CAPITULO 11

Demir
La cama está tan, pero tan cómoda, que da cosa dejarla sola,debo continuar con mi entrenamiento, no puedo quedarme.
Tengo que aprovechar echar esta hermosa mañana de verano...y desayunar algo bien rico,como ese submarino rico y dulce.
Bueno, hora de continuar con el entrenamiento.
¿Estarán despiertos los muchachos?
Naaa… seguro siguen durmiendo,me preparé para salir a trotar algo de ropa fresca y protector solar.
Me conecto a mi mundo, a mi música.
Por suerte tengo mi viejo y fiel MP3.
¿Quieren saber qué escucho?
David Guetta — Titanium.Perfecta para arrancar el día.
Una hora después…
Creo que fue suficiente ejercicio, demasiado calor,será mejor que tomé agua y una ducha.
Creo que ni correr mil kilomentros(ruido de ducha) hará que deje de pensar en Dione.
¿Qué será de Dione?
No a escrito hoy…
¿Estará ocupada?¿O simplemente no cargó su celular?
Ggggg... pienso demasiado en esta chica.
Pero después de todo, es tan agradable y linda.¿Cómo no volverme loco con esa chica?
Río solo de pensar…
Qué loco momento estoy viviendo con alguien que apenas vi una vez... y solo e escuchado su voz un par de veces.Y, sinceramente, no me parece tan malo.Tiene su magia.
En cuanto salgo de la ducha veo que hay muchos mensajes…
Pero no para mí, son para Dione.Muchos WhatsApp.Todos preguntando lo mismo:
"¿Dione, estás bien?"
¿Qué ocurre?
Son demasiados mensajes con la misma pregunta.¿Le habrá pasado algo?
No voy a contestar, no quiero causar un conflicto.Solo los reenviaré a mi número, para que ella los vea y responda.
Espero que esté bien.
Esa ducha me dejó como nuevo.
Pero este celular no deja de sonar…Lo apagaré.Tanto ruido me pone nervioso,no saber que ocurre con ella.
Dione
Después de horas de análisis, radiografías y otros estudios, todo salió bien.Todo esto fue una pérdida de tiempo...Solo quiero volver a casa y estar con las chicas.
Estaba perfectamente, al menos físicamente...Excepto por ese mal recuerdo que me atormentó esta mañana.
Doctor Lucio Darret—Buenas tardes, Dione.
¿Cómo te sientes?
—Estoy bien, doctor Darret… aunque me muera de hambre.
DOC—¿Hay algo que deba saber, Dione?
—No, doctor Darret. Nada…Es solo que creo que es una pérdida de tiempo ,tantos estudios y no hay nada ...¿No cree?
Doc—Está bien.
Debido a que todos los estudios salieron bien y no hay más que hacer por ahora, te daré el alta.Eso debería alegrarte ...
Pero quiero que vengas el lunes, para otro chequeo. ¿De acuerdo?
—Está bien, doctor. Vendré el lunes.
Doc—Perfecto. Voy a firmar los papeles y le avisaré a tu madre.
(Pensamientos de Dione)
No pueden saber lo que pasó.Eso solo empeoraría las cosas.¿Qué voy a hacer?Solo pensarlo,que haría, nada puede cambiar el pasado...
Y las chicas… ellas no se quedarán tranquilas después de todo esto.Pero tampoco puedo contarles sobre mi pasado.Tengo miedo de que no lo comprendan… de que me miren distinto.
—Hija, el doctor dijo que todo salió bien.
Que solo fue porque no habías comido.¿Vamos a casa?
—Sí, mamá, vamos.
Necesito comer… y descansar un poco.
Fue un día largo y molesto para mi .
-Comprendo hija, no te angusties todo estará bien.
Al fin en casa.
Después de tantas horas de estudios, será mejor que me recueste.
No puedo sacar de mi mente ese recuerdo… ese maldito pasado.Tan solo pensarlo me sudan las manos.Mi cama… qué cómoda es. Nunca la extrañé tanto como durante esas horas eternas en el hospital.
Las camillas eran duras, las sábanas ásperas y el frío insoportable, acompañado de olores totalmente asquerosos.Aún me duele la cabeza.
Uff… Qué día.
Golpean la puerta.
—¿Hija, estás bien?
—Sí, mamá. Estoy bien.
—Aquí te traje algo de comer. Tienes que alimentarte y descansar.
—Sí… eso haré. Descansaré.
—Hija… dime la verdad. ¿Te desmayaste por no comer o hay algo más?Dime… ¿acaso voy a ser abuela?
—¡Mamaaa! ¿Qué estás diciendo?
Hace tiempo que no estoy con nadie. ¿Pensás que estoy embarazada?(lo que me faltaba,mi madre pensando en cosas que nunca pasaran).
—Ya sos grande, hija… y, ¿por qué no?
Pensé que habías vuelto con Brian. Parecían estar bien…
—No, mamá. Brian ya fue.Se terminó.Y no… solo fueron nervios y el hecho de no haber desayunado. Eso fue todo.
—De acuerdo… te dejo descansar. Comé algo.
Me recuesto de nuevo y, sin darme cuenta, me duermo profundamente.
Y otra vez…
El mismo sueño.
Solo que esta vez todo estaba oscuro.
Una única luz alumbraba el cuerpo de mi madre.Ella no reaccionaba,trate de despertarla pero no tenía voz,intente gritar pero no me escuchaba..mis lágrimas no dejan de caer,intento limpiarlas pero no es posible, sigo llorando sin cesar.
Despierto transpirada, con el corazón acelerado.
Está todo oscuro.
Miro el reloj: 3:00 a. m.
Estoy mareada otra vez… y la cabeza me late como un tambor.
Bajo a la cocina a tomar algo.
Todo está en silencio… demasiado silencio,pero que puedo esperar ,es de madrugada el mundo duerme.
La oscuridad parece más espesa esta noche.De pronto,no veo nada...y me desvanezco.
Abro los ojos lentamente…
El techo blanco.
El olor a desinfectante.
El frío de la sábana.
Otra vez el hospital.
Otra vez el hospital regional.
Otra vez esta camilla de piedra…
—Hija… ¿te encuentras bien?
—¿Pero qué diablos pasó aquí...? Me duele muchísimo la cabeza...
—Te desmayaste otra vez, hija, esta vez en la cocina. Ya es sábado de madrugada. Los doctores van a hacerte otros estudios para saber por qué te está pasando esto.( Mi madre intenta no llorar,pero sus ojos se ven duferentes).
—Sí... recuerdo que bajé a tomar algo… y después solo vi oscuridad.
Entra el doctor.
Doctor Lucio Darret—Hola, Dione… ¿Otra vez acá?¿Qué te está pasando? Contame.
—Pues… no sé, doctor. Me levanté en la madrugada a tomar agua y... me desmayé.
Eso es todo lo que ocurrió.
DOC—Está bien, Dione. Te creo.
Vamos a repetir algunos estudios: placas, electro y resonancia, para asegurarnos de que el golpe no haya afectado tu cerebro.
Es el segundo golpe en el día, y eso no es bueno para tu cabeza.Descansa. Después vuelvo, ¿de acuerdo?
—Sí, doctor. Descansaré. Hasta luego…
El doctor sale. Dione se queda con su madre.
—Mamá… ¿creés que sea algo grave?
Esto me da miedo. Me pone nerviosa…
No sé qué pensar. Todo da vueltas en mi cabeza...
—Descansá, hija. Ya escuchaste al doctor Darret.
Y no, no creo que sea algo grave.
Tal vez sos hipertensa… como lo es tu padre.
Puede que sea eso.
—¿Papá es hipertenso? ¿Y cómo es que yo no sabía eso?¿Por qué nunca me lo dijeron?
—Es que tu padre se cuida mucho, hija. Por eso no te diste cuenta. Siempre fue muy estricto con la comida y su rutina diaria.
Voy a buscar un café. ¿Querés que te traiga algo?
—No, mamá. Estoy bien… andá tranquila.