Capítulo 31.
Colín.
—¿Quieres dejar de mirarme Alessandro?— musitó, acomodo el cuello de mi camisa ignorando las miradas de mi compañero.
Como siempre ignora mis palabras y sigue matándome con la mirada. Rio bajo. Si eso de que las miradas mataran fuera cierto Alessandro ya me ha matado unas mil veces desde que decidí estar con Riley.
Suspira y cambia su posición a una más intimidante.
—Fui a buscar a Riley ayer a su departamento, Mateo y el señor Darío me informaron que tenían todo un día que no sabía de ella, no la habían visto por la Residencia—su semblante se pone más serio. —, y le di varias llamadas que misteriosamente cancelaban desde el primer tono.
Sonrió al recordar eso. La pequeña bailarina me mataría si se llega a enterar de ello, pero no me puedo quejar la quiero para mí.
—Y deduces…
—¿Estaba contigo cierto?— pregunta y asiento. —¿Que hacía que no me tomaba la llamada?
—Estaba ocupada— me encojo de hombros sin importancia.
—¿Pero muy ocupada?—inquiere con curiosidad. —. Nunca me ha ignorado una llamada Colín.
—Hay una primera vez para todo Ales— comentó.
Da dos paso en mi dirección, mete sus manos el lo bordillos del pantalón del traje y me escuadrilla bajo su mirada avellana.
—¿Que hacía o me mejor dicho que hacían, porque deduzco que también estaba involucrado en lo que sea que la mantenía ocupada?
Pues claro que si Alessandro, yo la mantenía ocupada no mejor entrenada.
Aun no le contesto y sigue con su cara de amargado.
—Colín sigo esperando una respuesta.
Suspiró y lo miró desafiante, al igual que el doy dos pasos para acercarme a él y hablar bajo. Nadie más tiene por qué enterarse de lo que diré a continuación.
—Mira Alessandro sé que la cuidas demasiado—dijo. — y lo entiendo. No puedo meterme en eso.
—Es que no puedes— me interrumpe.
Lo ignoro y continuó.
—Pero quiero que respetes que ella está conmigo ahora. Ayer la mantuve en mi departamento y hoy después de que termine esta presentación me la llevaré devuelta. Ayer no te contesto porque fui yo el que canceló la llamada todas las veces, ella tomaba un baño después de haber estado conmigo.
Suelto esas palabras y la ira de Alessandro va creciendo por niveles. Creo que ya está en su hace final.
No me importa que se enoje ahora. No me importa que siempre este enojado, ese es su maldito habita.
—Y lo dice así sin más.
Resopló, me está hartando la paciencia.
—¿Quieres que sea más explícito?— musitó irónico. —, puedo ser más explícito.
Nunca le contaría a Alessandro nada sobre mi intimidad con Riley, ni a él ni a nadie. Eso sería caer muy bajo y denigrar la confianza que la pequeña bailarina a puesto en mí al entregarme su cuerpo.
Mierda.
El solo pensar que alguien se la puede imaginar de esa manera me hace sentir celoso.
—No lo necesito— comenta.
No te la daré tan poco.
Voy a responder y detrás de Ales veo al idiota del bailarín, recuerdo el último ensayo que tuvo con mi pequeña, dos malditas veces la deja caer.
Ignoro a Ales y lo sigo. Tengo una conversación con él.
Lo sigo hasta que llego en el lugar en donde se encuentran todos los bailarines reunidos, busco a la pequeña bailarina por todos lados, desisto de ello cuando recuerdo que posiblemente esté viendo la sorpresa que dejé para ella.
Saluda a varios de sus compañeros, se dirige por un pasillo por el cual lo sigo en silencio. Mi molestia crece al verlo pregunta por Riley y sonrió con satisfacción cuando veo que Camil lo ignora a toda costa y sigue su camino hasta llegar al camerino de mi pequeña y entrar en él.
El idiota del bailarín resopla y se detiene frente a la puerta, se queda un momento pensativo e intervengo cuando veo su intención de tocar.
—¿Espero que tu intención no sea molestar a mi novia, Louis?— el movimiento de su mano que suspendió en el aire al escuchar el sonido de mi voz.
Su mano desiste de tocar la puerta y vuelve a su lugar, baja su rostro tratando de ocultar la sonrisa que se asoma sobre sus labios.
—¿Tu novia?— me da la cara y veo la diversión en el.
Esta vestido con su traje de ballet y no es muy diferente al de la otra vez.
—Si, mi novia— declaró sonriente. —, Riley es mi novia Louis, y no quiero que la molestes antes de su presentación.
—¿Enserio?— musita y se aleja de la puerta.
—Si, no quiero que la moleste ni ahora ni nunca. ¿Queda claro?
—¿No perdiste tiempo?— pregunta con molestia. —. Aprovechaste mi error y a los dos minutos la hiciste tu novia.
Rio.
—Soy veloz amigo y nunca pierdo el tiempo, menos con ella.
Sus pasos son firme cuando se acerca a mí. Se detiene al estar frente y no realizó ningún movimiento. El idiota del bailarín nunca me llegaría a intimidar.
—Necesito hablar un momento con ella, ¿crees que pueda?— pregunta, no me pasa desapercibida la manera en cómo lo pide.
¿Este idiota no sabe que aún me quedan ganas de golpearle la cara?
—No quiero que te acerques a ella, Louis. Te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir, no me gusta que molesten y toquen mis cosas.
Recalcó cada palabra.
Su mirada no se aparta en nigun momento de la mía y aún me sigue molestando que lo único que comparto con el bailarín se la altura. Medimos lo mismo y me molesta más el hecho de que si quizá y mi pequeña bailarina no me hubiera elegido a mí para estar a su lado, ella hubiera decidido estar con el.
¿Él la hubiera hecho hacer sentir como yo cuando estamos junto?
No lo creo.
Este idiota no sabe cómo se trata una mujer como Riley. Su acciones con ella me lo dice.
—Esa petición será difícil de captar, llantitas— rio de la por la manera en la que me llama. —. Soy su compañero exclusivo para bailes, ella no lo hace con otra persona que no sea yo y al menos que ella no quiera o cambie de academia tendrás que verme hacerlo una y otra vez, Capisci.
Sonrió con gusto cuando usa ese término en italiano conmigo.
—¿Te crees muy gracioso francés, eh? Vediamo se lo prendi in questo modo. Reste loin d'elle, elle est à moi et si tu ne le fais pas correctement, Louis, je serai obligé d'intervenir à ma manière.
Le hablo en italiano y luego en francés, no emite ninguna emoción al ver que domino a la perfección su lengua natal.
Vediamo se lo prendi in questo modo
A ver si lo captas de esta manera.
Reste loin d'elle, elle est à moi et si tu ne le fais pas correctement, Louis, je serai obligé d'intervenir à ma manière.
alejate de ella, es mia y si no lo haces por las buenas Louis, me vere en la obligacion de intervenir a mi manera.
—Ella no te pertenece ahora y nunca lo hará— dice con recelo.
—Repítetelo hasta que te lo creas— me burlo.
—De la única manera en que la puedes alejar de mi es si ella cambia de academia— emite la información dándome varias ideas de inmediato. —. Riley nunca permitiría que alguien decida algo sobre su carrera más que ella misma.
—Pruébame maldito idiota— me acercó más a él y lo miró desafiante.
—Tienes el pase libre para hacerlo— me empuja con sus asquerosas manos.
Acortó mis pasos listo para volver golpearlo y me detengo rápidamente al ver a Riley que se interpone en medio de ambos.
—Amor— me llama con suavidad y bajo la mirada hasta ella. —. ¿Qué pasa?
Joder ella sabe el efecto que esa palabra tiene en mi.
—Riley…— el idiota del bailarín intenta tocar su cabello que lo lleva suelto y esparcido perfectamente sobre su espalda. La alejó rápido con mis reflejos y la colocó detrás de mí.
—!No la toques!— ahora soy yo el que lo empujo. —, nunca en tu maldita vida vuelvas a tocarla por gusto, Louis.
Hace el intento de acercase y Camil se interpone en su camino, presiona sus manos en su pecho y lo aleja. Nunca baja su mirada de mi, el odio es palpable en sus ojos.
—Vamos Louis— Camil lo presiona para que se aleje. —. ¿Estás demente? no puedes armar un show antes de la presentación.
—¿Quiero hablar con ella Camil?— vuelve a pedir, Camil niega y lo sigue alejando de nosotros.
—Evidentemente ahora no puede Louis— el bailarín vuelve a posar su mirada en nosotros, específicamente en Riley a mi lado.
Como odio que la mire, él no lo merece.
—Última advertencia Louis— captó su atención, Riley vuelve a posarse delante de mí y me suplica con la mirada que no haga nada estúpido. —, más te vale y la sostenga como es debido, porque si ella llega a caer o lesionarse por tu culpar acabaré contigo y tu maldita carrera.
—!Colín, ya por favor!— Riley baja mi rostro hasta su altura.
Camil logra sacar a Louis de nuestra vista metiéndolo en otro de los camerinos disponibles.
Respiro con alivio cuando estrecho su pequeño cuerpo contra el mío. Aspiro el olor de su cabello y voy calmando poco a poco el mío.
—¿Porque hiciste ?eso—alza su rostro mirándome a los ojos. Se ve hermosa con el maquillaje que lleva.
—Él iba a molestarte— suelto un leve suspiro. —, lo detuve a tiempo.
No dice nada, se aleja un poco de mi cuerpo haciéndome sentir vacío al instante. Cubre mi mano con la suya y camina llevándome con ella hacia su camerino vacío. Cierro la puerta detrás de mí y apoyo mi cuerpo contra esta.
Que se le ocurra venir al idiota, mi puño estará encantado de recibirlo.
—¿Pensé que estarías en el balcón del teatro amor? Dijiste que no te moverías de ahí—pregunta con suavidad, sonrió y la pegó otra vez a mi cuerpo.
Enredó mis dedos al final de su cabello, la ondas marcadas me reciben entrelazándose con ellos, como si ya conocieran mi toque.
—Estaba conversando con Ales, él esperaba a sus padres y yo a Enzo y mi padre— le doy un corto beso llevándome un poco de su labial a mis labios. —, vi al idiota y…
—Louis, amor— me corrige y acomoda el saco de mi traje.
Trago con dificultad al escuchar su nombre salir de sus labios.
—Lo seguí hasta aquí y fue lo mejor porque…— detengo mis palabras.
—Porque…— me insista a seguir.
Resopló con molestia.
—Porque no lo quiero cerca de ti capricho— la aprieto más cerca de mí. —,mucho tolero que sea tu compañero y que siempre tengas que bailar con él. Se aprovecha de eso para tocarte.
Suelta una delicada risa y me besa unos segundos, trato de profundizar ese beso y ella no me lo permite.
—¿Estás celoso?
—Si— no me molesta confirmarlo. —, el siente cosas por ti y yo te quiero solo para mi, tú eres la única cosa en mi vida que no es compartible.
—Es lindo escuchar eso amor, pero es solo un baile nada más.
Niego y ella ríe más fuerte, bajo a su cuello y comienzo a dejar besos húmedos por todo el lugar. Suelta un pequeño gemido cuando mis manos llegan a su perfectas nalgas y las aprieto sin compasión.
—No es uno, son muchos y él me estrujó en la cara— sostengo sus glúteos y la alzó a mi altura.
Pasa saliva con pesadez por su garganta al ver las intenciones que tengo con ella, besos sus labios y sonrió cuando me corresponde de igual manera. Con agilidad meto mis manos dentro de la tela del vestido, Riley rompe el beso y presiona su frente contra la mía.
—Amor es mi vestuario y salgo en un momento— dice.
Tengo tiempo.
—Dame diez minutos y te hago llegar— dijo y beso, me besa pero lo hace por poco.
Hace que la baje al suelo y niega.
—Después ¿sí?— asiento.
—¿Sería mucho pedir que conserves el vestido para ello?— suelta una risa tras escuchar mi petición. —, no lo voy a romper, lo prometo.
Dejo otro apretón en sus nalgas, no la he soltado aún.
—!Amor, ya!— chilla. —, me vas a desarreglar.
Niego y repito sus palabras.
—Ahora no, después— dijo y ella oculta su rostro en mi pecho cuando el sonrojo se hace notar en sus mejilla.
Miro detrás de ella y arrugó mis cejas cuando veo el ramo gigante de rosas blancas. No necesito una confirmación ni un nombre para saber de quienes son.
Sí que es idiota.
El oso de rosas rojas reluce aún lado de esta y sonrió al ver que ya ha comido algunos chocolates de los que le envié para ella hoy.
—¿Te sigue mandando rosas?— mi voz sale amarga tras decirlo.
—Eso no me importa— pronuncia luego de un momento.
—A mi si— buscó su rostro y conectamos nuestros ojos. —, bótalas— pido casi en una súplica.
—Veré que hago con ellas— dice y no la presiono mucho.
…..
Este es su último número en la noche. Es la pieza que la vi hacer el día en la academia, la noto tensa e inquieta. Su mirada no ha dejado de conectarse con la mía en ningún momento, es como si ella buscara un apoyo en mi.
El primer salto salió a la perfección, el tonto de Louis la sostuvo, no la dejar caer. No tendremos problemas al menos por ello, capto mi advertencia después de todo.
—¿Así fue como la conociste?— la voz de Enzo es sumamente baja. Estoy en medio de ambos viendo a mi novia lucírsela en su presentación.
Es hermosa y danzando lo es mucho más.
—Si— respondo.
—¿Conoces a la de pelo rizado?— preguntó dé repente y me obligó a dejar de ver al Riley y centrarme en mi hermano menor. —, dijo, debes de conocerla no. ¿La novia de Alessandro también es bailarina?
Asiento a sus preguntas y vuelvo mi vista al frente. Ellas siguen danzando al compás de la música clásica que suena por todo el lugar. Hacen el último salto y lo hacen a la perfección, hacen algunos movimientos más y luego Riley termina sentada en una de sus piernas frente a público. Lo segundos pasan y ella trata de levantase, Louis presiona su cintura impidiéndole realizar el movimiento a su antojo.
Me levando de mi asiento y me detengo en la orilla del balcón, Alessandro está de igual manera en el balcón a mi lado. No aparta la mirada de mi novia en ningún momento, Louis se toma la libertad de posar sus manos en la mejilla de ella y dirigirla a escasos centímetros del su rostro.
Me inquieto al ver que ella no ha hecho el intento de alejarlo, mi corazón ha empezado a bombear sangre rápidamente.
—Si él la besa Alessandro, no me iré de esta academia hasta haberlo matado— le advierto a mi compañero de carreras que no se encuentra muy lejos a la distancia.
—Cuenta conmigo para ello—responde sin pensar.
Alivio es lo que siento cuando ella lo rechaza y se levanta de sus piernas, hace una inclinación frente al público y me muestra una sonrisa nerviosa al verme parado donde estoy. Le lanzo un beso en su dirección y me gano una bella sonrisa por parte de ella.
Riley.
Me muevo a través de mis compañeros para llegar lo antes posible a mi camerino y encerrarme en el. Louis lo está provocando y temo como va a reaccionar con mi compañero después de lo que intento hacer.
El chico de las carreras está celoso de él, es algo inútil, pero Louis le está dando la mayor razón para estarlo. Aún no se detiene.
Me encuentro a varios pasos de entrar al camerino y su voz detiene cualquier movimiento que esté por realizar.
—¿Porque él Riley?— pregunta de la nada. —. ¿Porque él y no yo?— siento la molestia en el tono de su voz.
Solo le pido a dios que a Colín no se le ocurra venir en este momento, yo debo de resolver esto con Louis y debe de ser sola.
—Le doy vuelta a todo esto y no logro entenderlo Riley, tú y yo somos lo que debemos de estar junto— me dice y niego de espalda aún.
—Louis…
—Desde el primer día que te vi llegar a la academia te hice saber que estaba interesado en ti y en conocerte. Me pediste tiempo y te lo di, te di todo el que necesitabas y al final te fuiste con el que solo apareció un día y ya eres su novia.
Giró mi cuerpo sobre mis pies, conectando mi ojos con sus cuencas azules. Sin dudar acorta sus pasos hasta estar frente a mí y al igual que el chico de las carreras debo de alzar mi rostro para verlo. Varias lágrimas ruedan por mi mejilla las cuales Louis se toma la molestia de borrarlas.
Sus palabra me duelen porque son bastantes ciertas, el nunca me gustó como algo más que un amigo y se lo hice saber en varias ocasiones, el nunca lo aceptó ese rechazo de mi parte, solamente decía que me daría tiempo que no había prisa en ello.
—Yo siempre te dejé en claro mi respuesta Louis— encuentro mi voz para hablar. —, y nunca quisiste aceptar mi respuesta.
—Porque estoy enamorado de ti Riley—pronuncia cerca de mi rostro, esta tan cerca que con un solo movimiento por parte de ambos nuestro labios se unen.
—Louis debes de alejarte— lo empujó con suavidad y no sedé. —, ahora estoy con él y no puedo estar de este modo contigo.
Maldición, estoy tratando de no alzar la voz con él o hacer algún movimiento que lo haga reaccionar como la otra vez. Lo menos que quiero ahora es que Colín lleguen y encuentre una escena con él, lo vi cuando termine mi número con Louis, vi el odio y la advertencia en su mirada.
Nunca lo he visto celoso, el chico de las carrera lo dijo, confesó que estaba celoso de Louis y no puedo permitir que vuelvan a pelear en este lugar.
—Quiero estar contigo Riley, siempre lo he querido— mira mis labios llegando a acariciarlos de forma incorrecta. —. ¿Es mucho pedir que te quedes a mi lado maya?
—No…
—¿Estás empeñado en querer que te rompa la cara Louis?— la voz y el agarre de colín son fuertes. —. !Aléjate de mi novia joder!
Colín lo empuja con fuerza y me pega más a él, Louis no se aleja mucho y le suplica con la mirada que lo haga.
—No me iré hasta hablar con ella— habla sin dejar de obsérvame. —, merezco que al menos hables conmigo, aunque sea una última vez Riley.
—Lo que mereces es que te rompa la cara a ver si reaccionas— Colín intenta tomarlo de su traje y me interpongo.
—Hablaré con él— musitó bajo y Colín niega desenfrenadamente. —. Si, debo de aclarar la cosas con el amor.
Ocultó mi rostro de él para que no vea el rastro de lágrimas en mi cara, acuna mis mejillas en sus manos y lo alza arruga su rostro, su mirada deja la mía y se posa en Louis.
—Si le hiciste algo— expresa con ira.
—!Colín!— lo detengo antes que llegue a él. —, no hagas esto por favor.
—No vas hablar con él— demanda con enojo, pero a su vez con delicadeza. el nunca me ha alzado la voz más de lo debido. —, no voy a dejar que pase lo de la última vez, este idiota no sabe cómo controlarse.
—Colín— pronunció su nombre con seriedad. —, sé que esto te molesta, pero debo de hacerlo es mi problema y tengo que ponerle un fin.
,
Vuelve a negar, siempre ha mencionado que soy una caprichosa, desde el día en que me conoció lo ha mencionado pero el caprichoso ahora está siendo él.
—No quiero que él vuelva hacerte daño— mueve su cabeza en señal de negación y sonrió.
—El no me hará daño amor bien— me empinó sobre mis putas y lo beso. —, tú me estás cuidando.
No dice nada solamente se dedica a mira con odio a Louis. Me volteo hasta mi compárelo de baile haciéndole seña con mi cabeza para que me siga al camerino a nuestro lado, él lo hace y no da muchos paso cuando el chico de las carrera vuelve amenazarlo.
—Mas te vale y no ir a tocarla o lastimarla— su advertencia es clara en su voz. —, porque te hare la vida miserable Louis.
Mi compañero se aleja de su agarre y entra detrás de mí a la habitación vacía. Me para frente a él de brazos cruzados y los miro con fijeza para que comience a decir lo que tenga que decir.
Capta mi petición sin haber pronunciado palabra.
—¿Porque el maya…?
—Porque a él es quien quiero Louis— le contestó antes de que siga con la estúpida pregunta. —, no están difícil de entender.
—Para mí sí.
Resopló al escucharlo, el no se dar por vencido.
—Pues mal por ti Louis, estoy con Colín porque es con él quien quiero estar.
Trata de acercarse y me alejo, las esferas azules que tiene por ojos me miran con dolor y por un momento me siento miserable por cómo lo estoy tratado, pero es lo mejor para ambos.
—¿Así que esa es tu decisión?— me pregunta. —, así terminará esto maya, yo sin ti y tú con él.
—Si— confirmo
Asiente y trata de mirar a cualquier parte de la habitación, meno a su frente que es donde me encuentro. Pasan varios minutos en silencio y al fin decide hablar.
—¿Si te sientes cómoda?— lo miro confundida por esa pregunta que no viene al caso. —, quiero decir, todo esto que ha pasado entre nosotros— me observa con cuidado. —, aún sigues eligiéndome a mí para que sea tu compañero de baile maya.
—¿Te incomoda?— musitó con reproche. — lo hago porque eres bueno en esto Louis y sé que a pesar de todo respetarás mi carrera y mi relación.
—No. No me incomoda, me gusta que aún seas mi compañera— dice y sonríe de lado. —, al menos en eso le podré molestar y decirle que estás conmigo.
—Louis— le advierto con una de mis cejas alzada.
—Descuida no lo haré maya— pasa por mi lado y llega a tomar el tomo de la puesta para abrirla, se detiene y queda varios segundos parado frente a esta. —, ¿puedo darte un beso de despedida maya?— lanza la pregunta al aire al girarse sobre sus pies. Quedo bastante sorprendida por su pregunta y en dos pasos vuelvo a tenerlo frente a mi. —. siempre quise hacerlo, pero decidí ser paciente.
Su mirada busca la mía y no lo hace con palabras pero sí con su ojos.
—Colín…
—Yo no le diré— encorva su cuerpo a mi altura y sonríe mientras se acerca a mi. —, me llevaré ese secreto a la tumba.
Asiento mirando sus ojos y su sonrisa crece a más no poder en sus labios, se acerca y no duda el pegar sus labios a los míos al ver que no me muevo ni lo aparto.
Me besa, al principio es suave y delicado, le correspondo. Su beso no se siente como los de Colín, con el chico de las carrera si llego a sentir lo que él me dice con ellos, con Louis no siento nada. Mis manos van a su hombros cuando las de él van a mi cintura y pegarme más a su cuerpo, lo alejo cuando intente profundizar más el beso, no pone resistencia en ello y solo me mira con tristeza cuando no pronuncio nada.
No puedo seguir besándolo si no siento nada por él.
—Gracias— mira mis labios al hablar y sin decir más sale de camerino dejándome sola.
Colín entra detrás de él y los hace con Ales, ambos me miran, el chico de las carreras es el primero en acercarse a mí y versionarse de que esté bien.
Le hago saber a ambos que me encuentro bien, salgo de la academia con Colín para dirigirnos a su departamento.
…….
—¿Sabes lo sexy que te ves manejando ese Ferrari?— el chico de la carreras abre mi puerta cuando estaciono el Ferrari negro al lado del suyo y los demás—,estas fue la mejor inversión que he hecho en años capricho, volvería pagar lo que fuera solo para deleitarme con lo linda que te ves subida en el.
Rio por lo que dice y con su ayuda salgo de auto, Colín quita el bolso deportivo de mi mano y lo toma en la suya. Subimos a su piso dejando atrás el garaje con los coches.
—Dejaré esto en la habitación y vuelvo enseguida.
Asiento cuando suelta mi mano y sube por las escaleras que conducen a su habitación. Me dirijo a la cocina para tomar un poco de agua, lo hago sin problemas y cuando estoy por dar el segundo sorbo me percato del ventanal frente mío, la puerta que creía era una ventana gigante está entre abierta. Escucho algo parecido aún animal y me extraño de ello, ¿Colín nunca ha mencionado que tenga una mascota?
Dejo el vaso sobre la encimera y muevo mis pies varios pasos para ver que hay detrás del ventanal. Es una terraza muy espacioso y hasta ahora me entero de esto, es bonito desde donde lo observo, los sonido se hacen más fuerte y lo único que se me ocurre es llamar a Colín que ha tardado en bajar.
—Colín— lo llamo y no contesta.
Mis ojos se expanden cuando lo veo entrar al departamento, se sienta sobre sus dos patas trasera y me observa curioso, reaccionó rápido cuando corre con agilidad hacia mí y lo único que logro hacer antes que me alcance es subir sobre la encimera.
—!Dios!— gritó. Casi atrapa una de mis piernas entre sus dientes. Empieza a ladrar con fuerza e intentando subir igual que yo sobre la encimera. —¡Colín!
Llamo a chico de las carreras, el perro de pelaje oscuro hace de todo para poder alcanzarme y los está casi logrando, es demasiado grande.
—!Capricho!— Colín llega apresurado donde mi y mira al perro acariciándole la cabeza, este sigue gruñendo mientras no aparta sus ojos oscuro de mi. —.¿Te hizo algo?
Colín escanea cada parte de mi y niego mirando con horror al perro que vuelve a ladrar con fuerza, me sobresalto ante el sonido.
—¿Porque…?
El animal suelta otro ladrido más fuerte.
—!Trueno no!— Colín lo toma impidiéndole que suba a la encimera. —. !muy mal amigo, es mi novia y no se le grita trueno!
Callo un grito dejando de respirar cuando el perro que ahora sé que llama Trueno sigue ladrando en mi dirección. Sigue intentado subir y Colín lo detiene.
—!Carajo Trueno!— le grita logrado callarlo por un momento, Trueno lo mira ladrándole bajo al chico de las carrera. —Ella— me señala haciendo que Trueno me mire otra vez y me gruña entre sus afilados colmillos. —. Es mi chica okey, nunca la has visto y lo entiendo es una extraña para ti, pero no se le gruñe y mucho menos se le ladra ¿Entiendes?
El perro se acerca a él buscando una caricia que él no duda en darle y lo calma, los minutos trascurre y Colín solo acaricia el pelaje de Trueno, no ha vuelta a ladran ni querer acercase a mí.
—¿Quieres bajar?— Colín alza su mirada a mí y se siente tan extraño el mirarlo desde esta altura, siempre soy yo la que tiene que alza el rostro para ello.
Niego y una sonrisa sale de sus labios.
—Lo siento amor, olvide hablarte sobre el— mira a Trueno a quien sigue acariciando y por un minuto me siento celosa de ello, no lo ha soltado. —, es el dóberman de Enzo y lo trajeron esta tarde de Mónaco, mi hermano me pidió quedarme un tiempo con él, Enzo no sabe hasta cuándo estará en Italia y no lo puede tener en su club que es donde se está quedando por ahora.
Asiento a lo que me dice. No pronuncio palabra por miedo a cómo vaya a reaccionar Trueno con mi voz, Colín lo digo, soy una extraña para él.
—¿Capricho, no vas hablar?— pregunta preocupado, miro al perro y luego a él. Parece que entiende lo que quiero decirle con la mirada. —,si no te sientes cómoda con el aquí puedo devolverlo con Enzo, okey. No quiero que te sientas asustada aquí.
—¿Enzo no se molestara?— investigo. —, dijiste que él no lo puede tener.
Se encoge de hombros.
—tú estás primero amor.
Sonrió antes sus palabras negando a su petición de sacarlo, bajo con un poco de su ayuda y me quedo detrás de él.
Colín toma mi mano y la pone sobre la cabeza de Trueno, cierro mis ojos y sobo el pelaje del perro. Es suave, Trueno busca mi mano con su boca olfateando todo de ella. Intento alejarme y Colín no me deja.
—Te está conociendo— dice sin apartar la mirada de trueno. —, no voy a dejar que te haga algo.