Dos semanas habían pasado desde el beso de Ivanna con Kento y en toda la escuela aún seguían hablando de eso, pero había decidido que pase lo que pase con ellos no afectaría mi estado de ánimo, ya que antes de que él llegara a mi vida estaban mis amigos con quienes me divertía mucho además de me quieren y estiman un montón y con eso me basta para estar bien, así que dejaría de importarme lo que pase con el japonesito presumido.
Como siempre de lunes a viernes, despertaba temprano para alistarme e ir a la escuela, después de tomar desayuno salí al encuentro de Marce y Juaco, y como todos los días por el camino se nos juntaba Jorge, definitivamente no necesitaba más.
Estábamos en la semana de exámenes y toda esa semana me volvía una zombi, salía a cenar y con las misma me metía a mi habitación a estudiar, no hablaba con nadie, como antes solía hacerlo, todo por no distraerme y así aprovechar cada minuto estudiando. Mi penúltimo examen era de inglés y requería mucha concentración de mi parte porque iba a ser oral y escrito, así que ni bien llegué del colegio me fui a estudiar. Estaba con mis audífonos escuchando el cd que la profesora nos había dado para estudiar, cuando me los saco escucho que tocaban la puerta de mi habitación.
Me acabé los emparedados, pero me faltó leche así que salí de mi habitación a servirme más, camino hacía el congelador y me sirvo otro vaso, me disponía a irme a mi habitación cuando la puerta se abrió y mamá aparece con una enorme sonrisa.
Regresé a mi mesa de estudios pensando en las palabras que había cruzado con mamá, me detuve según yo, por un segundo a especular lo que habría pasado… al ver mi reloj me di cuenta que había gastado treinta minutos de mi tiempo en algo que era tan lógico como… qué quizás mamá le pidió temprano al japonés presumido que me alcanzara emparedados que ya había dejado hechos… y se le había olvidado. ¿qué otra cosa, puede ser? Aliviane mi seso para volver a lo mío, ya le preguntaría a mamá en la cena. Después de cenar volví a dar una repasada para el examen y cuando me di cuenta era de madrugada y me había olvidado preguntar a mamá sobre los emparedados.
Mi último examen era de matemáticas y para variar había temas que no entendía en este curso, pero no se me dio la gana de pedirle ayuda al japonés presumido, y menos, después de recordar como aceptó sin ningún problema el beso de la tal Ivanna, así que como uno de mis mejores amigos es el mejor del colegio, le pedí su ayuda. Al termino de mi examen de inglés había quedado con Jorge en ir a la biblioteca para que estudiemos juntos.
Este estaba dividido en dos partes, una parte llamada “lugar de reunión” donde se podía hacer trabajos o estudiar en grupo, incluso podías platicar y reír, pero sin ser escandalosos y otra parte llamada “lugar del silencio” donde no se permitía hablar, allí tranquilamente podía leer un libro o estudiar sin molestia alguna, esta última pieza estaba dividida con lunas anti sonidos. Terminé el examen antes que Marcela y fui a darle el alcance a Jorge. Al entrar al “lugar de reunión” veo a Kento y a Ivanna sentados en una mesa, al parecer están bien entretenidos y llevándose bien.
A Ivanna se le veía sonriendo y al parecer al japonés presumido no le incomodaba.
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Editado: 31.05.2019