Nicolás.
Pasaba el tiempo con ella, siempre la misma aburrida rutina, pero había algo de lo que no me cansaba y era de mirarla, decidí contarle a Diana lo que pasaba.
-Ya estoy aqui, ahora dime lo que te atormenta- dijo sentándose a mi lado en las gradas.
-Algo extraño me está pasando- dije serio.
-¿Que te pasa?.
-No lo sé, por eso te pedí que vinieras, es que no paro de pensar en alguien, en preguntarme si está bien, con quién esta, si esa persona le gustará alguien más y cuando la ve mio con chico siento ganas de alejarlos de ella, la quiero solo para mí.
-¡¡NICOLÁS, ESTAS ENAMORADO!!- grito Ana.
-Tal vez, pero no lo digas en voz alta.
-Ok, ¿Quien es la pobre chica?.
-¿Pobre? Si va a estar con un partidazo como yo- dije sonriendo egocéntricamente.
-Bien, ¿Quien es la chica?.
-Nathalia- al confesarlo sentí como mis mejillas ardían y solo sonreia como un puerto.
-¡¿Que?! ¿La del grupo?- dijo Ana abriendo los ojos como platos.
-Si, de hecho estoy viviendo con ella.
-¿Por que viven juntos?.
-Sus padres salieron de viaje y me ofrecí a cuidarla... Larga historia.
-Estoy muy impresionada.
-Si, yo jamás creí que algo así me pasaría a mi.
-Pero te paso.
-Exacto, ahora, quiero pedirte un favor.
-¿Que pasa ahora Nicolás?- solo me llama asi cuando está comenzando a irritarse conmigo.
-No le digas a nadie que estoy enamorado.
-No te preocupes, tu secreto está a salvó- me dijo dándome un leve empujón y guiñándome un ojo.
Las clases siguieron pasando con normalidad, solo que Nath no me miraba para nada, en clase solo prestaba atención al maestro que tocará, pero en cambio de clase me miraba unos segundos, pero ahora ni eso, simplemente se dirigía a Diana.
No le tome importancia, pero en hora de salida salió de clase antes como siempre por qué terminaba su trabajo rápido, pero siempre me esperaba en un lugar específico, para irnos a su casa. Fui a buscarla ahí y no la encontré, la llamé y no contesto.
No me contestó los mensajes llegué a su casa y toque el timbre, cuando abrió note sus ojos llorosos e inchados, algo no estaba bien.
-¿Por que estuviste llorando?- le pregunté muy preocupado.
-Nada, solo entra en la casa, no hagas ruido y dejame seguir llorando.
-Por supuesto que no te dejare seguir llorando, por favor, dime qué pasó- en ese momento no tenía ni idea que le había pasado, hasta que una idea cruzo por mi cabeza- ¿Fue Javier?, Te juro que si te hizo algo lo voy a matar.
-No Nico, no fue Javier- dijo dándome la espalda.
-¿Entonces?, ¿Quien ha sido capaz de lastimarte?.
-Yo misma.
-Explícate bien.
-No, ahora mis no no quiero hablar con nadie, hicimos un trato y no lo pienso romper, así que a pesar de que no me siento bien puedes estar aquí, lo que más quisiera es estar sola, pero soy una persona de palabra, por favor no subas a mi cuarto a intentar saber lo que me pasa. Por favor- cuando dijo el último por favor antes de marcharse a su cuarto ví como una lágrima se le escapó.
No quise insistir, por eso simplemente me hice de comer y comí solo.
Decidí preparar un sándwich y llevárselo, no pretendía preguntar nada, simplemente quería que ella sintiera mi apoyo sin importar que no se que te pasa.
Toque la puerta y al no recibir respuesta entre, la encontré durmiendo en la cama, creo que de tanto llorar se había quedado dormida.