Amor

CONOCIENDO A JORGE

(AÑO 2000)

 

Un nuevo año llegó y con este las vacaciones escolares y con ellas el día que tanto habíamos esperado por fin llegó también, las competencias clasificatorias provinciales. Marcela, Joaquín y yo estábamos súper nerviosos aunque habíamos entrenado muy duro sabíamos que existían muy buenos competidores en la provincia del cuzco, nos pusimos a calentar hasta que hicieron el llamado a varones estilo libre  de 800 metros, Joaquín se quitó el buzo que llevaba puesto, se oye el primer silbato largo el cual indica subir  la plataforma de salida, a Joaquín siempre le corresponde el cuarto carril, aunque su meta personal es el estar en el quinto (en las competiciones ese es el carril del más rápido), se oye la orden “en sus marcas”, Juaco se coloca, toma la posición de salida la cual es un pie en la parte delantera de la plataforma, mientras nosotras lo mirábamos expectantes y a punto de comernos las uñas, cuando todos  están listos el juez da la señal de salida y es allí que el señor tortuga se luce, realmente es rápido y nosotras como perfectas fans no dejamos de alentarlo, la prueba termino quedando Juaco en primer lugar y batiendo su propio récord, eso quiere decir que definitivamente lo jalaran para pertenecer a la selección departamental, después me tocó a mí estilo libre 200metros obtuve el segundo lugar aunque superé mi marca personal y obviamente clasifique a la competencia departamental y la última fue la gusano estilo libre 100metros quien también quedó en segundo lugar, sí que hubo buena competencia, lo bueno es que quedamos en puestos que nos da pase para el seleccionado.

De regreso a casa me vi con la sorpresa de que mamá había preparado mi comida favorita, picante de gallina, como celebración por lo ganado, aunque estaba feliz de celebrar con ella mi triunfo, noté que hace varios días andaba resfriada pero esta vez el malestar lo reflejaba en su rostro. Después de comer mamá subió a su habitación a descansar, así que aproveché para ir corriendo a la farmacia a comprarle algún medicamento que la ayude con su refriado.

Entrando al lugar me encuentro a un chico que no había visto antes, arreglando los estantes de medicamentos.

  • Hola, ¿se encuentra doña Juana? – pregunto esperando a que se dé vuelta ya que estaba de espaldas
  • Hola, – responde con una sonrisa bellísima, tanto que me quedé mirándolo fijamente y creo con la boca abierta – si se encuentra déjame y la llamo -  camina hacia a dentro del lugar.
  • ¡Camilita! – dice doña Juana al salir - ¿cómo estás?
  • Bien – respondo sin dejar de ver al chico que salía con ella.
  • Veo que ya conociste a mi nieto.
  • ¿Su nieto?
  • Sí, él es Jorge, mi nieto. El próximo año estudiará con ustedes – sonríe doña Juanita.
  • Mucho gusto soy Camila, espero nos llevemos bien.
  • Hola Camila, de hecho, yo también espero nos llevemos bien. – responde Jorge sonriendo alegremente y yo embobada.
  • Camilita ¿Cómo les fue en su competencia?
  • Nos fue… ¡excelente! – levantando mi dedo pulgar y sonriendo de oreja a oreja
  • No sabes cuanta alegría me da al saber eso, ustedes se esfuerzan tanto – sonríe la doña.
  • ¿Competencia, de qué? – pregunta Jorge.
  • Natación – respondo sin dejar de mirarlo.
  • ¡Me encanta nadar! – dice él mientras sus bellos ojos verdes se ven realmente emocionados y yo sigo embobada.
  • ¿Dime Camilita que medicina necesitas?
  • Alguna que alivie los malestares del resfrió.
  • No me digas que Marcelita volvió a enfermarse – comenta preocupada.
  •  No, no, es para mamá – respondo precipitada causando la sonrisa de ambos, mientras doña Juana me da las medicinas
  • Jorge, porque no acompañas a Camilita a su casa, así conoces un poco más el pueblo
  • ¡Claro! Encantado de acompañarla, no te molesta, ¿verdad?

Jorge me acompañó camino a casa mientras me preguntaba sobre la competencia y la escuela, a la vez me contaba que al terminar los estudios viajaría a Europa a vivir con sus padres quienes habían emigrado por un mejor futuro para él porque la profesión que quería seguir en el Perú no se daba, al llegar a casa Juaco y Marce estaban tocando mi puerta con un pedazo de pastel que la hermana María me había mandado por la celebración del triunfo. Al presentarles a Jorge, él quedó completamente feliz por conocer a mis amigos y al parecer a la gusano no le era indiferente, sí que mi amiga y yo teníamos gustos similares, pero quien no iba a fijarse en Jorge si está muy pero muy guapo.




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