Amor a alta velocidad (run1)

Capitulo 56

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Capítulo 56.

Riley.

—Le prometiste a tu padre que no lo ibas a cortar más cariño.

Y él también.

—Lo sé mamá, pero lo necesito— le digo suplicante.

Mamá respira hondo acomodando todo mi cabello detrás de mi espalda, le indico lo corto que lo deseo que sobre mis hombros y ella me mira a través del espejo buscando un arrepentimiento en mi mirada, lo estoy pero no se lo demuestro muevo mi cabeza para que continúe con ello. Junto mis ojos cerrándolo con fuerza al escuchar el sonido que crea la tijera a corta mi cabello.

Todo el largo de este cae al suelo cuando mi madre termina de cortarlo. Los mechones frontales que antes llegaban más abajo de mi pecho se mueven con libertad a la altura de mi mentón.

Él no volverá a jugar con esos mechones que tanto le gustaban.

Mamá termina de dar los últimos detalles al corte y mira satisfecha, pero a la vez triste su resultado.

—Te queda hermoso amor, te ves muy bien de esa manera.

—Gracias— limpios unas lágrima que salen sin permiso. Últimamente ellas han tomado vida propia para salir cuando ellas quieren. —. Le voy a dar los mejores cuidados para que crezca más rápido mamá lo prometo.

Y no es una promesa que voy a romper. El tenerlo largo como a Colin le gusta esa una manera que me hará recordarlo junto conmigo. ¿Pero porque lo corté? Michael me hizo saber lo obsesionado que está con él y luego de que me fuera de Italia traté de ignorar ese hecho pero no sirvió de mucho. Lo lavaba con mucha frecuencia para borrar su toque en él y no sirvo. Lo sentía sucio de igual manera, intenté pintarlo pero me arrepentí en el momento porque no lo quería cambiar tanto por si algún día lo volvía a ver.

A Colin.

No sé nada de él ni de cómo sigue, si despertó o sigue en coma. Al irme de Italia dejé todo eso atrás y aunque he luchado con volver no me atrevo hacerlo solo para no ver a Michael otra vez a mi lado. Han pasado cuatro meses y sigo teniendo pesadillas con lo que intento hacer ese día conmigo en la habitación de Colin.

Nadie lo sabe aún, hablé con Enzo poco después que él apareciera en mi departamento. Dijo que él no diría nada si yo volvía a reaparecer en la vida de su hermano y le prometí hacerlo, pero he estado rompiendo mis promesas últimamente. Él me entregó el anillo de su madre, el mismo que Colin me dio al principio y me negué en aceptarlo porque se lo importante que es la joya para él. Él no lo aceptó y dijo que solo lo haría si yo volvía a Italia y se lo entregaba a Colin.

Cosa que no ha pasado, sé que si lo vuelvo a ver frente a mí no me iré a ninguna parte y me quedaré con él.

Le he insistido a Camil que se lo entregue a Enzo cada vez que viene a Estados Unidos a visitarme y la palabras de mi amiga son claras. Enzo le pidió que no lo aceptara por ningún motivo y ella respeta su decisión. Su relación de novios se mantiene alejada de todo esto.

Salgo de mi habitación y recorro toda la casa de mis padres hasta llegar al jardín. Veo a mi padre desde la distancia hablar con lían. Lo saludo desde una distancia prudente si acercarme a ello y dejarlos seguir con su trabajo.

Papá trabaja más desde casa ahora que estoy con ello, solo algunas veces va hasta su oficina y regresa con rapidez. Deja todo en manos de lían que es hijo de uno de sus más fieles colegas y que papá lo entrena para que él tome el futuro de la empresa de su difunto padre. El pasa demasiado tiempo aquí y aunque papá está muy de acuerdo en que intente ser más que su amiga le he dicho que no lo haré.

En mi corazón solo está Colin y así segura siendo.

—Te queda bien— aparece a mi lado y solo mira con algo de miedo a los dos dóberman a mi lado. Lían no le cae muy bien a Trueno y Luna y ello se lo hacen saber cada vez que pueden. —tu padre no está muy feliz, pero a mí me gusta como lo cortaste.

Intenta tocarlo y lo detengo con rapidez. No voy a dejar que nadie que no sea Colin o mi padre lo toque, solo ellos dos merecen ese privilegio. Los ladridos de Trueno y Luna ponen en alerta al rubio a mi lado que entiende en seguida.

—Lo siento.

—No quiero que lo toquen— me esfuerzo por sonreírle. —. Solo se lo voy a permití a mi padre.

Y a Colin. Me recuerda la voz de mi subconsciente.

—Entiendo— se deja caer a mi lado en el césped. —. ¿viste mis flores?

—No.

—Bien de seguro lo harás más tardes.

Me quedo en silencio y lían se dedica a observarme. Él ha estado insistiendo en que salga con y al igual que lo he hecho con mi padre me he negado y dejado sus razones claras.

—Tengo unas entradas para un número de ballet hoy, tú madre piensa que es bueno que salgas. Dice que no lo haces desde que llegaste de Italia.

—Puedes ir con otra persona lían— le rechazó la invitación.

—Quiero hacerlo contigo— su mano encuentra la mía y la aparto levántame de su lado. —. ¿Por qué no quieres salir conmigo maya? Te lo he propuesto desde que llegaste aquí y siempre me rechazas.

—No puedo salir ni contigo ni con nadie lían— él arruga su rubia ceja por la confundió. —, estoy con alguien.

—¿Quién? ¿Dónde está?

Respiro hondo, me duele hablar de Colin, me duele recordarlo y no estar con él.

—En Italia.

Se pone de pies acercándose a mí, es igual de alto que Colin y por ello debo de alzar mi rostro para verlo. Las manos de lían acarician mi rostro y el toque es igual a todos. No le hacen sentir nada.

—¿Así que debo de competir por ti con un italiano? Estoy dispuesto hacerlo maya.

Niego.

—No puedes competir con el— le aseguró.

—¿Por qué?

—Le gusta tener el primer lugar siempre y en mi corazón no es diferente lían— me alejo de él dando dos pasos atrás. Lían es guapo, pero no es lo que quiero. Él no es Colin. —. Colin es el primero en mi corazón.

—Dame la oportunidad de que me conozcas, fuera de aquí maya, salgamos esta noche.

Niego rechazándolo nuevamente, Lían esta por decir algo más y es detenido por mi padre.

—Quedamos que no la ibas a hostigar con esto Lían— mi padre toca su hombre.

—Lo siento Roberto— se disculpa. —, es solo que quiero conocerla más.

Lo miro a través de mis pestañas, también me gustaría conocerlo, más como un amigo. Pero prefiero romper su ilusión de tener algo conmigo ahora que después a no poder controlarlo como con Louis.

—¿Qué dices amor?— me pregunta mi padre a ver qué me quedo callada.

—No quiero salir.

—¿Y si hacemos algo que tú sí quieras?— propone Lían esperanzado. —. Puede hacer aquí mismo en tu casa maya no es necesariamente salir.

Miro a mi padre en busca de ayuda.

—Ya Lían, mi hija no saldrá y no hará nada contigo por hoy.

—Roberto…

—Te agradecería que no la presiones— mi padre me extiende su brazo y no dudo en aceptar con una sonrisa. Me estrecha entre sus brazos. —. Si la presionas ella se escapa y tú pagarías las consecuencias si ella decide irse de nuevo.



—Tu madre me hizo prometer que no me enojaría— papá entra a mi habitación. —, pero quiero saber por qué esa decisión Riley.

Llega hasta mi lado subiendo en mi cama, imita mi posición pegando su espalda al respaldo y yo aprovecho la oportunidad de volver a recostarme en su pecho como una niña pequeña. El acaricia mi cabello despacio y con ternura diciéndome con palabras mudas que estoy protegida por él.

—¿Hay algo que debería de saber amor?

Niego. A él también debo de mentirle.

—¿Sabes lo mal que me siento al saber qué prefieres mentirme a confiar en mí y contarme que pasa?— su voz baja cinco tonos escuchándose como un susurro.

Yo me siento peor con esto. Conozco a mi padre y sé que si le contara que salí huyendo de Italia por qué el jefe de control de Colin quiso abusar de mí él sería capaz de ir hasta Italia y acabar con Michael, Emilio, Colin y por último Alessandro. Roberto no se detendría hasta verlos sufrir a cada uno.

—Prometo que te lo contaré pronto— le dijo y recibo un beso en mi cabeza de su parte.




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