Amor a alta velocidad (run1)

Capitulo 34 (parte dos)

Capitulo 34 (parte dos).

Me muevo con Louis a través de todo el escenario, lo hacemos al tiempo y al compás de la música. Es la tercera piensa en la noche que hacemos al unísono.

La melodía clásica de beethoven resuena con fuerza por todo el lugar, haciendo que Louis y yo coordinemos nuestros pasos con la delicadeza y destreza necesaria para dominar este número de ballet. Nos encontramos en la casa real de los reyes de Mónaco y como eres de esperarse también contamos con su presencia.

El rey, la reina y su dos hijos, mantienen la atención en mi y Louis al baile. En la última pieza de la noche, volveré a Italia con el chico de las carreras luego de que termine mi presentación, mis padres vuelan esta noche a Italia y todo es con el fin de conocer a Colin. Le he hablado de él a ambos y mi padre está ansioso por conocerlo.

La idea inicial que tenía con Colin era pasar todo un día con ellos y que pudieran conocerse mejor, pero mi padre dijo que primero desayunara y almorzara yo con ellos y luego Colin se uniría a nosotros en la cena.

Le informé el cambio a Colin y lo acepto sin molestia, dijo que igual él tenía un almuerzo con unos viejos amigos de su padre que morían por conocerlo en especial a él.

La melodía llega a su fin y con ella la pieza que danzamos mi compañero y yo. Esta fue la única que hice con él. Finalizamos con una reverencia a los reyes y desaparecemos del escenario.

Lo busco con mis ojos por todo el salón de bailen y no sé a dónde se pudo haber metido, el nunca me quito el ojo mientras bailaba.

—¿Volverás a Italia esta misma noche?— la pregunta de Louis me hace desistir de buscarlo.

—si, veré a mis padre pronto.

La sonrisa de Louis crece en su rostro cuando mencionó el hecho de que veré a mis padres, él ya los conoce a ambos.

—Entiendo— trata de tocar mi mejilla y me alejo dos pasos antes de que pueda hacerlo. —. ¿Podrías saludar a tu madre de mi parte?

Asiento sin decir palabras, no quiero entablar una conversación profunda con él, el chico de las carreras me hizo saber los celoso que estaba al saber que él iba a acompañarme esta noche.

 

Sus celos nunca cambian con mi compañero, Colín cree que no lo sé, pero escuche todas las amenazas que le dio a Louis antes de salía a bailar conmigo.

Louis está por decir algo más y calla rápidamente tomando una poción más profesional de un bailarín, lo miro extraña por su gesto y no pasa mucho para escuchar a nuestra instructora detrás de mí.

—Su alteza, esta es nuestra bailarina estrella— escucho a Isabelle haciendo que me gire y me encuentre de frente al príncipe de Mónaco. —Riley maya Smith.

 

—Gracias isabelle.

Hago la reverencia que lleve días practicando y de la cual Colín no dejo de burlarse mientras el mismo me enseñaba.

—No es necesario— el príncipe toca mi mentó impidiendo que siga bajando delante de él. —, no tiene que hacer una reverencia.

Busco alguna respuesta en el rostro de Isabelle por sus palabras ya que ella fue la que nos recalcó el gesto hacia la monarquía.

 

—Mi hombre de confianza no se equivoco— habla tomando la atención de todos. —, eres hermosa. Tan hermosa para ser una futura reina.

Vuelvo a mi posición alejándome del toca gentil del príncipe.

—Lo siento— encuentro las palabras para hablar.

Sonríe ampliamente y solo concentrándose en mí. No deja de sonreí mientras me mira, solo lo hace conmigo y llego a removerme incomoda en mi posición.

—Descuida— musita despreocupado. —, no veo bien visto que una futura reina le haga reverencia a su rey.

Pestañeo varias veces al escucharlo, Isabelle  a su lado lo mira como si acabara de decir la mayor locura que se le pueda haber ocurrido y Louis respira pesadamente a mi lado manteniendo aún la posición de bailarín profesional.

—Perdona esa imprudencia mía maya, debo de presentarme antes de precipitarme— suelta una baja risa y le extiende su mano, la tomó desconfiada y solo para no ser descortés con él. —, soy el príncipe Charles Williams I, heredero al trono monegasco, un placer haberte visto danzar para mi esta noche mi cumpleaños no pudo ser mejor. Gracias, me honraste mucho con tu belleza.

Así que es la fiesta de su cumpleaños, ese detalle no lo sabía.

—El placer fue mío su alteza— por instinto vuelvo a doblar mi cuerpo para reverenciarme antes el.

En dos zancadas corta la distancia entre nosotros volviendo a posar su mano debajo de mi mentón.

—Dije que no maya— habla claro llevándose la mirada a nuestro alrededor. —. no deseo que te reverencies frente a tu futuro rey.

Su mirada verde nunca deja la mía.

—Usted es el príncipe y me dijeron que debo de mostrar respecto…

—Si— dice interrumpiéndome. —, todos deben de hacer una reverencia ante mí, es su deber ante su rey, pero tú no.

—¿Por qué?

 

Su sonrisa crece al ver mi cara de confusión.

—Nunca dejaría que la futura reina consorte de Mónaco me hiciera una reverencia.

Se me dificulta la respiración cuando vuelve a soltar esa palabras, el acaba de llamarme una reina consorte. ¿Qué demonios significa eso?

—Descuida charles, es una reina, no te quito mérito en ello. ¿Pero sabes qué?— Colín aparece al lado del príncipe charles tomando mi cintura para pegarme lo más posible a él. —. Es la reina de mi mundo y no la comparto, a ella sí que no.

El príncipe mira un momento a Colin a mi lado y posa su ojos en el agarre de colon en mi cintura, sonríe mirándome y luego al chico de las carreras.

—Colin Prescott— dice su nombre con algo de desagrado que a nadie le pasa desapercibido. —, pensé que no te volvería ver por estos rumbos, al menos que no fuera para el premio monegasco en carrera.

Colin suelta mi cintura para entrelazar nuestras manos delante de todos. Deja un beso en ella antes de responderle al príncipe.

—Ya ves su alteza, el mundo gira de formas extrañas— Colin habla con el sarcasmo plasmado en su voz.

—Eso veo— musita charles y su mirada recta en mi. —. ¿Me concedes esta pieza maya?

La pregunta del príncipe toma a todos por sorpresa haciendo que el cuerpo del chico a mi lado reaccione con evidentes celos.

—Es mi novia, Charles por si no te has enterado— la voz de Colin me hace detener antes de empezar y darle mi opinión al principio.

—¿Y no puede darme un baile por ser tu novia Colin?— la mirada verde del príncipe cae un momento en Colin que no sonríe ni muestra ninguna expresión.

Ambos se miran con el desafío en su rostro y nadie se atreve a interferir en ello. La mano de Colón se cierra con fuerza en mi mano, no la suficiente para lastimarme con ello, pero si para hacerme saber que la petición del heredero no le gusta, en lo absoluto.

—Sabes que no me gusta que otras personas se interesen por lo que es mío charles, si tanto quieres bailar tu pieza baila con cualquier chica de este lugar, ellas estarían encantada. Todas mueren por hacerlo, pero no quieras a la mía.

—¿Sigues viviendo en Mónaco?— la pregunta del príncipe capta mi atención.

Porque le molesta que Colin viva en Mónaco.

—Si— confirma Colón. —sabes que estoy enamorado del país que algún día reinarás.

—¿Y de tu novia?

—Perdido y locamente enamorado de mi pequeña bailarina.

El príncipe no muestra ni una muesca tras escucharlo. Sus manos que están colocadas detrás de su espalda llegan al frente para extenderme una.

No muevo las mía para nada haciendo que la sonrisa del príncipe se extienda por todo su labio.

Colin sonríe al ver que no hago el intento de nada con charles.

—Es solo un baile, ¿Me complacerías en ello maya?— pide.

Estoy casi por aceptar cuando Colin vuelve a hablar en mi lugar.

—Dije que no chales, no lo entiendes.

—Estas en mi reino Prescott, tu novia está bailando para mi fiesta de cumpleaños en mi casa real y es una orden.

—Maya debes de aceptar— habla Isabelle. —. Entiendo que sea tu novia y todo piloto, pero ella está bajo mis órdenes ahora, mucho le he permitido a ti y a tu compañero con mi hija y mi mejor bailarina, pero nunca dejaré que dejen la reputación de mi académica por el suelo. Tú no sabes lo que me costó estar aquí.

Isabelle interrumpe a Colin cuando intenta oponerse a la orden del príncipe. Su mirada azul recae en mí haciéndome recordar a su hija la bruja.

Miro a Colin un segundo.

—Bien Isabelle— capto bailar con el príncipe ganándome una mirada de negación por parte del chico de las carreras. —, pero antes necesitaré un minuto.

No espero una respuesta ni del príncipe ni de mi instructora, tomo la mano de Colón y lo llevo conmigo hasta unas de las columnas que hay en la sala de baile. El no pone fuerza en ello y me sigue en silencio.

—Solo…

Me besa sin dejarme pronunciar una palabra al respecto.

—¿Porque siempre quieren bailar contigo capricho?, Mucho tengo con Louis para que también se sume un príncipe a mi lista.

Dice tras dejar mis labios acariciando mis mejillas.

—Te prometo que solo será este— niega como niño chiquito. —. Colin.

—a veces adió que seas tan hermosa capricho— dice dejando un corto beso en mi frente. —, todos ponen sus ojos en ti.

………

Los ojos de mi padre no han dejado de mirarme desde el momento en que le dije sin pensar que estaba conviene un corto periodo con el chico de las carreras, no necesito palabras para saber lo mal que se está tomando esa información.

El pequeño interrogatorio comenzó cuando me preguntó porque ya no tomaba las llamadas en mi departamento, me olvide por completo de ese detalle y nunca le dije que por el momento no estaba en mi departamento, sino en el de Colin.

Bebo del jugo de naranja que rebosa en el vaso a mi frente. Nunca rompemos el contacto de miradas, hace más de ocho meses que no lo veía a través de una pantalla y de de reconocer que en persona es mucho más guapo y no porque sea mi padre, Ruth Smith supo a quien tomar como esposo.

Y me alegra tanto que haya sido mi padre, en otra vida lo elegiría e a él.

—Riley maya Smith— me llama por mi nombre completo y hago de todo para reprimir la sonrisa que crece en mis labios. —. Soy tu padre y soy consciente de que eres una adulta que puede tomar sus propias decisiones a dura pena lo entiendo amor, pero me quieres explicar el hecho de que vives con un hombre al cual no conocemos en lo absoluto. Quieres explicarme eso amor.

Quiero reír por la manera en que trata de controlar su tono de voz al hablar conmigo.

—Sé que estuvo mal papá, pero yo…

Se exaspera con rapidez.

—¡Mal Riley!, ¿Enserio crees que se ve mal?— niega con reproche. —. Te fuiste a vivir con un hombre desconocido para tus padres, dime qué hubiera pasado si él te hubiese hecho algo y nosotros no nos hubiéramos enterado.

Mi madre toca su hombro intentando calmarlo, lo logra por cortos segundos, pero mi padre vuelve a mirarme y vuelve a alterarse.

Pobre Colín, no sabe lo que le espera.

—Cariño creo que primero deberías de escucharla— mamá intervine tratando de sálvame el pellejo. —. No ganas nada tomando esa actitud con nuestra hija.

Mi padre bufa ante la petición de su esposa.

—¿Como crees que me voy a calmar?— papá me mira, y aunque no lo hace de una manera juzgadora, me siento como si fuera criminal. —. Mi hija viviendo bajo el mismo techo con un dispuesto novio al cual no conozco.

—Colin es un buen tipo papá, él nunca…

Trato de defender el nombre del piloto en su ausencia, pero es en vano, mi padre me interrumpe, no me molesta que lo haga por qué entiendo sus celos, porque eso es lo que son. Celos. Celos al saber que no es el único hombre al que querré de ahora en adelante. La pregunta que suelta a continuación me deja en blanco unos segundos.

—¿Te toco?— su mirada es dura. —. Si se atrevió a tocarte Riley, lo mato— expando mis ojos al escucharlo. Él no habla enserio. —, no le importan las consecuencias, tengo muchos amigos abogados que me entenderían.

Dirijo mis ojos a los de mi madre para buscar un apoyo y no lo encuentro, solo encuentro la diversión plasmada en su rostro.

—Papá eso es algo personal y es mío.

Ríe secamente.

—Creo que no estás entendiendo a tu padre amor— aleja con suavidad y por un momento creo que irá a calmarse. —, no está en posición de pedir privacidad Riley, te lo estoy exigiendo como tu padre. ¿Te toco?

Vuelve a formular la pregunta.

La maldición que suelta cuando asiento con mi cabeza se roba la mirada de todos en el restaurante en el cual desayunamos.

—¡Roberto!— mamá le reprocha con fuerza por su actitud.

—Ahora sí que lo mató Ruth— dice y mi cara no se salta un bombeo tras ello. —, el maldito infiel promiscuo toca a mi hija, a mi bebé.

—¡Papá porque lo llamas de esa manera!. El no es así.

Mi padre me sostiene la mirada por largos segundos mientras calma un poco su actitud.

—¿Ah no?

—No.

—Lo investigue hija— informa. —, investigue al piloto y pude ver el cómo él se divierte con un diferente.

Pestañeó varias veces cuando él suelta esas palabras sin cuidado alguno. Se de lo que habla por que al igual que mi padre investigue al chico de las carreras, vi todos esos artículos en páginas amarillistas y lo juzgue igual, en el corto tiempo que llevamos colín y yo me ha demostrado que esa no es su manera de vivir, al menos no conmigo.

—Papá…

—¿Acaso falle en mi crianza contigo hija?— la palabras de mi padre salen con dolor haciéndome sentir peor.

—No claro que no— respondo.

Suspira u toma la mano de mi madre.

—No sabes cómo me dolió cuando decidiste quedarte en Italia.

—Lo sé papá— dijo con comprensión. —para mí también fue duro y sabe que haría cualquier cosa por ustedes, pero quiero que lo conozcan primero y luego…

Habla con detenimiento haciéndome callar.

—Rompe esa relación— pide y mi madre y yo lo miraremos con si estuviera loco. —, deja al piloto y vuelve con nosotros.

—¡Roberto no puedes pedirle eso!— la voz de mi madre sale con una advertencia clara en su tono.

—Claro que puedo— aseveró mi padre. —. Soy su padre y es mi deber protegerla.

—Pero ni siquiera lo conoces aún pa, dijiste que lo harías en la cena— miró a mi madre a su lado en busca de apoyo. —. Colin también quiere conocerte y hablar con ambos.

No tarda en responder.

—Puede que lo conozca ahora mismo amor, pero no lo quiero cerca de ti— dice con seguridad. —hace más de veinte años pensé que me habría librado de ese jodido apellido.




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