Nathalia.
Después de un rato de escuchar música el subdirector entro en el salón.
-Chicos ya se que no tienen maestro, me acaban de notificar y quise aprovechar para presentarles a su nuevo compañero- dijo el subdirector señalando hacia la puerta.
Cuando lo ví me quedé congelada, no podía creer que ese tipo estuviera de regreso.
Parecía que estaba buscando algo o tal vez a alguien y justo en ese instante sus ojos encontraron los míos, me dió una sonrisa burlona.
-Creo que no hay lugares vacíos así que tendremos que ir por una butaca y tomaras asiento frente a ella- me señaló, dios, no podía creer que me señaló a mi.
Salieron en busca de la butaca hasta que llegó y la puso delante de mi, yo seguía escuchando música con Nico, le arrebató el audífono y se lo puso él.
Nico estaba desconcertado pero no hizo nada más que mirar la escena.
-Hola linda, ya volvi por ti- me dijo, no podía creer que Javier estuviera de regreso.
-Hola- le dije con la sonrisa más falsa y le agregué un plus mostrándole el dedo corazón.
-Que forma tan extraña de recibirme amor- me dijo dándome un beso en la mejilla, que no dude en limpiarme.
-Vete a la mierda- le dije arrebatándole el audífono que le había quitado a Nico.
Se sento y no volteo.
-¿Que fue eso?- pregunto Nico sacándome de mis pensamientos.
-¿Que fue que?- le pregunté haciéndome la distraída.
-Lo que pasó con el chico nuevo.
-Ah no nada, está loco.
-¿Segura?.
-Por supuesto.
-¿Fue por él por qué estabas tan extraña hoy?- dios no podía creer que había notado mi comportamiento de hoy, creia que no lo había notado.
-No, no fue eso, no tenía ni idea que esté idiota iba a aparecer- Nico me creyo y suguio escuchando la música.