Amor

CONOCIENDO A KENTO

Terminamos de desayunar y después de ayudar a mamá con el aseo de los servicios, nos despedimos y salimos de casa.

  • Primero pasaremos por el sr.  Tortuga y la gusano – hablo para romper el hielo – y con ellos iremos a la piscina municipal – empiezo a caminar.
  • ¿Iremos al zoológico? – pregunta mientras me sigue.
  • ¿Qué?
  • ¡Escucha!, – detiene su paso y yo lo imito, quedando delante de él y de espaldas – no tienes por qué hacer esto – volteo y lo miro – ve con tus amigos yo solo necesitaba salir de casa, no te preocupes por mí.
  • No, no, no, - muevo mi dedo índice en negativa – primero, – levanto mi dedo índice indicando en número uno – no me preocupo por ti. Segundo, – esta vez es mi dedo medio – si dije que te llevaría a que mis amigos te conozcan eso haré ya que no suelo mentir – digo medianamente exaltada a lo que él me mira sorprendido -  y tercero, después del entrenamiento te enseñaremos parte del pueblo, ¿Qué dices? – digo esto último tranquila para calmar los ánimos.
  • Ya te dije que no tienes que hacer esto por mí – vuelve a caminar, pero que fastidio con este chico.
  •  No lo hago por ti, lo hago por mamá y tu padre.
  • ¿¡Por mi padre!? – pregunta sorprendido, deteniéndose a mirarme fijamente.
  • Así es, el señor Tanaka es un buen esposo para mi mamá y quiero que estén tranquilos con respecto a ti.
  • ¿Un buen esposo, mi padre? – esboza una sonrisa burlona.
  • Sí, lo es. Así que deja poner esa cara que no te favorece – empiezo a caminar seguida de él.
  • ¿Esa cara? A que te refieres.
  • Tu cara de socarronería –  me detengo y señalo su rostro, evidentemente no me entendía - ¡ah! me olvidaba que no entiendes palabras en mi idioma – sonrío burlándome
  • Sé que significa saca…lone,  ¡lo que acabas de decir! – no puede pronunciarlo Ja, ja, ja.
  •  Sí, sí, te creo – empiezo a caminar riéndome.
  • Creo que no te he dado la confianza suficiente para que me hables en ese tono informal, – expresa siguiéndome molesto – recuerda que soy tu mayor - se adelanta parándose frente a mí.
  • Sí, sí, lo que sea – respondo rodando los ojos – señor renegón –me mira casi matándome con los ojos, vaya que si su mirada matara estuviera súper recontra muerta.
  • ¿¡Señor renegón!?
  • Renegón y aburrido – digo retándolo
  • A quien le dices aburrido.
  • A ti pues, ¿acaso ves a alguien más aburrido que tú? – muevo mi cabeza de lado a lado como buscando algo mofándome
  • Vuelvo a repetir, no te he dado la confianza como para hablarme con tal insolencia niña.
  • ¿Insolencia? ¿Niña? ¿¡Me has dicho niña!? – él asiente – el hecho que seas dos años mayor, no quiere decir que tenga que tratarte como a rey, además no te he tratado con insolencia, solo te he dicho lo que pienso – Kento empieza a caminar dejándome atrás - ¡oye! ¡no me dejes con la palabra en la boca! Mal educado.
  • ¿¡Cómo me has dicho!? – se detiene de nuevo frente a mí
  • Lo que has escuchado.
  • ¿Mal educado? – sonríe molesto – hasta donde recuerdo la confianzuda aquí eres tú – vuelve a caminar.
  • ¡Oye, qué soy qué! – voy detrás de él casi corriendo porque da pasos muy largos.
  • ¿Pasa algo Camila? – escucho en la voz de la hermana María.
  • ¿¡Hermana María!?- pregunto sorprendida – ¿pero qué hace aquí?
  • Que pregunta es esa Camila, aquí vivo – responde la hermana sin entender que no había dado cuenta que habíamos llegado al albergue. - ¿estás bien? ¿sucede algo? – mira a Kento.
  • Nada, - vuelve su mirada hacia mí -  solo ando distraída… olvídelo ¿sí? – me sonríe tiernamente.
  • ¿y quién es tu amigo? – pregunta mirándolo, mientras él cambió radicalmente su cara de diablo al de un angelito, ¿¡qué pasa con este tipo!?
  • No es mi amigo – respondo inmediatamente furiosa y la hermana me mira desconcertada por mi actitud.
  • ¡Ah, claro! Me olvidaba, supongo que es tu nuevo hermano ¿verdad? – sonríe.
  • ¡No soy su hermano! – responde también furioso mi acompañante a quien también lo miran sin entender.
  • Tienes razón no son hermanos – expresa la hermana como hablándole a un niño – me disculpo por mi comentario – sonríe tiernamente.
  • No, disculpe mi atrevimiento –inmediatamente Kento hace una reverencia – mi nombre es Tanaka Kento, por favor discúlpeme – habla sin levantarse.
  • No te preocupes Kento, - sonríe la hermana y se apresura a levantarlo – entiendo que es difícil adaptarse a una nueva familia y a un lugar diferente – vuelve a sonreír y al escuchar esto caí en la cuenta que la hermana tenía razón. Kento la estaba pasando difícil al estar en un nuevo lugar, con costumbres distintas y teniendo un padre frio. mmm ¡que cabeza la mía! tenía que ser un poco condescendiente con el pobre muchacho.
  • ¿Hermana? Estarán la gusano y el señor tortuga – pregunto para salir del ambiente que se había formado.   
  • Deben estar esperándote, adelante – hace una señal para entrar.
  • ¡Gusano! ¡Tortuga! – entro gritando como si fuera mi casa, mientras Kento me sigue y queda mirando desconcertado.  
  • ¡Encima ruidosa! – murmura, pero me hago la desentendida, recordándome que debo ser condescendiente con él.
  • ¡Caracolitooooo! – sale gritando Marcela y se calla al ver a Kento tan serio – ¡¿no me digas que él es tu nuevo hermano?! – expresa emocionada.
  • ¡No soy…!
  • ¡No es mi hermano!, se llama Kento – respondo interrumpiéndolo.
  • Hola, no hermano de Camila – lo saluda estirándole la mano – soy Marcela.
  • Hola Marcela – responde el saludo.
  • Espera ¿Kento? ¿No era Daiku? – pregunta desconcertada mi amiga.
  • Es una larga historia –respondo levantando los hombros.
  • ¡Caracol! ¡qué milagro temprano! – dice saliendo Joaquín - ¡oh! ¿él es tu nuevo hermano? – pregunta señalándolo
  • ¡No soy…!
  • ¡Que no es su hermano, caramba! – interviene la gusano interrumpiendo a Kento – descuida guapo yo lo diré por ti – le guiña el ojo sonriendo.
  • ¿Ok? Hola, no hermano de la caracol – saluda Juaco – soy Joaquín mucho gusto – le estira la mano, siendo correspondido.
  • Hola soy …
  • Él es Kento – lo interrumpo.
  • Puedo decir mi nombre, gracias – responde con poca paciencia, mientras mis amigos nos ven y se ríen.
  • ¿Qué tiene de gracioso en lo que acaba de decir? – coloco toda molesta mis dos manos a la cintura.   
  • Nada – responden a la vez y aguantándose la risa
  • Déjame decirte que si con lo que acaban de hacer no parecen hermanos; fácil se puede confundir con enamoramiento -  se suelta en risa la gusano.
  • ¡Marcela! –regaña la hermana quien nos había estado mirando todo este tiempo, la gusano baja la cabeza aguantándose la risa.
  • No es gracioso gusano. – expreso molesta.
  • Ya, ya dejen las cosas como están y vámonos a entrenar – interviene Juaco calmando los ánimos, empezando a caminar a la salida, seguido de nosotros – ¡esperen! – nos detenemos - ¿no era Daiku? – lo mira señalándolo.
  • Según la caracolito, es una larga historia – yo asiento al escuchar eso.
  • Ok, ¡vámonos!  - dice Joaquín retomando el paso seguidos por nosotros.
  • ¿No ibas a llevar a una tortuga y a un gusano a la piscina? – pregunta inocentemente Kento deteniendo nuestro andar.
  • ¿¡Qué!? – respondo sin entender mientras que Juaco y Marce se sueltan en risa
  • Te presento al gusano – espeta riéndose Joaquín señalando a Marcela.
  • Y él es el Sr. Tortuga – lo secunda Marcela y al ver la cara de Kento se nota a leguas que no entiende nada de nada.
  • ¿Pero sus nombres no son Joaquín y Marcela? –señalándolos según sus nombres.
  • Sí, nuestros nombres son como dices, pero solemos llamarnos con sobrenombres – responde Joaquín como si de un niño se tratara.
  • ¿Por qué? – pregunta el recién llegado poniendo su cara de desconcierto – si tienen un nombre.
  • Ven, vamos y te explico – Joaquín lo toma de los hombros y lo abraza continuando nuestro paso – normalmente aquí y en otras partes del mundo… aunque parece que en Japón no, cuando tenemos cierto grado de confianza… – empieza a explicarle, entretanto la gusano y yo nos quedamos atrás siguiéndolos, amo eso del sr. Tortuga siempre sabe  que decir y cómo, para caer bien a todos con su amabilidad, pensé que el japonés no iba a dejar que lo abracen, pero parece cómodo ¿¡no será gay!?
  • ¡Hey! Qué piensas –habla Marce evaporando mis pensamientos.
  • Solo pensaba en Kento.
  • ¡¿En Kento?! Y que pensabas.
  • Que es gay – respondo frescamente
  • ¿¡Quéeeeee!? – grita la gusano haciendo que los chicos volteen a vernos y yo solo les sonrió.
  • Cállate – digo murmurando dándole un golpe en el brazo sin dejar de sonreír – ¡que escandalosa eres! – ellos continúan su platica
  • ¡Auuch! Me dolió – se soba el brazo – pero dime ¿qué te hace pensar eso? 
  • Es que temprano cuando mamá lo abrazó para darle la bienvenida… - hago una pausa y veo que la gusano ha abierto sus ojos como plato por la curiosidad – nada, ¡olvídalo!
  • ¡Que olvídalo ni ocho cuartos! – refunfuña fastidiada por haber parado mi relato – ¡dime! porque crees que el guapo es gay.
  • ¿¡Guapo!? – respondo haciendo una cara de aggg
  •  Si, guapo, acaso no ves que Kento está guapísimo.  
  • ¡Ay gusano! Creo que es hora que vayas por unos lentes. – me rio.
  • Muy graciosa, miro como me rio, – sonríe y luego pone su cara súper seria – ya dime cómo está eso que nuestro japonés bello es gay.
  • ¿¡Nuestro japonés!?
  • ¡Ya, ya tu japonés bello!
  • Mar - ce - digo llamando su atención
  • Ca - mi – responde en el mismo tono ladeando su cabeza. – ya dime que me muero de la curiosidad.
  • ¡Está bien, te lo diré! – digo rodando los ojos, deteniéndome, ya habíamos llegado a la piscina.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.