A la mañana siguiente no me dio tiempo de interrogar a mi madre ya que tenía que ir a la escuela y se me hacía tarde y para colmo en la noche cuando vuelva del entrenamiento de hecho llegare de frente a dormir, así tendré que aguantarme al domingo cuando ambas estamos desocupadas y como habíamos quedado en pasar tiempo juntas para planear la boda era la ocasión perfecta. Salí a prisa despidiendo de mamá y fui a buscar a los chicos quienes me llamaron la atención por la tardanza, devolví la mochila de Marce y colocó sus cosas, ese día tomamos el bus porque no la hacíamos por la hora el llegar a tiempo al cole.
En la hora del receso les conté a los chicos la buena nueva tan esperada, como era de esperarse se alegraron por mi madre deseándole felicidad eterna a los novios.
Después de lo sucedido con los hermanos Casinelli, Marcela nos sugirió que de regreso al albergue, donde nos reuníamos hacer la tarea, tomáramos el bus para evitar encontrarnos con ellos de nuevo, al principio a Joaquín y a mí no nos gustó la idea porque nos estaba restando parte de la chacota que hacíamos entre nosotros en el camino, pero Marce se puso a llorar diciendo que no quería que nos pasara algo malo porque si no ella se moría, sé que exageraba pero entendimos que solo quería que nos protegiéramos, así que terminamos aceptando.
La semana se pasó volando y llegó el domingo, Marcela se apuntó desde temprano a nuestra casa, (como suele hacer a veces los domingos) para ayudarnos con los planes de la boda, mamá encantadísima con la idea de compartir su alegría de planear su boda con Marce ya que la quiere como a una hija más al igual que a Juaco, pero él solo llega cuando lo invitan la mayoría de veces se queda arreglando algún desperfecto del albergue. Empezamos por el sabor del pastel, cuando no yo pensando primero en el dulce, quedamos en hacer una lista de nuestros sabores preferidos y la combinación de ellos ya que íbamos a preguntar en la pastelería que opciones en combinación de sabores de pastel nos daban, seguimos con la comida que se serviría en la recepción, habíamos quedado Marce y yo en sonsacarle a mi madre todas las respuestas a las tantas preguntas que teníamos con respecto al Sr. Tanaka.
Mamá tenía razón no es bueno para un hijo el estar tanto tiempo separado de su padre. Definitivamente necesitaba tomar urgentemente medicina para mi sistema nervioso, digestivo y todo sistema que pudiera existir en mí porque el pensar que compartiría mi espacio con personas desconocidas hacía que mi cerebro colapsara.
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Editado: 31.05.2019