Amor a alta velocidad (run1)

Capitulo 29

 
 
Capitulo 29 

 
Riley. 

 
—Lamento que hayas pasado por este momento Riley— Emilio se disculpa. —, no permitiré que esto vuelva a pasar. 
 
Todos estamos sentados en unas de las mesas que se encuentran en el lugar. Está a punto de empezar y todos esperamos el momento. 
 
Luego de que Jessica se fuera todos pudimos retomar la actividad. Colin y Alessandro pudieron dar su rueda de prensa con tranquilidad. 
 
Olivia y yo nos mantuvimos conversando un poco con el hermano menor de Colin. La bruja no fue tan arrogante esta vez y se mantuvo con discreción. Aun no sé qué pasará con ella y porque Jessica dijo que reconocería a una de su tipo en cualquier lugar. 
 
Pude conocer un poco más a fondo a Enzo y al igual que el chico de las carreras él es corredor, no de fórmula uno, pero sí de moto GP. Me hizo saber que no vive en Italia, lo hace en Mónaco junto con su padre y algunos meses con Colin cuando ambos no suelen correr, por lo cual me acusó un poco. Dice que su hermano no ha querido salir de Italia y todo se ha debido a mí. 
 
A parte de correr, Enzo maneja una cadena de club por toda Europa. En Italia se encuentran dos, uno de ello aún no ha sido abierto ya que el local que ocupa para ello estaba en muy mal estado para un club de esa categoría y por ello decidió destruirlo y reconstruirlo nuevamente a su modo. Enzo deberá pasar un tiempo aquí en Italia —lo cual no le molesta—. Para buscar un nuevo administrador que maneje el club cuando sea inaugurado. 
 
—No es nada Emilio— le constató al padre de Colin. Es extraño el no llamarlo por su nombre, sin ninguna formalidad de por medio.  
 
Alessandro deja la copa de vino a su lado y capta la atención de todos en la mesa. Olivia está a su lado y está conversando tranquilamente con Mónica. 
 
—¿Quién la invitó a este lugar y porque no estábamos enterados? 
 
Mira con cautela a Mónica. 
 
—¿Querías que te se diera una lista con cada nombre de cada invitado Alessandro? — Mónica lo mira con una advertencia en su rostro. —, porque te informo que la única imagen que me interesa hasta ahora y por la cual me pagan mi trabajo es por la tuya y la de Prescott. 
 
—Pero debiste al menos sospecharlo— contesta Ales. 
 
—A mí no me importa Jessica parisinis Ales. No me importó al principio y no me importara ahora. Mientras no se meta en mi trabajo no la tomaré en cuenta. 
 
—Nadie se imaginó que ella estaría aquí— Emilio interviene en la conversación. 

Todos guardan silencio por un momento. La tal Jessica no le agrada a ninguna de las personas que se encuentran reunida en esta mesa, al único que no he visto que ha dicho nada al respecto ha sido a Michael. 
 
No he cruzado palabras a con él y a la verdad no me interesa hacerlo. Desde hace un momento me siento incómoda baja su observadora mirada, desde que tomó asiento frente a mí no ha dejado de mirarme y me molesta que lo haga, porque ni siquiera se molesta en oculta que me mira con fijación. 
 
¿Cuál es su problema? 
 
—¿Estamos bien? — escucho la voz de Colón a mi lado sacándome de mis pensamientos. —porque estoy pensando en la manera en cómo me disculpare. 
 
—¿Que? 
 
Ríe nervioso y mueve un poco su asiento a mi lado hasta estar más pegado a mí. Conecto mis ojos con los de él un momento y no expreso ninguna emoción en ellos. 
 
Él chico de las carreras lo nota al instante, baja su mirada hasta mi pierna desnuda. Se remoja los labios al percatarse de cómo mi pierna derecha sale a la luz, sin aviso conduce su mano izquierda hasta encontrar mi rodilla. 
 
Me mira un segundo y no pronuncia nada. Tiemblo un poco al sentir dos de sus dedos subir lentamente por mi muslo desnudo. 
 
—Quiero saber en qué posición me encuentro capricho— habla y no le prestó atención. 
 
Toda esta puesta en el recorrido que hace en mi piel. 
 
Sigue acariciando la piel de mi pierna con las yemas de sus dedos, es un toque suave y delicado, pero que me está haciendo desear más de él y en otra parte que no me atrevería mencionar en un lugar como este. 
 
Contesta a algo que Mónica le dice y hasta ahora me percato de que él está manteniendo una conversación con los demás. Suelto un bajo suspiro cuando deja su mano quieta. 
 
Cierro mis manos en puños cuando siento el fuerte apretón que hace en mi muslo. Maldigo bajo al sentir el dolor arde en esa zona y él parece percatarse por que deja una suave caricia encima del apretón. 
 
Lo miro con asombro cuando toma la parte interna de mi pierna y la coloca encima de la suya. Sigue hablando con su padre como si nada pasara, su mano curiosa sube más de lo debido por mi pierna y cuando creo que llegará a donde lo quiero y necesito, se detiene. 
 
Me mira y pestañeo varias veces cuando me señala con su cabeza a su padre quien me habla a mi ahora. 
 
—Nunca me has dicho su edad Colin— su padre habla mientras le sirven más vino en su copa casi vasos. —. ¿Cuántos años tienes Riley? 
 
Trago grueso antes de pronunciar las palabras correctas. 
 
—Veintiuno— contestó. 
 
Enzo a mi lado inclina un poco su cuerpo hacia delante y mira a su hermano como si no acabará de escuchar bien. 
 
—Pesaba que ella era más joven Colin— le reprocha a su hermano que solo se dedica a sonreír. Vuelve a retomar sus moviendo en mi pierna. —. Sin ofender cuñada, eres joven y aparentas ser joven. Pero enserio pensaba que tenías menos edad. 
 
Rio y trato de distraerme de sus movimientos. 
 
—¿Cuantos pensabas? — la sonrisa burlona de Enzo crece en su rostro cuando hago mi pregunta. 
 
Hace creer como si pensara mi edad. 
 
—No lo sé cuñada. Unos diecinueves quizás, veintes. 
 
Ahora soy yo la que ríe de su respuesta. 
 
—No te alejaste mucho, tan joven me veo. 
 
Asiente. 
 
—Como le hiciste caso a mi hermano es un señor de edad ya— se burla de su hermano a mi lado. Colón se ofende, pero nadie le presta atención. —, veintitrés años, ya deberías considerar el jubilarte. 
 
Miro a Colin que no está muy feliz con las palabras de Enzo. Vuelve a dejar otro apretón en mi pierna y esta vez es muy cerca de mí de mi entrada. 
 
Lo miro con una advertencia en mi mirada y decide ignorarme, pasa su mirada de mi a su hermano. 
 
—En algunos meses tú también tendrá esa misma edad y podremos ponernos de acuerdo los dos y retirarnos. 
 
—Jamás me voy a retirar Colin— contesta su hermano y bebe de su bebida. 
 
—Yo tampoco Enzo— le responde su hermano. 
 
Dejan la conversación y hacen silencio cuando las luces se apagan y solo se llega a alumbrar el escenario en donde se encuentra una señora de edad mayor 
.Habla a través de un micrófono y da la bienvenida a todos los presentes esta noche. 
 
Dejo de prestarle atención a la voz de la señora y me centro en los toques que recibo por parte de Colin. 
 
Sus manos no se han detenido y sigue subiendo, lo hace hasta encontrar el camino hasta mi bragas. Intentó bajar mi pierna de la suya y cerrarla por completo al ver sus intenciones. 
 
Él no lo permite y con su mano libre atrapa mi pierna para que no pueda moverla. Agradezco a cada ejercicio que Isabelle implementó en mí desde el día en que pise su academia, si no fuera por mi flexibilidad estaría llorando por culpa de un calambre en mi pierna. 
 
Juega con mi costura de mi braga a su antojo, niego cuando la mueve a un lado para dejarme expuesta sin ellas. Lo miro con una súplica y niego. El asiente y su dedo se habré espacios en medio de mis pliegues. 
 
Jadeo al sentirlo y el sonríe. 
 
Estoy húmeda y exista. El sabe que nadie me ha tocado de esta manera y se aprovecha de eso. 
 
Quiero irme de este lugar y quiero gemir.  
 
Su sonrisa se ensancha cuando descubre lo mojada que estoy. Tomo el final del mantel que adorna la mesa y cierro mi puño con fuerza en él. Colin ve el movimiento y vuelve a pasar su dedo por el camino ya traslado. 
 
La voz en mi cabeza dice que esto está mal, muy mal. Su padre está frente mío y su hermano a centímetros de mi, pero no lo quiero detener quiero que continúe. 
 
Me mira por escasos segundos mientras sigue moviendo sus dedos por mis pliegues, muevo mi cabeza despacio porque sé que está buscando mi confirmación para seguir. No espera más y lo hace, penetra los dos dedos de su mano en mi interior y juro por Dios que es lo más rico que he sentido en mi vida. 
 
El lugar carece de luz mientras se lleva a cabo la ceremonia de premiación. Aprovecho eso y cierro mis ojos para sentir la corriente que se ha comenzado a ha poderse de mí. Él sigue saliendo y entrado de mi interior, crea un ritmo que me hace perder la poca cordura que queda en mí. 
 
Mis labios son atrapados entre mis dientes y lo siento arde un poco, llevo una de mis manos para cubrirlo y que nadie se percaté de lo que pasa entre nosotros. Colin no deja de mirarme en ningún momento y sonrío. Pasan varios segundos y al igual que la noche anterior siento cuerpo temblar sin control avisándome que estoy a punto de correrme. 
 
Tomo la manga de su traje y cierro mi mano libre alrededor de ella. Colin deja de penetrarme y mueve ambos dedos dentro de mí y eso me es suficiente para liberar todo lo acumulados dentro de mi interior. Ahogo un pequeño gemido cuando el placer del orgasmo recorre mi cuerpo. 




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