Capítulo 38.
Riley.
Llevo la taza con el café husmeaste a mis labios, la carrera ya comenzó y no estoy pendiente de ella. Mónica y Emilio nos pidieron a Olivia y a mi si podíamos mantenernos en este lado del paddock, hay mucho movimiento en Pist debido a la carrera.
Acepte su pedido sin saber que me encontraría con la zanahoria en este lugar.
No me sorprende tenerla aquí frente mío, Mónica lo dijo hace rato que ella se encontraba aquí. La sonrisa no se borra de su rostro y eso me molesta, tomo asiente frente a nosotras sin ser invitada y parece que no tiene intención de irse de aquí hasta no haber jodido lo suficiente.
Olivia está a mi lado, Alessandro me pidió que la acompañara y que no estuviera en discordia con ella. Está enferma, es lo único que dijo antes de subir a correr, hace más de un mes que no la veía por la academia ni en las presentaciones. No sabía que estaba enferma porque su madre no comento nada al respecto.
Aun no le he preguntado que puede tener que afecte su salud, si tomara diez minutos de su tiempo en crear una pócima curativa ya había sanado. Es una bruja después de todo. Esa sugerencia nunca saldrá de mi boca y mucho menos ahora que es la novia oficia de Alessandro.
Pero sea lo que sea que tenga la ha consumido por completo, no hay que ser un genio para verla y no saber que no se está llevando muy bien con su cuerpo que digamos, está mucho más delgada que ante y no es que nunca la haya visto con un sobre peso o llegando a pesar más de lo normal en una bailarina. Olivia posé un cuerpo hermoso, si algún día decide entrar en el mundo del modelaje su cuerpo no sería un obstáculo para ella, pero ahora no está en las mejores condiciones. Su piel esta mas pálida de lo normal y el cambio que hizo en su corte de cabello es lo único que le puede llegar a favorecer un poco más en toda ella.
Debo admitirlo, su cabello es hermoso y la manera en que lo corto me hace tener un poco de envidia y mas su rubio. No es que me queje del mío igual, al chico de las carrera lo trae loco, me lo deja en claro cada vez que estamos junto y a mí me encanta.
—Que ternura me dan— la modelo expresa la hipócritas palabras al obsérvanos a ambas. —. Las bailarinas que apoyan a sus novios pilotos.
Olivia no contesta nada a lo que ella dice y solo se limita a llevar el vaso metálico a sus labios. No sé que sea su contenido pero no deja de beberlo cada cinco segundos, yo por mi parte me mantengo en silencio e ignorando lo que la modelo dice.
—¿Saben?— pregunta. —. Un tiempo atrás yo también llegué a lucir el número de ambos.
Aprieto mi mandíbula al escucharla y me obligó a respirar para no mandarla al diablo y armar un escándalo, es la carrera de Colin y no lo haría pasar por un espectáculo.
—A nadie le importa lo que llegaste a lucir— hablo por primera vez.
Su malvada sonrisa crece sin dejar de mirarme, no me intimido por ello.
—Mientras más analizo todo esto, menos comprendo— espeta acomodando su delgado cuerpo en la silla.
—¿Y qué quieres comprender?— la voz baja de Olivia llena el silencio entre las tres. —. Colin con maya yo con Ales y tu…— arrastra las palabras y sonríe. —. Tú con nadie.
Puede que está enferma y todo, pero Olivia sigue siendo cruel y la zanahoria se va a enterar de ello.
Jessica suelta una baja risa al escucharla.
—No lo comprendes porque no lo superas— digo con una sonrisa falsa. —, así que no te esfuerces mucho, puedes que fundas unas de tus neuronas y quedes más estúpida de lo que ya estás.
Borra la diversión de su rostro situándolo por odio.
—Muy chistosa maldita mimada— escupe molesta. —. No tengo que superar nada…
La interrumpo.
—Entonces no tienes que comprender nada— aclaró con tranquilidad. —, ves es sencillo.
Su cabello rojo se mueve con la delicada brisa que sopla en el aire.
—no perderé mi tiempo con una niña mimada como tú.
—¿Y qué hace aquí entonces?— preguntó interesada en su respuesta. —. Viniste sola aquí, nadie te invito.
—¿Acaso el paddock es tuyo?— invade mi pregunta con otra. —. Puedo estar donde se me pegue la gana.
Estoy por contestar cuando el ladrido de Trueno me detiene. Llega en un segundo hasta mí subiendo sus patas delanteras en mis piernas para alcanzar mi altura. Dejo un beso en su cabeza acariciando su pelaje bien perfumado.
—Hola grandote— toco su nariz con las yemas de mi dedo.
Gruñe bajo moviendo su cola con desenfreno para tener más de mi atención.
Tenía dos días que no lo veía ya que Enzo se lo llevo para su control de veterinario y también para conocer a una dóberman femenina con la cual Enzo planea procrear cachorros para su hijo perruno. Colin me hablo de ello mientras volvíamos de Roma y dijo que quedaría encantada con Luna cuando la conozca. Enzo planea adoptarla para él y trueno.
—¿Donde está Enzo?— pregunto y el dóberman me ladra. —, no debe dejarte andar solo por aquí.
Hablo con Trueno llevándome la mirada de todo a mí alrededor. Trueno llega hasta donde Olivia y la olfatea haciendo sonreír cuando se acerca más a ella. Suelta un ladrido y se aleja.
Llega hasta donde la modelo gruñendo como lo hizo la primera vez conmigo. Reprimo una sonrisa cuando la noto perder el color de piel al tener más cerca a trueno.
Trueno le ladra haciendo brincar en su asiento.
—¡Aléjate de mi maldito animal!— dice crispada por la actitud de trueno con ella. Trueno se acerca más a ella en forma de ataque. Le ladra haciendo que pierda la tranquilidad. —. Que te alejes de mí, me pegarás tus pulgas sucio animal.