Amor a alta velocidad (run1)

Capitulo 35

Por si no llegaron a recibir la notificación de la anterior actualización, 34 parte dos está disponible.


Capítulo 35.


Colin.

Pensé que este almuerzo iba a transcurrir con normalidad, pero es todo lo contrario.

El matrimonio frente mío nunca lo he visto en mi vida, y eso que mi vida transcurre en conocer persona todo el tiempo. Mi padre y ellos dos se conocen hace tiempo, aún no he intervenido en la conversación que transcurre entre ellos, pero el señor que por lo que recuerdo su nombre es Roberto Smith no está muy feliz con mi presencia y ni siquiera sé porque.

Tan poco me importa caerle bien, no lo conozco de nada y el caerle bien o no es algo que me quite el sueño, me interesa saber que pude haberle hecho para que esa sea su actitud conmigo.

Desde que llegue a este dicho almuerzo no ha dejado de sacarme información como si estuviera en un interrogatorio yo fuera el peor criminal y el el juez que me dará sentencia.

Me he controlado de mandarlo a la mierda solo por la mirada que me da mi padre, si no fuera por él ya sabría en donde estuviera este señor.

Está acompañado de su esposa y ella no ha sido tan desgraciada como él, a diferencia ella me ha tratado con cariño y hasta dijo que llegó a conocer y compartir con mi madre en su juventud. Dijo que fueron buenas amigas.

—¿Sabes Colin?— dice mi nombre con el mayor desagrado posible, es como si le hubiera robado un tesoro. —. Tengo una hija hermosa y quisiera casarla con alguien de confianza. No a cualquiera le entrego su cuidado.

Me obligó a formar una sonrisa en mi rostro al escucharlo.

Está loco si cree que me interesa conocer a su hija, debe de ser una loca igual que él y además nunca le haría eso a mi pequeña bailarina.

Jamás.

—Es bueno saber eso Roberto, pero no me interesa.

—Es hermosa— vuelve a decir.

—Y no lo dudo, con todo respecto su esposa es hermosa y su hija debe serlo más.

—¿Entonces?

Achica sus ojos hacia mí al preguntar y con su actitud tan borde me hace recordar a mi pequeña bailarina el día que la conocí.

—Tengo novia y no es por ser mal educado ni nada Roberto, pero a ella es la única que veo siendo mi esposa en su debido tiempo.

Su cara deja su color de piel para ser sustituido por blanco papel cuando me escucha. Mi padre ahoga una risa y su esposa ríe con delicadeza.

No sé si estoy mal o qué diablos, pero ambos me hacer recordar a Riley. Joder ya quiero ver a mi novia.

Roberto no cambia su semblante ante mis palabras y las risas a su alrededor, su esposa le pide con delicadeza en un susurro que se calme, él la mira un momento y asiente hechizado bajo sus ojos, solo por un me veo a Riley a mi visualizado en la escena.

—Lo siento Roberto, pero nadie puede sacarle a la chica de la cabeza, solo la vi un día y desde ese momento ella se convirtió en el centro de su mundo. No es porque sea la novia de mi hijo, pero es un amor, su madre hizo un gran trabajo al criarla.

Mi padre mira con cariño a la esposa de su amigo que le sonríe como si él alago  hubiera sido especialmente para ella. Nunca había visto a mi padre mirar a una mujer de esa manera, solo a mi madre.

—Quizás y su padre también influyó en su crianza de igual manera Emilio— comenta Roberto haciendo que mi padre quite la mirada de su mujer. —, nunca tuviste la dicha de ser padre de una niña sino me equivoca, no entiendes el sentimiento.

Mi padre baja la mirada un segundo y sonríe con dolor, se que él lo recuerda. Mi madre casi cumple su deseo.

—Tal vez y ese sea el problema— musita mi padre al volver a mirarlo. —. Mi esposa no llegó a darme ese placer, pero me dio dos hijos Roberto, los cuales he criado y puedo asegura son todos unos caballeros.

—¿sí?

—No lo dudes, ello fueron testigo del trato que le di a su madre y confío en que ellos serán iguales con sus futuras esposa e hijas— mi padre toca mi hombro. —. No fui el padre de una niña, pero Colin y Enzo me darán nietas hermosas. En un futuro es lo que espero de ellos.

Roberto sonríe con malicia. Ya lo dije el hombre tiene los tornillos zafados.

—Lo asegura con mucha fe amigo.

—Pues claro. Enzo no me ha presentado una novia aún, pero sé que tan exigente puede llegar hacer mi hijo menor con sus gustos en las mujeres y puedo asegurar que él elegirá a la mejor, en su tiempo lo hará y Colin— hace una pausa y le sonríe a su amigo. —. Colin tiene a Riley y ella es una mujer hermosa, en un futuro su hija mi nieta lo será igual, Colin se encargará de ello.

Roberto fulmina con la mirada a mi padre que no si limita en ello.

—¿Quieres mucho a tu novia Colin?— Ruth la esposa de Roberto dirige su pregunta a mí.

—Más de lo que ella misma se puede imaginar— respondo con una sonrisa. —, hoy conoceré a sus padre.

La sonrisa de Ruth crece con alegría y su esposo hace una mueca de fastidio, como si le molestara lo que acabo de confesar.

—¿Te emociona el conocerlos?

—Bastante— suspira al ser una pausa. Con ella me sale natura y agradable conversar. —, por primera vez quiero hacer las cosas bien con ella.

Roberto interviene en la conversación sin ser invitado.

—¿Porque con ella?— pregunta interesado. —. Has tenido a muchas y no pasas desapercibido para los reporteros, ello ya te han capturado en varias ocasiones con diferente chicas. ¿Qué hace que esta sea tan especial como dice?

Maldición, es que la pequeña bailarina es especial y eso no lo puedo explicar.

—Usted no lo entendería— dijo ganándome una mirada de odio por su parte.

—Créeme muchacho que lo entendería a la perfección. Te dije que tengo una hija y ella es mi vida entera, solo la tengo a ella— sonríe al decirlo. —. Aun recuerdo la primera vez que la tuve en mis brazos, muy pequeña y frágil— su mirada se va por un momento como si volviera a revivir ese momento y luego me mira con odio. Pero yo que diablo le hice a este hombre. —. Ese mismo día me jure que ningún idiota pondría sus manos en ella.

—¿Entonces porque no deja que ella decida con quien compartí su vida?— espeto curioso. —. Dejó en claro que quiere que conozca a su hija, aún no la he visto pero sé que ella no le interesaría, me interesa mi novia.

—Lo menos que me interesa es que conozcas a mi hija.

No me molesto en ocultar la sonrisa que se expande por mi rostro al ver su contradicción.

—Usted mismo se contradice Roberto— aclaró. —, primero me dice que quiere casar a su hija y quiere que yo la conozca y luego dice no estar interesado en que yo la conozca.

Bufa antes de hablar.

—Es que no lo estoy.

—Descuide señor el sentimiento es mutuo— dijo sin dejarme intimidar por su actitud autoritaria que usa conmigo.

Ni siquiera conozco a la hija de este señor y ya puedo jurar que me cae mal y no es nada contra ella, pero pobre del alma que decida casarse con la chica, tendrá que soportar al loco de su padre por toda una vida.

Espero y el padre de mi pequeña caprichosa no sea tan fastidioso como este señor frente a mí. Eso llega a pasar y juro que secuestro a Riley y me la llevo lejos de él.

Suplico en silencio y este no sea mi caso.

—Mi hija es una reina para estar con alguien como tú— dice al final.

—Si le interesa Roberto conozco a un príncipe que busca reina para casarse— expresó con tranquilidad, espero y este señor no sufra de alguna enfermedad fulminante, se enoja con facilidad. —, él se interesó en mi pequeña bailarina y no lo deje que llegara lejos con ella. Puedo pasarle su contacto.

—¿Tu pequeña bailarina?— pregunta girando su rostro a su esposa en busca de una respuesta.

Roberto dice algo pero no le prestó atención ahora, mis ojos están puestos en ella ahora. Veo a Riley entrar al restaurante cada paso que da lo hace con firmeza sin voltearse a observar nada a su alrededor. Maldigo en italiano cuando veo la manera en que va vestida robándose todas las miradas masculinas que hay en lugar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.