Amor a medias

Ruptura

Pasó el año, fue tan rápido. Pero el no pudo regresar a ver a Sol. Le explicó que tuvo problemas familiares y que por ese motivo no podía viajar. Ella estuvo tan triste, pero lo aceptaba. Si el la había esperado por qué ella no?.

    Llevaban casi 2 años sin verse, todo había cambiado. Julian no era el mismo. Sol le hablaba todo el tiempo, pero notó que el estaba raro, que ya no le escribía como antes. Estaba diferente, se enojaba por todo, la trataba mal. 

    Ella lloraba todas las noches en su habitación, no entendía que pasaba. Que habia hecho mal. Quería llenar su alma a toda costa, quería hacer lo que sea para enamorarlo, no quería perderlo. 

   Pero a el no le importaba, ya no se preocupaba en escribirle. Podrían pasar días enteros en que no le respondía, y cuando lo hacía eran mensajes frios, cortos, contestaba por obligación. 

    Era el fin, ella lo veía venir. Solo quería que el sea sincero, que le contara lo que pasaba. Hasta que llegó el mensaje que no quería leer. Julian le dijo que ya no era lo mismo para el, que todo había cambiado y debían terminar. 

Sol se sintió usada, sentía que su corazón se partía en mil pedazos. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Trató de suplicarle que no la abandonara. Pero todo estaba dicho. Ya era tarde.

     Ella siempre supo que ese día llegaría, por eso no quería arriesgarse en esa relación. Pero se la jugó. Se arrepentía de haber confiado. Pero su amor fue mas fuerte, no se imaginaba este triste desenlace.

    Pero para ella era algo normal por así decirlo. Siempre pensó, quien querría estar con alguien como ella. No le quedó más que aceptar ese cruel destino, sabía que el amor era desearle lo mejor al otro aunque le cueste la vida. Lo dejó ir. Deseándole así la mayor felicidad. Y lo que fue aun mucho peor, es que el la había abandonado cuando más lo necesitaba, minutos antes ella había recibido la triste noticia de que un familiar muy cercano había fallecido. Había perdido a dos personas que amaba el mismo día.

       Se sintió tan sola, tan miserable. Para ella ya no tenía sentido vivir. Se la pasaba encerrada en su habitación. Llorando desconsoladamente, no quería comer y además se lastimaba, se cortaba los brazos con lo que encontraba. Pensó en suicidarse muchas veces, pero nunca tuvo el coraje.

      



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En el texto hay: una historia real

Editado: 20.12.2018

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