Amor

LA GANADORA DE LA APUESTA

Al día siguiente desperté a las siete de la mañana y alcancé a tomar desayuno con todos antes que se fueran a la tienda, mientras desayunábamos le contaba a mamá y al señor Tanaka lo que habíamos hecho ayer esperando a que el japonesito presumido se metiera en la conversación, pero cuando está en casa parece ser otra persona una totalmente diferente a como se porta con nosotros, él se convierte en una persona totalmente parca y si expresión alguna, al menos cuando está su padre porque las veces que hemos compartido tiempo junto a mamá él si se ríe aunque no como con nosotros pero se ríe, habla y hasta se ve que le ha tomado bastante cariño a mamá, cosa que me da curiosidad a preguntar porque es así pero no me atrevo. Terminamos de desayunar y los tres se fueron a la tienda mientras yo me encargo de lavar los servicios y limpiar la casa.

Habíamos quedado Marce, Jorge y yo en llevar hoy domingo lo que habíamos comprado al salón de ensayos donde estaría la miss Vicky esperándonos, terminé de hacer mis quehaceres, me di una ducha rápida y me abrigué bien porque estaba haciendo frio, tomé mis cosas y salí rumbo a ver a la gusano, ella ya me estaba esperando lista en la puerta del albergue.

  • ¡Gusanitoooooo! –  grito una cuadra antes de llegar.
  • ¡Hola Caracol! – responde como siempre entusiasmada moviendo su mano.
  • ¿Estás lista? – digo estando frente a ella.
  • Más que lista, ¡let´s go baby! – señala el camino y empezamos andar.
  • Gusano y ¿Juaco no vendrá? – la detengo.
  • Nonis, - responde negando con la cabeza – fue al albergue de Abancay - continuando con el paso.
  • Hasta Abancay ¿y a qué? – la sigo.
  • Como ya sabes pronto serán las fiestas patrias, – asiento – y como él ha estado por mucho tiempo en la escolta de la escuela está enseñando a marchar a los chicos del albergue para el desfile.
  • ¡aaahhhh, ya!  Entiendo.

 

Llegamos a la farmacia de doña Juana por Jorge y ella como siempre de amable, nos dijo que él había salido a dejar unos pedidos, así que nos tocó esperarlo mientras que conversábamos con la abuela de nuestro amigo, al cabo de 15 minutos llegó Jorge todo sudado porque había venido corriendo para no dejarnos esperar mucho, que lindo ¿verdad?, una vez que se aseo y cambió de ropa lo más rápido posible salimos con rumbo a la escuela, íbamos riéndonos de cada ocurrencia de Jorge, era imposible aburrirse con este chico.

 

  • ¿Ese no es Kento? – dice Marcela señalando el campo de futbol de la escuela.
  • Si él es – responde Jorge
  • ¿Pero que hace aquí? – pregunto al verlo -  Se supone que estaría en la tienda de su papá.
  • ¡Ah ya sé! – habla Jorge como si hubiera descubierto la pólvora.
  • ¿Qué sabes? – pregunta Marce
  • Lo que pasa es que se está encargando de seleccionar a los nuevos integrantes de atletismo – sonríe – ¿no lo ven? – volvemos a mirar al campo – él está a un lado del campo mirando como corren ese grupo de chicos – señala a un grupo de aproximadamente 10 chicos en su mayoría féminas que estaban dando vueltas al campo- y en la tablita que tiene en sus manos – hace la figura de un rectángulo con sus dedos -  va apuntando quien es apto – termina diciendo esto y nosotras solo afirmamos con la cabeza.
  • Tienes razón, en estos meses son las pruebas para el ingreso de nuevos atletas – lo secundo.
  • ¡Vamos a saludarlo!
  • Marce, no crees que es mejor primero dejar las cosas con la miss Vicky y luego regresamos – respondo bien aguafiestas, no quería volver a ver la frialdad con la que llegó anoche después del cine.
  •  ¡Ay, no! Después vamos con la miss – marce empieza a caminar con dirección al campo de futbol.

Jorge y yo la seguimos, estábamos casi llegando a donde estaba él, pero nos detuvimos sorprendidos al ver que una chica que estaba dentro del grupo de atletas se había desmayado justo cuando la vuelta estaba frente al presumido, Kento inmediatamente se le acercó, la tomó en sus brazos para levantarla cuando aquella chica abre los ojos, lo toma por el cuello y lo besa, ¡LO BESÓ! , todos quedamos totalmente atónitos y con la boca literalmente abierta por el atrevimiento de esa muchacha, ¡yo quedé en shock!, Kento se separó de ella y le preguntó si se había lastimado, ¿¡SI SE HABÍA LASTIMADO, ES ENSERIO!? , a lo que ella tan raposa pone su cara de inocente diciéndole que lo siente, que por favor la lleve a la enfermería y el muy estúpido la lleva en brazos. Pasa por mi lado me mira sorprendido pero continua su paso.

  • ¡No puede ser! – se escucha de un grupo de tres alumnas de otro salón, sacándome del shock – Ivanna ¡lo besó! – decían emocionadas - ¡gano la apuesta! – se reían a carcajadas.
  • ¿¡Apuesta!? – pregunta molesta Marcela dirigiéndose a ellas – ¿esa mocosa también estaba dentro de la apuesta?




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