debido. La piel de su pierna sale a la luz por el corte que lleva el vestido en esa parte. Los flashes recaen todos en nosotros cuando avanzamos en la entrada. 
 
Su mano se cierra con fuerza en la mía y mi sonrisa crece, esto será demasiado para ella. 
 
Ignorando las preguntas que nos lanza y sin ninguna dificultad logramos entrar al hotel donde si hay más reporteros que vienen a nosotros. Dirijo mi brazo alrededor de su estrecha cintura y la pego a mí, una de sus manos descansa sobre la mía. 
 
Los reporteros comienza a preguntar miles de cosa a la vez y veo cómo algunas son dirigidas a Riley, ella no contesta ninguna y se mantiene sonriente frente a ellos. Busco con mi mirada a mi padre o a Mónica para que me ayuden a salir de aquí. 
 
Mi ojos se topan con los de Enzo que mira la escena con diversión, le hago seña con mi cabeza y él lo comprende enseguida. Toma a Michael que se encuentra a su lado manteniendo una conversación con una mujer que reconozco al instante. Enzo lo jala por el brazo hasta traerlo a mí. 
 
Ambos se abren camino entre los reporteros quienes le prestan un poco de atención a Enzo en estos momentos. Tomo esa distracción y me alejo varios pasos con Riley a mi lado. 
 
—Extrañaba sacarte de apuros hermano— suelto un momento el agarre de Riley y abrazo a mi hermano. No lo he visto en todo el año. —. Al fin llegaste, papá quiere que des una rueda de prensa. 
 
Informa y dirige sus ojos hacia Riley, giro mi cara hacia ella y sonrió cuando veo el sonrojo en sus mejillas. 
 
—Veo que estás muy bien acompañado Colin— se acerca a ella y le extiende la mano ella duda de si tomarla y asiento con mi cabeza. —. Enzo Prescott