Capítulo 33.
Riley.
—Quiero que estés aquí capricho— lo repite por milésima vez. —, no es justo que estemos hablando por medio de una pantalla. Quiero besarte Riley y estar contigo.
Sonrío al verlo, sin lleva su traje de piloto, solo que la parte superior está sujeta a su caderas y la sudadera
Es su segundo día en Imola y ya terminó de corre las clasificaciones, como siempre mi chico sale en primera posición junto con Ale.
Han pasados dos días desde que se fue para competir y lo extraño demasiado.
—Solo quedan pocas horas amor para estar contigo— le respondo mientas continuó con mi desayuno.
Su sonrisa se expande en todo su rostro.
—¿Pequeña?
—Amor.
Detengo el tenedor antes de que llegue a mi boca.
—¿Puedes venir ahora y pasar la tarde conmigo?— propone y sonrió, aun sigue insistiendo en ello. —. Te llevaría a conocer un pequeño restaurante aquí en Imola, almorzarías conmigo y luego regresas para tu presentación. ¿Qué dices?
Propone la idea y la pienso un momento, suena tentadora esa propuesta de ir a estar con él, pero mi presentación es hoy y no me arriesgaría a que suceda algo de imprevisto.
—¿Sabes que mi Jet privado está a tu disposición capricho?— continúa en tratar de convencerme. —, elige un destino y ellos te llevarán.
—¿Un destino?— dijo pensativa.
—sí.
—¿Cualquiera?
—El que desees— la sonrisa que me muestra a través de la pantalla crece más en su rostro.
Sigo pensativa y miro su rostro a través de la pantalla.
—Es una decisión muy difícil amor, he estado en muchas partes del mundo y aunque quisiera visitarlas nuevamente…
Me interrumpe de inmediato.
—Elige un destino Riley, pero uno en donde yo esté— uno de sus dedos toca la pantalla y oculto mi sonrisa al ver que muere por tocarme. —. Te llevaré a cualquier parte que quieras, pero ahora piensa en Imola, a mi lado.
….
Me dirijo a mi camerino junto a Camil y mi sonrisa crece al verlo ahí de pies junto a mi puerta.
Me detengo un momento y lo observo con una sonrisa, está distraído mientras espera pacientemente.
—¿Si no me equivoco riri?— expresa Camil a mi lado y mira con curiosidad a Colin que aún no se ha percatado de nuestra presencia. —. El, no debería de estar en Imola junto ahora, son semanas de carreras.
—Si— respondo bajo y continuó mirando a mi novio frente mío.
Muerdo mi labio inferior y escucho la suave pero baja risa a mi lado. La miro un segundo y la veo negar.
—¿Sabe lo mucho que luche para que te fijarás en Louis?— me dice y sigue negando. —. ¿Qué pasó Riley?
Suspiró y miró al chico de las carrera que ya estaba mirándonos a ambas, le sonrió, el me devuelve la sonrisa sin dudar.
—No lo sé Mimí, solo sé que con él es diferente.
Camil no dice nada más al respecto y solo la veo saludar al chico de las carreras a los lejos cuando me acerco a él.
—Hola— me empino dejando un beso en sus labios, su manos se cierran con un poco de fuerza en mi cintura.
Mis zapatillas de ballet me ayudan en la tarea de alcanzar su altura de casi dos metros.
—Mi bailarina favorita— sonrió recibiendo otro beso de su parte. — son para ti pequeña. Estuviste preciosa— recibo un corto beso. —. Siempre estas hermosa.
Recibo el ramo de rosas que me extiende, deja otro beso en mi mejilla entrelazando nuestras manos. Entro con él detrás de mío a mi camerino, dejo su obsequio sobre la amplia repisa con espejo frente nuestro.
Me giró sobre mis pies y no pasa mucho para que Colin ataque mi boca a su antojo.
Su boca explora la mía a su gusto y lo dejo haciendo todo lo posible para seguirle el ritmo, me alza a su altura, no rompemos el beso y en su lugar enredo mis piernas en su cadera.
Pega su frente a la mía con los ojos cerrados aún, su respiración está acelerada, como si acabara de correr un gran maratón.
—Dos días Riley, cuarenta y ocho horas, ciento setenta y dos mil ochocientos segundo que no tuve tus labios para mí. ¿Puedes creer eso capricho?
Rio con suavidad.
—No fue mucho.
—Una jodida eternidad.
Vuelve a besarme y esta vez lo hace con más calma, le correspondo por al igual que el también extrañé el tenerlo para mí.
Colin devuelve mis piernas al suelo rompiendo el beso, no dijo nada cuando sus manos acunan mis mejillas y me mira a los ojos. Estoy por pronunciar algo y no llego hacerlo por qué él me gira sobre mis pies posicionándose detrás mío.
Lo miro a través del espejo frente a mí y lo veo entregado a la tarea de deshacer el amarre del la parte trasera del vertido que llevo. Es parte del traje, logra hacerlo con rapidez conectado su mirada un momento con la mía, me guiña uno de sus ojos a través del espejo, la parte superior de mi traje se libera dejándome semidesnuda ante el chico de las carreras.
—¿Puedo deshacer tu moño?— pregunta y asiento. Lo veo hacerlo con calma a través del espejo. —, me gusta hacerlo con tu cabello suelto Riley.
—Te gusta mi cabello suelto amor.
—Come non hai un'idea, un capriccio.
Como no tienes una idea, capricho.
Termina de hacerlo y sonrió con satisfacción cuando lo desata, sus dedo dan suaves masajes en la raíz de este y escucho como ríe detrás mío.
—Se siente rico Colin— le hago saber
—Lo sé.
Sin dejar de acariciar mi cabello empieza a dejar besos por toda mi espada desnuda, su respiración acaricia mi piel de gallina bajo su toque. Jala un poco el inicio de mi cabello para pegarme más a su cuerpo, sonrió recostando mi cabeza de su pecho e inclinándola hacia un lado para recibir más besos de su parte.
Sus dientes se clavan de espacio en mi hombro haciéndome soltar un bajo gemido de placer.
—Debemos de volver a Imola— dice.
Su mano libre baja por mi abdomen hasta dar con el elástico de las medias panties que llevo puestas. Las caricias que hace con su nariz en mi oreja me tienen sin sentido, separo más mis piernas sin que él me lo pida cuando adentra su en ella para darle más acceso a donde lo necesito.