Amor a alta velocidad (run1)

Capitulo 46

Capítulo 46.

Riley.

Coloco un poco más de rubor en mis pómulos para terminar. Este es el último día que estoy en Mónaco hoy por fin vuelvo a Italia junto a colín. Dejo la brocha sobre la superficie frente a mí mirando mi reflejo en el espejo, la cadena de oro blanco adorna mi pecho combinando con mi color de piel.

El chico de las carreras me contó su historia ayer cuando se lo pedí y para mí fue una sorpresa el haber encontrado la cadena colgada de mi cuello. No le había percatado hasta que dijo que lucía mucho mejor en mi.

Mis cejas se juntan frunciéndose con sorpresa al ver a Camil detrás de mí, giro mi cuerpo en su dirección y no pasa mucho para que las dos estemos compartiendo un largo abrazo.

—¿Que haces en Mónaco?— me salto el saludarla ya que el que ella esté aquí me sorprende bastante. —. Alessandro te trago ¿Cierto?

Niega con una sonrisa un poco ruborizada. Se ve hermosa de la manera en que va vestida con un vestido muy veraniego típico de ella y sandalias abiertas.

—¿Estas bien?— pregunta mirándome de arriba abajo. Se detiene un segundo en la cadena de Colín en mi cuello. —. Enzo dijo que tuviste problemas ayer en el circuito. El me propuso volar hasta aquí ayer en la tarde.

—Si— respondo y vuelvo a abrazarla. Con ella aquí distraeré un poco mi mente de todo lo que ha pasado. —. ¿Así que Enzo te trajo?

Él sonrojó crece más en sus mejillas y una sonrisa igual que trata de ocultar al morder su labio.

—Si— hace una pausa suspirando. —, han pasado muchas cosas con él últimamente. Creo que debemos volver a tener una charla sobre chicos.

Ahora soy yo la que le muestra una enorme sonrisa, lo último que llegaría a pensar es que ellos dos tengan algo que ver.

—Okey puede ser esta noche— le digo. —, Colin y yo volveremos a Italia luego de que gane la carrera.

Seguimos hablando de cosa sin importancia y de lo que ha pasado los últimos días en la academia. No tardamos Mucho en reunirnos con Colin y Enzo para marcharnos al circuito.

Camil se irá con Enzo y yo con Colin en su auto, pasamos el tráfico sin mucho problemas la ruta por la cual Colín maneja dijo que es exclusiva para los piloto con el trabajo de que no tenga retraso al llegar.

Nos detenemos en un semáforo para darle paso a otros autos de lujos que se pasen por aquí. Los toques en el cristal del copiloto no hacen detenernos de nuestra animada conversación.

—¿Pasa algo Enzo?— Colin baja el cristal sin apuro, Camil está sobre la Ducati de Enzo muy sujeta a su cuerpo, lleva un casco idéntico al del piloto en la moto y una chaqueta de cuero negra.

—Quería saber si lo haríamos con ellas— Enzo sube su viseras mirándome sentada en el asiento al lado de su hermano. —. ¿Estás dispuesto hacerlo con tu novia sentada a tu lado?

Arrugó mis cejas al no entender de lo que él habla.

—Te doy mi respuesta en un segundo— Colín no espera a que su hermano respondo volviendo a subir el cristal.

—¿De qué habla Enzo?— preguntó. El semáforo no ha cambiado de color.

La sonrisa de Colin crece, inclina un poco su cuerpo hasta estar lo más cerca posible mío. El cinturón de seguridad que no llevo puesto es colocado por el sujétalo lo más fuerte posible.

—Cada vez que Enzo y yo estamos en Mónaco hacemos una carrera, él en su moto yo en mi auto— informa ese detalle. Su mano sube hasta apartar el mechón de mi cara.

—¿Vas a correr ahora?

—Solo si tú quieres.

Una carrera con su hermano no suena mal. Miro a través del oscuro cristal viendo la figura de Enzo y Camil.

—Okey— acepto está loca idea. —, al final eres el chico de las carreras.

Acerca más su rostro hasta encontrar mis labios y besarlos.

—También soy tu chico capricho.

Muevo mi cabeza de arriba hacia abajo al él soltar esas palabras, baja la ventanilla para hablar con su hermano.

—¿Entonces lo harás?— habla Enzo. —. ¿O ya te acobardaste?

Colin ríe negando. Parece que ya arregló las cosas con su hermano, me siento aliviada de que puedan volver hacer ellos mismo y no estar peleados por mi culpa.

—A la hora de correr nunca me acobardó, ya deberías saberlo— Colón hace rugir el motor del Ferrari tras sus palabras. —. ¿Qué me darás esta vez? Porque es obvio que volveré a ganarte.

Enzo acelera la Ducati igual que su hermano.

—¿Qué quieres?

—La Ducati.

—Bien— Enzo no titubea al responder y solo por un segundo pienso que él debería de tener su colección de las motos al igual que Colin con los Ferrari. —, tengo varios colores, pero puedes elegir la que desees…

—La roja—Colin lo detiene antes de que le proponga las opciones.

—Entonces es un trato hermanito.

—¿Camil está segura?— mi pregunta sale de la nada.

Lo menos que quisiera es que mi amiga tenga un accidente aquí en Mónaco y en una moto mucho menos.

—Tu amiga siempre está segura conmigo cuñada— Enzo me giña unos sus ojos provocando que me sonroje en segundos.

Lo dice y al segundo acérela la moto haciéndola rugir, el sonido que hace Camil se sujeta más fuerte de él.

Enzo y el chico de las carreras se miran con fijeza y como si ambos supieran que el semáforo cambió su color aceleran provocando que sus neumáticos rechinen con fuerza.

Enzo se adelanta más que Colin ya que él va en moto y es más fácil para él el rebasarle a su hermano. Colin no parece tomarle importancia esta ventaja y acelera más hasta estar lo suficientemente cerca de la Ducati, Enzo se mueve en Zic Zac al ver la cercanía del Ferrari.

—No te dejará pasar amor— hablo un poco fuerte.

La carretera está despejada de otros automóviles lo cual facilita la pequeña carrera que mantienen los hermanos pilotos entre ello. Colin va a mucha velocidad y no me asusta el hecho él se aseguró de ajustar el cinturón con fuerza a través de mi cuerpo, no le muevo de mi asiento para nada aún cuando él también se unió a moverse en forma de Zic Zac.

El auto de Colin es acelerado a más no poder logrando pasar a su hermano su sonrisa crece en su rostro al hacerlo, miró por el retrovisor y veo a Enzo y Camil alcanzado en segundos.

Esto se siente extremo el correr de esta manera, la fuerza que mi cuerpo está sintiendo ahora mismo no la había sentido nunca en mi vida. Esto es lo que siente Colin al correr. Se siente fantástico. Colón mira los tres espejos retrovisores accesibles para el percatándose de Enzo en todo tiempo.

—Te recomiendo sujetarse capricho— Colin toca un botón del piloto del Ferrari haciéndolo correr más de lo que ya lo hace.

Tomó su consejo de sujetarme, lo hago del asiento en el que voy cuando mi cuerpo gira junto con el coche sin hacerme daño. Una curva que Colin parece conocer bien.

No sé cómo Enzo lo logra en poco tiempo pero aparece al lado de nosotros rechinando sus neumáticos como lo hace Colin para reducir la velocidad, el auto de Colin se frena perfectamente en una línea blanca, al parecer la carrera ya terminó.

Colin sonríe alejando algunos mechones de mi Cara.

—¿Te gusto amor?— lo miró igual de sonriente.

Ahora sé por qué a él y Alessandro le gusta correr.

—¿Podemos hacerlo otra vez?

—Solo si vuelve conmigo a Mónaco— responde. —. También podemos correr la avenida principal de Mónaco siempre y cuando no esté reservado para una carrera de fórmula uno.

Sonrió ante esa propuesta. Sería maravilloso hacer eso con él porque hasta donde sé esa calle es una parte importante del circuito.

—Volvamos a Monte Carlos luego de la temporada— propone la idea.

—De acuerdo.

El cristal de mi asiento se baja dándole paso a Enzo y Camil a mi lado. Enzo quita su casca y Camil igual.

—Estoy muriendo por hacerlo otra vez— exclama mi amiga con alegría.

Enzo la mira sobre su hombro con expresión de tranquilidad y a la vez felicidad. Acaso ello siente algo.

Enzo le responde algo inaudible a Camil para mí y para Colin la reacción de mi amiga hace que el chico de las carreras y yo nos miremos cómplice por su comportamiento.

—¿Buscara la Ducati hoy?— Enzo baja su cuerpo hasta estar a la par de mi ventana.

Colin niega.

—Lo haré después.



No me he desaparcado de Colin en ningún momento desde que llegásemos al Paddock, todo está en un caos por la carrera haciendo que todos estén bajo estrés. Sé que esto es importante para él y para Ales, básicamente el premio monegasco lo es todo en este deporte ya que aquí nace una parte del mundo de las carreras y que hoy sea el día lo hace más difícil.

El clima no está ayudando en nada para la carrera y aunque se está pronosticado que no lloverá el mal tiempo dice lo contrario. Ya no es el típico cielo que he visto estos tres días en Mónaco.

Estoy con Colin en una pequeña habitación en donde se está colocando su traje de piloto, es un nuevo modelo a lo que ha usado antes. Un la parte de sus caderas lleva su nombre, número y bandera. El casco también es diferente y todo eso fue entregado por Mónica al llegar.

—Vamos— me ofrece su mano para salir del lugar.

Pasamos algunos pasillos que no sabía que estaban en este lugar, algunos mecánicos y trabajadores de la escudería nos saludan al pasar por su lado.

—¿A dónde vamos amo?

—Veremos a mi padre antes de salir.

No nos toma mucho llegar a una amplia oficina. Colin abre la puerta para que ambos podamos ingresa al lugar y saber quiénes se encuentra ahí. Está Emilio, Mónica que habla por teléfono o más bien discute, está Ales y Olivia, por último Michael y un gran señor con cara dura y vestido de negro en una de las esquinas.

Me alejo un momento de Colin que saluda a su padre y conversan en italiano.

—Tenía tantas ganas de verte— Alessandro me atrapa en sus fuerte brazos dejándome casi sin aliento. Yo también quería verlo antes de que él iniciara a correr. —, llame a Prescott muy temprano para saber de ti, pero dijo que aún dormías.

Bajo el rostro sonrojándome un poco al recordar porque dormí hasta tarde hoy.

—Él no le digo nada de eso— respondo luego de un tiempo. Ales posa su mirada un rato en colon que nos mira atento a su conversación. —. Camil está aquí.

La cara de Alessandro es de pura molestia.

—Lo sé, acabo de verla con el gran idiota de Enzo— no se preocupa en sonar maleducado. —. Al terminar la carrera me la llevaré a Italia devuelta y me aseguraré de que no se relacione más con él. Papá me ayudará.

Expando mis ojos al entender, Antonio y Alessandro son igual de celoso con Camil, Bernardo es un poco más compresivo con su hermana menor.

—No lo dudo.

Colin se acerca con su padre y el gran señor vestido de negro.

—Amor él será tu guardaespaldas por hoy, estará todo el tiempo a tu lado al transcurrir la carrera— Colin me presenta a señor que debo reconocer le intimida demasiado.

Parezco una pequeña hormiga a su lado.

—Te dije que no era necesario…

—Lo tendrás Riley, no es una opción— alessandro interviene en la conversación. —. Tu novio no quiere saber lo furioso que es su suegro si algo te pasa en sus manos.

Colin le da una sonrisa de hipocresía al escucharlo.

Todos ellos mantienen una conversación sobre si debería o no tener un guardaespaldas ahora. No intervengo en nada porque sé que ellos no me tomarán en cuenta.

Aunque soy la que lo tendrá mi palabra parece no valer.

—Jessica está en el paddock y tiene pase libre a cada lugar que quiera ir— Mónica cuelga su teléfono para venir hacia nosotros.

—Te dije que no la dejaras pasar—le reprocha Colin.

—Entro antes de que pudiera hacer algo— Mónica se defiende de su ataque. —. ¿Sabes cuántas personas entran y salen de este lugar?

—A mi no me importa eso Mónica no la quiero cerca de Riley. Ella le llega hacer algo más a mi novia y se jode el Paddock completo con lo que haré.

Todas la miradas recaen en mí al lado de Colin y puedo asegurar que el único que no me mira el ese señor que me cuidara.

—No controlo esa parte ya te lo dije Colin, ella es una modelo y es famosa aquí por ser tu ex pareja y la de él también— señala a alessandro haciendo que esté la mire mal. —, cualquier escudería querría trabajar con ella y darle el pase de entrada.

Colin bufa a las palabras de Jessica.

—sácala entonces e informa que no tendrá pasa— le dice colon con obviedad. —, ellos te harán caso.

Mónica niega y Colin está por volver a decir algo siendo interrumpido por su padre que toca su hombro.

—Debes cálmate hijo— Colín capta su petición no volviendo a de ir nada. —, lo vamos a resolver de acuerdo.

—¿Que propones Emilio?— pregunta Ales está vez.

—Es obvio que no podemos sacar a Jessica, no sin armar un escándalo antes— la mirada de mí suegro recae en mí. —. Sabemos que su problema aquí es Riley, ya tiene un guardaespaldas a su disposición, me tiene a mí y a Enzo que estará todo el tiempo en control. Nadie va a molestarla, eso te lo aseguro.

—¿Y si eso no es suficiente?— Colin pregunta. Nuestras manos están unidas en un agarre y solo recibo caricias vagas de su parte. —. Ella puede ingeniársela.

—Tendrá que pasar por encima de todos nosotros— contesta su padre. —. ¿O estás más confiado con otro guardaespaldas? Aún tienes tiempo de elegir otro que quieras para ella.

—Sí.

—No,

Colin y yo respondemos al tiempo. No voy a dejar que oigan otra persona a mi cuidado ya con ellos me siento bien.

—Capricho…

Me paro frente a él, no me importa llevarme la mirada de todos.

—No más amor, estaré bien así— musita bajo.

—No quiero que ella se acerque a ti Riley. Está loca y últimamente tú estás pagando las consecuencias.

Suelto una sonrisa baja por cómo él acaba de expresarse de Jessica. Es cierto que la modelo está mal de la cabeza y no ha tomado las cosas muy bien ahora, pero yo escuché a su padre y él igual.

—Tres personas me cuidarán amor— dijo. —. ¿Con eso no te basta?

Niega

—Otro no estaría demás— responde.

Sus manos acompañan mis mejillas, lleva los guantes de su traje así que la sensación es desconocida para mí. Me gusta sentir la calidez de sus manos contra mi piel.

—Estaré bien amor y te estaré esperando luego de que termine la carrera.

Dijo lo último esperando hacerlo cambiar de opinión sobre la idea de tener otro guardaespaldas, todo me mirarían en control y sé que no aguantaría esa presión todo ese rato.

Colin mira a su padre por encima de mi cabeza.

—Dime que la vas a cuidar— preguntó. Parece un bebé al cual le acabas de jurar la más importante de sus promesas.

No me percato en qué manera su padre le responde, solo lo escucho.

—Desde luego.

Todos siguen hablando sobre la carrera que está por iniciar y todo lo previsto para ella hoy. Escucho en silencio con Colin a mi lado sin aportar mucho a la conversación, Mónica le da algunas advertencias a Colin y Ales de las demás escuderías y me quedó bastante sorprendida al ver como Olivia aporta en ello como toda una experta.

La bruja sabe de lo que habla y la mirada de alessandro no puede ser más evidente de lo cuanto que le gusta escucharla hablar sobre su deporte.

Todos las escuchamos atentos uno más que otros, porque a Michael parece no agradarle mucho la idea de que ella aporte en las importantes estrategias como lo hace ahora, pero no se atreve a interrumpirla.

La mano de Colin juega vagamente con la mía, el anillo de su madre es girado innumerables veces en mi dedo, está distraído y sé que no es por la carrera él sigue pensando en todo este tema con la modelo.

Necesito hacerlo olvidar de eso antes de que suba a correr, no lo quiero distraído y que pueda pasarle algo peor por mi culpa. Por esa misma razón no le he contado nada de lo que ha pasado con Michael en estos días. De sus acosos y sus invitaciones mediocres a salir con él y tener algo más que una charla de amigo. No quiero que él cometa un error al correr este circuito, es importante para mi chico y aunque me jure mil veces hoy frente al espejo que podría soportar un poco más al enfermo de su jefe de control sé que no es así.

No debería de desearlo así, pero ya quiero que el tiempo pase rápido y volver a Italia. No soporto un día más en Mónaco. Pero soportaré, Colin lo vale después de todo.

La hora esperada llega y todos salimos de la oficina para ir a control. La carrera iniciará pronto.

—Después de la carrera alguien quiere conocerte— dice Colin.

A su casco le están haciendo unos últimos detalles antes de subir a su coche. Es nuevo por lo que me contó.

—¿Quién?— preguntó. En estos días he conocido a cientos de personas, todas con un mismo objeto. Conocerme.

—Andrea— arrugó mi ceño al escuchar ese nombre. Él nunca lo había mencionado así que es obvio que no lo conozco. —, es la persona encarnada de personalizar nuestros trajes y cascos para cada carrera.

—¿Y porque quiere conocerme?

La radiante sonrisa que siempre lleva al estar conmigo crece a más no poder en su rostro.

—Quiere saber y conocer a la chica que posee ese lindo nombre y la cual hizo que lo llevara en uno de mis cascos de uso exclusivo.

Pestañeó varias veces sin creer lo que él acaba de pronunciar. Acaso él dijo que lleva mi nombre en su casco. Solo por curiosidad miro el casco en las manos de Michael que lo revisa y prueba la radio buscando lo que él asegura tener.

No lo veo desde nos encontramos. Colin me toma de la cintura para tenerme frente a él. Alzo mis rostro al suyo queriendo decir algo y no me deja, me besa despacio y sin ningún apuro, yo le correspondo de igual manera cruzando mis brazos detrás de su cuello y bajándolo un poco a mi altura. Él  no se queja de eso y sigue besándome con pasión y delicadeza hasta ser interrumpidos por Michael que carraspea llamando nuestra atención.

No me volteo a velo porque no quiero mirarlo más nunca en mi vida a los ojos. Colin no despeja mi cuerpo del suyo manteniéndolo pegado aún lo cual él no sabe pero se lo agradezco muchísimo que me deje seguir refugiada en su cuerpo.

—Los trabajos de Andrea siempre son excelentes— dice Michael al entregarle el casco a Colin en su mano. —, estos casco tienen las últimas tecnologías.

—Gracias Michael, pero ahora no quiero hablar de eso estoy ocupado con mi novia por si no lo has visto.

Las palabras de Colin son claras haciendo que me sonroje al escuchar la posesividad en cada letra de esa oración.

—Lo sé, todo Mónaco ha visto lo ocupado que estás— responde crucial.

—Es bueno que me vean Michael, ese es mi objetivo, así todo Mónaco sabe a quién le pertenece y no quieran pasarse de listo.

—Nadie se pasaría de listo con tu novia conociendo tu carácter y lo caprichoso que te pones cuando tocan tus cosas— comenta. La burla es clara.

—Estoy empezando a dudar de que no importa qué tan caprichoso sea con ella siempre hay un idiota que no conoce los límites.

—Muy idiota por desear algo que es imposible y que tenemos claro es intocable para ti.

Colin ríe seco de sus palabras, podría jurar que el chico de las carreras sabe de lo que es capaz su jefe de control.

—Si muy idiotas, pero descuida aquí estoy yo para recordárselos si es necesario— Colin me abraza. —. Adiós Michael.

No sé en qué momento Michael se termina alejando pero lo hace sin decir nada más al respecto de lo que Colin dijo.

—Si algún día él o cualquiera te llega a molestar dímelo, no me molestara romperle la cara.

Besa la coronilla de mi cabeza y solo por un instante me permito respira con tranquilidad al saber que él me cuida de esta manera. Debo de decirle con urgencia todo lo que ha pasado estos días, no puedo seguir ocultándoselo.

Prefiero que se entere por mí que por otros y llegue a mal entender las cosas.

—Colin— lo llamo seguirá de lo que le diré.

—mmm…

Esta empeñado en besar cada parte accesible de mi cuerpo. Suspiro pensando las palabras que diré.

—Hay veces que mi Michael suele mirarme demasiado tiempo y no me gusta— mi sale lo más baja posible en este momento.

No quiero causarle problemas antes de su carrera.

—Me he dado cuenta de ello— alza mi rostro buscando mi mirada la cual no dudo en conectar con la de él. Acaricia mis mejillas con la delicadeza que caracteriza cualquier toque que el de en mi cuerpo. —, y quiero que sepas que estás segura conmigo Riley, él no te hará nada de lo que yo no me pueda enterar.

Besa mis labios otra vez sin dejarme decir algo al respecto. No pasa mucho para que escuchemos su nombre ser llamado para iniciar.

Sus labios dejan los míos vagamente al tiempo, me muestra el casca en la parte trasera y veo relucir las cinco letras que conforman mi nombre. El nombre brilla al ser movido.

—Estuve tentando a poner mi apellido a su lado— dice sin dejar de ver el casco en ese lugar.

Es un hermoso detalle eso de que lleve mi nombre.

—Es hermoso amor— me empinó para besar sus labios. —me tendrás cerca mientras corres.

Musito bajo ganándome una sonrisa de su parte, Colin termina de colocar correctamente el casco en su cabeza. Como antes de cada carrera dejo el beso de suerte en sus labios y lo veo irse a su monoplaza.




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