Amor

NO FUE UN SUEÑO

Al día siguiente me despierto como a las diez de mañana y esto es porque alguien toca la puerta de casa, salgo corriendo para ver quién era y era la gusano con una sonrisa de oreja a oreja, había olvida que teníamos trabajo en pareja que hacer.

  • Buenos días dormilona – me saluda con un beso en la mejilla, cosa que me hace acordar lo que dijo Kento “veo que Jorge te agarra las manos y te dice que no ocultes lo que sientes por él y luego más de un chico te da un beso en la mejilla, la verdad no lo entiendo de quien estas realmente enamorada” y sin darme cuenta esbozo una sonrisa - Dicen que las que solas se ríen de sus maldades se acuerdan bandida – comenta mi amiga mientras ella toma asiento.
  • Que maldades ni ocho cuartos.
  • ¿Estás sola?
  • Eso parece –miro a los lados.
  • No has tomado desayuno ni te has lavado los dientes ¿verdad?
  • Obvio que no, si recién me despierto gusano – respondo haciendo un gesto de obviedad.
  • Entonces vaya asearse y tome su desayuno mientras yo veo televisión – prende la tele y sonríe pícaramente.
  • Está bien, vuelvo luego, si se te apetece hay chicha morada en el congelador - diciendo esto me voy al baño
  • ¡Claro que se me apetece!  - se levanta y va al congelador - ¡Cami! – levantan la voz.
  • ¡Qué! -  Respondo mientras me lavo el rostro.
  • Tu mami te dejo una nota en la mesa junto al desayuno.
  • Está bien gracias – salgo después de terminar de asearme y me acerco a leer la nota: “Cariño no te desperté porque Kento me recordó que estuvieron hasta muy tarde estudiando, ah por cierto él se vino con nosotros a la tienda, te dejé el desayuno servido, cualquier cosa me llamas. Besos mamá”
  • ¿Todo bien? –Marce se acerca a servirse un poco de yogurt y cereales.
  • Si todo bien – respondo por inercia entre tanto pienso en que Kento solo durmió tres horas y me apeno por él.
  • ¿En serio? No lo parece – se sienta en la silla del comedor, haciendo señal de que me sentara a su lado.
  • Lo que pasa es que anoche… - me siento a lado de la gusano y empiezo a contarle desde que entré a casa después de despedir a Jorge – y soñé que me dijo que solo a él debía pedirle ayuda – suspiro al recordar mi sueño.
  • ¿En serio, eso te dijo? – sonríe ampliamente.
  • ¡Que no me dijo, tonta, lo soñé! – respondo abriendo mis ojotes.
  • No lo soñaste, - se escucha una voz desde la entrada – en verdad te lo dije, - aparece la figura del japonesito presumido – no quiero que le pidas ayuda a nadie más, ya que yo quiero ayudarte – me mira fijamente mientras Marcela me toma las manos emocionada y yo siento mi cara arder.
  • ¿Qué, que, que haces aquí? – pregunto nerviosa y sonriendo torpemente.
  • Aquí vivo ¿recuerdas? – levanta una ceja y ladeando la cabeza sonríe.
  • Sí, claro que recuerdo, pero… ¿no estabas en la tienda?
  • Sí, solo vine a llevar algo que se olvidaron, – se acerca a la cocina y recoge una bolsa negra y me la enseña – no se te olvide desayunar y a la próxima cierren bien la puerta – dice antes de llegar a la salida – bueno, te veo luego – sonríe y levanta la mano despidiéndose.     
  • ¡KENTO ESTÁ ENAMORADO DE TI! – grita Marcela entusiasmada al escuchar cerrar la puerta, levantándose de la silla - ¡CAMILA, ÉL ESTA ENAMORADO DE TI! – sonríe ampliamente mientras yo estoy completamente anonadada
  • Marce, dime que no es un sueño – pregunto casi en las nubes y la gusano me pellizca - ¡aaauuuuch! – me sobo el brazo - ¡Marce!
  • ¡Que! – responde en el mismo tono, mientras se sienta de nuevo – Camila, es fantástico el chico de quien te has enamorado se ha fijado en ti y además vive en tu casa – sonríe emocionada
  • ¿¡Qué!? Espera un momento, - digo muy seria - ¿Quién ha dicho que estoy enamorada de Kento?
  • ¿Qué? ¿Acaso no te has enamorado de él?
  • Claro que no. – respondo firmemente
  • Cami, pero si me has dicho que te hierve la sangre cuando sonríe, habla y le da su tiempo a otra que no seas tú, incluso quieres pelearte con todas las chicas que preguntan si tiene novia, que le gusta hacer en sus tiempos libres, cuál es su comida favorita y tantas cosas más.
  • Sí, es verdad. Pero eso no quiere decir que estoy enamorada, Marce no nos equivoquemos puede ser que sienta eso… porque ya lo estoy viendo como a un hermano mayor, ¿acaso eso no hacen las hermanas? Sienten celos de las pretendientes de sus hermanos – digo bien segura de mí.
  • Cami, ¿estás segura de lo que dices?
  • Sí, claro que si – lo digo más para convencerme.
  • Escucha Cami, - toma mis manos - si esta tan segura deberías hablar con él y dejar todo claro porque hasta donde yo creo, Kento está enamorado de ti.
  • ¡Vamos Marce! Qué tal si te equivocas y él también me ve como su hermana, Marce ni tú ni yo sabemos cómo es tener a un hermano mayor, porque a pesar de tener a Juaco no lo vemos como hermano. – sonrío falsamente.
  • Tienes razón Cami, ha Joaquín no lo veo como hermano… mejor no me hagas caso y termina tu desayuno, que tu hermano mayor dijo que no dejaras de desayunar.
  • ¡Mar - ce! – digo en forma de reprenderla
  • ¡Ca - mi! – responde igual – si has decidido verlo como tal acostúmbrate a escuchar que él es tu hermano y que quizás pronto tendrás una cuñada – sonríe mientras toma su tazón de cereales y se va a la sala.
  • ¡Ya no te quiero Marce! – grito desde el comedor
  • ¡Yo tampoco!




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